Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 10 de junio de 2014.
Desde que el 26 de
diciembre de 1848, el vapor “Falco”, desembarca su primera carga en el rio
Chagras, con destino al Oeste de los Estados Unidos, en la ruta planeada por
los señores George Law y Williams Aspinwall, los conflictos geopolíticos, sobre
el área centroamericana, fueron ya planteados: un año después, el Comodoro
Cornelio Vanderbilt, planea un nuevo paso, más fácil por Nicaragua, navegando sobre el
Rio San Juan y el Cocibolca, Gran Lago
de Nicaragua.
La posición geográfica
de Centroamérica, ha permitido que, falta de la relevancia que tendría una sóla
patria Centroamericana, sus conflictos internos, sean atizados por potencias
extranjeras a su conveniencia, permitiendo que sea este territorio proclive intervencionismos
espúreos: en Nicaragua en1853, 1854, 1894, 1926 ; en Guatemala, en 1960, 1967 y
1969; y en Panamá en 1964 y 1989. Prolongándose
cada conflicto por años, debido al
concurso de las propias fuerzas internas de los diferentes países
centroamericanos, que han visto en el extranjero, su aliado contra su enemigo
regional o local. Todos esos conflictos fueron limitados al continente hasta
que, a partir de 1979, Centroamérica es vista como un punto estratégico, dentro
del contexto de la Guerra Fría.
Pero el conflicto que hoy
se cierne sobre Centroamérica, es ya de carácter mundial: China, en alianza con
Rusia, planean el desarrollo de un nuevo canal interoceánico, sobre territorio de Nicaragua,
con pretensiones económicas y geopolíticas que, a la larga dada su magnitud y relevancia
económica de tal proyectado canal, desbordará su influencia sobre el resto de
Centroamérica, sin que sus países puedan realizar alguna oposición como sí se
hizo, frente a las tropas del filibustero William Walker y jurídicamente, frente al tratado Bryan – Chamorro o, se
limite el conflicto en un sólo país, como se hizo con el FSLN en Nicaragua, en
la década de los 80 y con el FMLN en El Salvador.
La búsqueda de Taiwán
de relaciones bilaterales, para asegurarse su comercio y reconocimiento
internacional, despertó en China continental sus intereses en esta área de
Centroamérica, pues China está siempre buscando crecimiento económico y defensa
de sus intereses frente a occidente. El incremento de las relaciones
bilaterales, crea la interdependencia entre las naciones, en consecuencia estas
buscan conformar agendas multilaterales de política exterior en los Estados y
es, justamente aquí China supero a Taiwán al final de la Guerra Fría.
La relación amigable de
Taiwán con los países Centroamericanos, parece ya haber perdido efecto frente a las consideraciones de mercado
y apoyo político interno, que puede brindar en el futuro, una buena relación
China continental. Y sobre el papel de Centroamérica en relación con los
intereses asiáticos, se lee la siguiente reflexión, en el trabajo intitulado
“La disputa de China – Taiwán en América Central y el Caribe”, del Lic. Gustavo
A. Cardozo (Coordinador Programa Asia-Pacifico) del CENTRO ARGENTINO DE
ESTUDIOS INTERNACIONALES, cuando dice: “Las debilidades y desprestigio de la
política norteamericana en ALC contrasta con la “actitud” venezolana, la cual
sustenta la atención sobre su mercado natural: Centroamérica, Caribe y los países
del MERCOSUR; monopolizando su poder energético y económico como herramienta de
negociación. Beijing como Caracas emplean el factor petróleo para atraer la
atención de los gobiernos locales, ya sea en asistencia energética (en el caso
venezolano) o en inversión para la explotación de hidrocarburos (en el caso
chino). A medida que el compromiso de intereses se establece más
incuestionable, las esferas de cooperación parecen generar del lado taiwanés un
intento por jugar sus pocas cartas ya sin captar la atención de Washington”.
Y a continuación agrega: “Según el análisis de estos dos contextos,
el caribeño y centroamericano, el papel de ambos en el reordenamiento
estratégico mundial de la R.P.Ch se torna ineludible. Es por ello que el
surgimiento de un orden asiático (chino?) debe venir del deterioro estratégico
estadounidense en zonas de influencia aunque esto no sea percibo en el corto
plazo. Pío García, Docente e investigador de la Universidad Externado de
Colombia declara: “En contraste con el Pacífico asiático y su progresivo
ascenso hacia la automatización estratégica, o sea el manejo de sus propias
tensiones y conflictos dentro de mecanismos regionales no afectados por la
injerencia externa, el Caribe sigue atrapado en el diseño y la proyección
geopolítica de Estados Unidos” .
Hay numerosísimos estudios sobre diplomacia china en el pasado, Beijing revirtió con el Tercer Mundo sus
relaciones iniciadas bajo componentes ideológicos y políticos (de la ayuda a la
insurgencia pasa a inversiones multimillonarias). Los efectos creados en los
90, por la apertura de los espacios multilaterales de cooperación, abrió nuevas
vías de desarrollo ante la posibilidad innegable de alcanzar metas de
crecimiento, sin abandonar la diplomacia bilateral.
Con un Gobierno (hasta
ahora) estable como el de Nicaragua, apoyado por Venezuela y con una relación
cómoda con Rusia, constituyen estos países un socio estratégico ideal en el
área para China, sobre todo, cuando ha oficializado su presencia, mediante un
contrato de explotación por 100 años, con el consorcio chino HKND, el cual le
permite, crear inicialmente, un desarrollo interno en
Nicaragua, sin la relevancia soberana nicaragüense y sostenida por la presencia
militar rusa: el vicecanciller de Rusia,
Serguei Riabkov, afirmo que existen negociaciones con Nicaragua, para definir
una eventual participación de Moscú en la construcción del canal, cuyos
estudios de factibilidad están previstos a concluir a fines de este año. Además, Piotr Yákovlev, director del
Centro para los Estudios Ibéricos del Instituto de América Latina, dijo a “La
Voz de Rusia”, “que varias compañías rusas están negociando con Pekín su participación
en este proyecto estratégico…. que
los intereses de China y Rusia coinciden tanto en el ámbito comercial como en
el político”, y no está claro aún, si el Gobierno de Ortega ya
ha llegado acuerdos formales para que barcos rusos patrullen sus costas en el Atlántico.
El hecho de plantear la
construcción del Canal de Nicaragua, deja sin utilidad práctica, el puerto de
Cutuco y se frustran las pretensiones hondureñas para alcanzar una salida al
pacífico; se frustra también el canal seco planteado por Guatemala. Es de
esperar que, luego de afirmarse el área de influencia china en Centroamérica,
se entre en colisión con los intereses estratégicos norteamericanos, y que
afectarán vivamente y como en carne propia a Centroamérica: se cierne pues
sobre nuestro territorio, un futuro incierto porque nosotros mismos no somos
capaces de defender nuestros intereses como un solo pueblo unido y por lo mismo
fuerte. La estrecha visión de nuestros políticos que sólo ven la solución de
sus problemas internos y personales buscando el apoyo extranjero como sustento
para sí, por sobre los intereses centroamericanos. En consecuencia la patria
grande está en peligro y si no nos unimos la perderemos no ante los mismos
intereses americanos, sino los asiáticos.
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