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lunes, 12 de mayo de 2014

PETROCARIBE, CEL-ENEL Y LA ENERGÍA RENOVABLE


Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 12 de mayo de 2014.

El día 12 de mayo de 2014, el Diario de Hoy, en extenso artículo del periodista Jorge Ávalos, formula una interesante pregunta: ¿Por qué el Presidente Funes se opuso a un arreglo negociado con ENEL, luego de que perdimos el arbitraje en París con dicha empresa, una negociación muy satisfactoria para EL Salvador,  que nos dejaba en posesión de la mayoría de las acciones de la empresa de economía mixta? El Diario de Hoy no da respuesta a dicha cuestión, pero esta sí puede ser inferida después de leer ciertas clausulas del asocio Petrocaribe y la posición política energética llevada a cabo por los “países amigos del socialismo venezolano”. Las maniobras actuales del Gobierno de El Salvador, confirman la apreciación de “política engañosa” que manifestó el diplomático norteamericano Robert Blau en referencia a las políticas salvadoreñas respecto de la inversión extranjera.

Lo que no suele publicitarse  acerca de la relación con Petrocaribe o ALBA, es que el asocio entre los Estados  ha de realizarse  por medio de entidades autónomas (autárquicas) y, que el asocio, también comprende la inversión venezolana en energías alternativas: eólica, solar y cualquier otra, por lo cual, podría entrar también la energía hidroeléctrica y geotérmica, como “energía limpia”, además de la participación conjunta en la “exploración de recursos fósiles” y,  todo esto, enmarcado dentro de las peculiaridades de la legislación propia de cada Estado.

El concepto fundamental de Petrocaribe, es crear un espacio  en el cual los recursos energéticos sean explotados por los Estados latinoamericanos, como una expresión política del bolivarianismo venezolano. En este contexto, los países miembros, explotaran sus recursos conjuntamente con inversiones venezolanas, que aportará la tecnología pertinente para cada tipo de energía. Pero con la condición de que el control de dichas inversiones y el destino de las utilidades, la asumiría  PETROCARIBE, PDV-Caribe, filial de Petróleos de Venezuela S.A.

Por lo cual, en  este plan, Venezuela obtiene seis tipos de ganancias económicas directas:1) la de venta de petróleo a Petrocaribe, 2) la transportación del producto, 3) la de la venta interna en el país, 4) las utilidades del asocio, 5) los intereses por el dinero “prestado” y 6) por las utilidades de la inversión en otros medios de generación de energía, con exclusión de otros inversionistas  que pudieran ser más favorables para el Estado que las inversiones venezolanas.

Aunque el proyecto de Petrocaribe, pregona las ventajas de su asocio y ofrece  relaciones simétricas, es decir que no habrá ventaja de uno de los socios por su paridad económica y geopolítica, la tal simetría resulta una ficción, ante cualquier análisis financiero y, más ilusoria aún, si comparamos las posibilidades de los países que conforman Petrocaribe, es decir la diferencia de su “simetría” y para compensar la diferencia, se acude a otros estímulos poco más del orden político o personal; algunos son ya del dominio público, vale decir la compra  de bonos basura de Argentina, el financiamiento secreto de la campaña de Cristina Fernández de Kirchner, los helicópteros regalados a Evo Morales, por su “alta dignidad y para su seguridad”, o bien, los setenta millones de dólares enviados en “maletines” al FMLN, para la campaña de Mauricio Funes, según lo dio a conocer la oposición venezolana, en la campaña pasada en Venezuela, en relación al destino de los fondos públicos venezolanos.

Aunque este esquema financiero de Petrocaribe, es muy halagüeño para Venezuela, es imposible que den los frutos económicos deseados. Los problemas económicos necesarios para su expansión los toma del gasto corriente del Estado es decir, de las necesidades públicas venezolanas. Tiene el problema de su excesivo endeudamiento por la adquisición de armamento a China y Rusia, en su afán de equipararse con el poderío militar de los Estados Unidos; la escandalosa falta de trasparencia y corrupción que se da dentro  de Petróleos de Venezuela (PDVSA), coloca al país con un  Gobierno al borde de la quiebra y que se ve en la necesitado de cobrar en “especie”, por ejemplo carne, harina, café, etc., ante la incapacidad de pago de los deudores de Petrocaribe, lo cual termina generando una mayor corrupción.

Con tales estímulos venezolanos, en los últimos años, los Gobiernos Latinoamericanos, han realizado “nacionalizaciones” por la “seguridad energética”, como lo pregona Petrocaribe. Pero volviendo al caso salvadoreño, pues con todo esto está relacionado, está claro que luego del embargo a los bienes de ENEL, ésta ha perdido el control de su inversión en El Salvador. Muy probable será dentro de muy poco tiempo ver algún tipo de asocio con alguna entidad venezolana, invirtiendo en geotermia, o en la ampliación de las presas, o en la construcción del Chaparral, cuya conclusión, aún merece investigarse.

Conviene hacer notar que el asocio con Petrocaribe, será beneficioso para el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén, pues como lo manifestó Mauricio Funes, hace unos meses, este asocio podría convertirse en una fuente de ingresos para el Estado pero fuera del Presupuesto General de la Nación; además estaría fuera de la fiscalización de la Corte de Cuentas de la República, esto,  según los criterios actuales de dicha institución, en una interpretación en tal sentido muy conveniente para los socios de Petrocaribe y los usufructuarios directos de dichos beneficios.

Sin embargo, en analogía, el entonces Presidente de CEL, Nicolás Salume, ante la duda de si debía o no ser auditado, solicito una “opinión” a la Corte de Cuentas de la República. Los técnicos legales de dicha institución resolvieron que sí había la obligatoriedad y el deber de auditar toda inversión pública, por insignificante que fuese, dentro del todo de la inversión privada, pues en el “todo” se diluye el dinero estatal, pero atrae la obligatoriedad de la contraloría. Así tiene que auditarse el todo y no limitarse a revisar la entrega de dividendos, por la participación accionaria, pues si así se hiciere, implicaría no auditar la gestión de dineros públicos. Lo mismo puede aplicarse a ENEPASA. Parece que tal opinión se encuentra engavetada, en el escritorio de la presidencia de la CCR, desde aquella época.

Por lo expuesto, podemos concluir que, la negativa de no aceptar la negociación favorable al Estado de El Salvador  de la oferta de ENEL, además de retrasar algunas otras inversiones en energía renovable, puede estar motivada por la conveniencia del FMLN, no sólo como partido, sino también de sus altos dirigentes como personas naturales. Por último, para mayor y conveniente ilustración, transcribo algunos artículos pertinentes sobre la  constitución de Petrocaribe, publicados en GRANMA, de la Habana, Cuba.

ARTICULO II, EJES DE ACCIÓN, 4. Energías Renovables. Las Partes Contratantes desarrollarán, en la medida de sus posibilidades, proyectos conjuntos y programas piloto, para el impulso del uso de todas las energías renovables disponibles en sus respectivos territorios, tales como: energía eólica, energía solar, geotérmica, entre otras.
El desarrollo de este tipo de energías requiere de una importante cooperación tecnológica entre los países de la región, sobre todo orientada a reducir los costos que en términos generales son mayores que los de las energías tradicionales.

ARTÍCULO III, EMPRESAS MIXTAS. Con el fin de desarrollar los ejes de acción descritos en el Artículo II del presente Tratado, las Partes Contratantes crearán y fortalecerán empresas mixtas binacionales, de acuerdo a la soberanía y marco legal vigente en cada país. Estas empresas se definirán sobre la base de potenciar sus capacidades técnicas, tecnológicas y financieras, de tal manera que permitan desarrollar, en cada país, los proyectos requeridos para la utilización de los recursos energéticos disponibles.
ARTÍCULO IV, SEGUIMIENTO. A los fines de garantizar el cumplimiento del presente Tratado y en el marco del Acuerdo de Cooperación Energética PETROCARIBE, PDV-Caribe, filial de Petróleos de Venezuela S.A., tendrá bajo su responsabilidad la coordinación, ejecución y seguimiento de los proyectos de infraestructura energética, desarrollo y asistencia social, así como de otras actividades que promuevan la autosuficiencia y la soberanía energética de las Partes Contratantes.



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