Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 9 de mayo
de 2014.
Para tener una visión
clara del panorama político salvadoreño actual, necesario es primeramente
establecer los principios que rigen el pensamiento colectivo de los principales
actores políticos y, establecer con precisión sus fuerzas en el actual contexto
nacional.
En la actualidad, el
FMLN parte de la propuesta de paz de 1989, en Moravia, Costa Rica. Fue dicha
propuesta, desarrollada y ejecutada por los mismos que son actualmente
dirigentes del FMLN y que conservan idéntica relación de mando. Así, para estos
dirigentes, la coyuntura política presente, no es más que parte del camino a
recorrer, un camino que para sus ideólogos, inicia en El Salvador, en 1932.
Observamos, por el
contrario, en cuanto a la Derecha, que se parte de los Acuerdos de Paz de 1992,
en la creencia y fe de la estabilidad e inamovilidad del sistema
constitucional, en el cual, los periodos presidenciales son sólo segmentos con
diferentes matices, sujetos a las variables situaciones que impone la
gobernabilidad, en cada correlación de fuerzas. Son también muy pocos los
actores de la Derecha que conservan aún, alguna influencia política, desde los
Acuerdos de Paz. Además viendo en perspectiva a este cuerpo lo observamos
dividido y mutilado por la inexistencia en el servicio activo de una Fuerza
Armada plenamente identificada con los principios liberales.
El día trece de marzo,
en una nota periodística publicada en El Faro.com, intitulada “ Ahora van a negociar con el poder real del
FMLN”, se lee: “El secretario de Comunicaciones del FMLN, Roberto Lorenzana, explicó
en el programa de radio de El Faro de este jueves que es en el gobierno de
Salvador Sánchez Cerén, distanciándose del gobierno de Funes, en el que existe
una verdadera posibilidad de negociación entre dos poderes reales: el poder
económico y el poder político de la derecha representada en el partido Arena, y
el poder real del FMLN.” Mientras que el FMLN, visualizaba una segunda
etapa de los Acuerdos de Paz, desarrollados hacia la economía y la democracia
participativa, ARENA aún tenía esperanzas de ganar las elecciones, mediante una
sentencia favorable de su petición de hacer el recuento “Voto por voto” y,
coadyuvando en dicho esfuerzo la presión ciudadana en las calles, movida por el
patente fraude, no sólo en el proceso de votación sino en el proceso de campaña.
El proceso de cambios
estructurales deseados por el FMLN,
debía de esperar hasta las elecciones
del 2015, cuando, según la proyección de sus números electorales, tendrían en la Asamblea Legislativa la mayoría simple y
con poco esfuerzo la calificada, gracias a sus tradicionales colaboradores y un
control indirecto de las municipalidades por medio de sus representantes en los
concejos plurales; parece haberse acelerado por ciertos factores: en el exterior,
la precaria situación venezolana y sus exigencias al nuevo Gobierno; en
el interior por las urgentes necesidades de financiamiento para el Estado. Bien
pueden encubrir el verdadero plan estratégico del FMLN la carta de negociación
que representa Ana Vilma de Escobar, Roberto D’Abuisson y Ernesto Muyshondt en
este momento.
En cuanto a las
reformas que pretende el FMLN y que ya se están presentando no serán un primer
desgaste del Gobierno de Sánchez Cerén frente a las elecciones del 2015, pues
lo asumirá Funes sin repercusión alguna.
Las acciones del FMLN se han caracterizado siempre por la paciencia,
la discusión interna de sus acciones futuras y, sobre todo, por el buen tino en
aprovechar las oportunidades políticas. En los actos preparatorios del nuevo
Gobierno, se han dividido las tareas: hacia el interior, Oscar Ortiz ha llevado
la batuta, con un discurso conciliador hacia la empresa privada, el capital y
ARENA, aprovechando los distintos mensajes que había enviado durante su
candidatura como un “moderado” y un “sucesor de Sánchez Cerén” en el caso en el
que la salud de éste no le permitiera continuar en el cargo. Por otra parte,
Salvador Sánchez Cerén, se ha encargado de las relaciones con “los duros del
Socialismo del Siglo XXI”, aunque es natural que, como Presidente, tenga que
relacionarse con ellos, situación muy
conveniente si quierese mantener la
tranquilidad en el país, aunque sin embargo se ofrecen cambios en el exterior.
El apresuramiento del
FMLN, tiene sin embargo sus inconvenientes; el primero de ellos ha sido la
reacción de sus antiguos aliados legislativos, aprovechando la posición de
ARENA de bloqueo, hasta que se resuelva el caso de sus diputados. Lo segundo
son las exigencias de sus amigos de ALBA,
que ha despertado temores en los cirulos políticos norteamericanos, pese
a que la candidatura de Sánchez Cerén ha tenido la complacencia del Gobierno
Obama.
Los antiguos aliados
del FMLN, como coadyuvantes de Mauricio Funes, se creían indispensables a
futuro en el Gobierno de Sánchez Cerén y aunque fuese con su mínima fuerza
política, pero sí con suficiente poder, para inclinar la balanza siempre en
favor del FMLN, o servir de “pitbull” en los ataques políticos a ARENA. Hoy ven
que no es así, por lo cual tienen que “negociar a muy buen precio” sus votos
legislativos. Lo cual puede obligar a un debate sobre los gastos públicos que, forzosamente, llevarían a descubrir el
despilfarro gubernamental o, en caso
remoto, a descubrir desvíos irregulares de fondos, en la administración Funes
(lo cual es muy improbable por su la relación directa con el Presidente de la
Corte de Cuenta de la República, Rosalío Tochez) y entonces tendremos no un ex
presidente con orden de captura, sino el antejuicio para Funes como miembro del
PARLACEN, por los mismos delitos que hoy se acusan a Francisco Flores.
Los juicios para los
tres miembros de ARENA, se llevarán a cabo en los tribunales y no, en la
Asamblea Legislativa, lo advierto así, por los criterios políticos
parcializados existentes y que pueden ser evitados judicialmente. La naturaleza
del fuero parlamentario, es en el sentido de permitir al diputado decir lo que
normalmente no puede decir el ciudadano común, sin acarrearle una sanción, pues
si sólo se habla teniendo pruebas, bajo los principios de la certeza judicial,
la opinión pública no existiría. Ana Vilma de Escobar y Roberto D’Abuisson lo
hicieron bajo este concepto, dentro de un contexto eminentemente electoral,
frente a una duda de interés nacional. Neto Muyshondt actuó en igual forma, sin
el fuero, pero en su actuación como Vicepresidente de Ideología de ARENA, y
expresó las inquietudes de las bases del partido.
De hecho, tenemos a los
primeros tres perseguidos políticos; situación que no parece ser explotada
políticamente por la oposición. Un alza en los impuestos “suntuarios” es
populismo, pues dejamos en manos del gobierno la calificación de “suntuario”. Es
al respecto, un debate que parece no
querer explotar la oposición aún y, por último, no ha sido explotada la
posición internacional del actual Gobierno y el rumbo que tomará en los
siguientes meses. La oposición no consiste en interferir con el Gobierno, del
contrario sino en evitar que haga aquellas cosas contrarias a los intereses de
los electores, es decir, de la nación.
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