Publicación Acción

Es necesario expresar libremente el pensamiento político para el fortalecimiento de nuestro sistema democratico, republicano y representativo.



jueves, 22 de agosto de 2019

PERSPECTIVAS DE LA CICIES



Por      
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra


El establecimiento y funcionamiento de la Comisión Internacional para el Combate a la Corrupción en El Salvador (CICIES) puede hacerse sin el aval de una nueva Ley, si queda bajo jurisdicción de la Fiscalía o, funciona bajo el amparo de un Decreto Ejecutivo, que tendrá sólo una función moral, es decir sin capacidad de judicializar un proceso en El Salvador.

Ignoranse las verdaderas intenciones de Nayib Bukele: combatir la corrupción para eliminar a sus adversarios políticos o, salvar al sistema y, lograr una estabilidad de nación. Si el objetivo es salvar al sistema, la CICIES deberá respetar todo el ordenamiento interno, porque no se puede buscar la justicia, mediante el irrespeto al debido proceso. Por el momento todo el aparato de troles, se enfoca en contra de quien levante la voz, criticando dichos planes, aunque éstos sean pidiendo el respeto a la Ley.

La CICIES puede ser efectiva si su trabajo es al amparo del Fiscal General de la República, bajo la figura de fiscales auxiliares; si no es así, rompería la estructura constitucional (Art. 193 Constitución). Y entraría consecuentemente en colisión con el sistema jurídico y crearía un caos mayor. Si la CICIES sólo dependiese del Ejecutivo y pudiese sólo señalar a los corruptos y corruptores, éstos continuarían en la impunidad y cualquier inocente señalado, tendría muerte política, por no poder defenderse.

Una señal del buen camino de la CICIES - independientemente de la forma en que se ejecute – sería ver perseguido y bajo arresto a José Luis Merino, pues su complicidad en secuestros, tráfico de armas y drogas está documentada plenamente en muchas obras e investigaciones periodísticas y fiscales. La complicidad del FMLN (como estructura política) en la defraudación de dinero del Estado, en actos de corrupción, durante sus diez años de Gobierno, está también muy documentada y, la impunidad de Mauricio Funes, se debe a ella.

Si la CICIES no toca a José Luis Merino o a Sigfrido Reyes y no se enjuicia al FMLN por sus crímenes de guerra (uso de minas, reclutamiento de menores, genocidio y destrucción de la infraestructura pública), claramente se verá que ésta es sólo un instrumento político de consolidación de poder interno y que su función tiene como único fin, dar una apariencia de combate a la corrupción, y para quedar bien, con las fuerzas externas que le están dando su apoyo a este Gobierno.

Una CICIES es oportunidad de poder limpiar de corrupción el país, pero también es reconocer expresamente que nosotros los salvadoreños, somos incapaces de poner orden en nuestra casa y necesitamos que otros, vengan a gobernarnos e impartir justicia: principio es, del fin de nuestra soberanía.

Si lejos de procesar a los corruptos del FMLN, se les deja de lado (como parece que está sucediendo con Funes) y no se señala a los capos de la droga, pero son señalados empresarios, políticos opositores y militares en retiro, tendremos, no sólo un rompimiento de la institucionalidad, sino una persecución política, que acelerará el caos que se pretende evitar.

No podemos evitar u oponernos a una CICIES, pero sí debemos estar conscientes de sus efectos y de que, si se destruye la institucionalidad jurídica, sólo imperará la fuerza bajo la cubierta del populismo.

martes, 20 de agosto de 2019

TERCER PAÍS SEGURO: CENTROAMÉRICA



Por      
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Para MOVIMIENTO LIBERTAD


La tendencia política actual, es que los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala, Honduras) y México sean, como lo es Canadá, un país tercer país seguro, en un endurecimiento de los ya existentes filtros migratorios, deteniendo así, la emigración masiva hacia los Estados Unidos. Esto implica, que cada país frene su emigración y sirva de receptor de la no contenida por otros países, obligándose a sustentarla. Potencialmente, será explosiva socialmente, a largo plazo, pues derivará en inmensos campos de concentración, como los que existen en Palestina o Siria, sin posibilidad de ser sostenidos sin ayuda humanitaria extranjera. Este peligro nuevo, potencial para nuestros Gobiernos y Estados Unidos, puede ser evitado y detener la emigración, si se ve a Centroamérica como un todo, para la solución a sus problemas individuales, y sin necesidad de recurrir a la ayuda de países extranjeros.

El término de “tercer país seguro”, es una derivación de los principios de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, e implica que, un país puede negarse a conceder asilo a una persona y remitirla a un tercer país que sea considerado “seguro”. En este caso, quienes quieran migrar hacia los Estados Unidos, mientras se tramita su asilo, tendrán que ser acogidos por México, Guatemala o El Salvador: el trámite puede durar años o ser, finalmente, denegado, quedando el individuo, en un limbo migratorio, si proviene de un país distinto.

No hay duda de que los países del Triángulo Norte y México, se convertirán en terceros países seguros, pues sus políticos accederán a ello, de cualquier modo, por quedar bien o por amenazas, pero al no resolverse las condiciones que han generado la crisis, sólo se convertirán en paliativos a un problema que, al acumularse, se volverá explosivo y desestabilizador del área.

Los problemas en Guatemala, causados por el narcotráfico, pueden ser contrarrestados por la apertura de sus tierras a la industria y generación agrícola y agroindustrial, lo mismo puede ser en Honduras y servir de diluyente a su aguda crisis política actual. Daniel Ortega ya no podría mantener a Nicaragua como su feudo y ésta dejaría de ser una isla en Centroamérica. La perene crisis fiscal de Costa Rica, sería perfectamente sostenible, por un aporte común centroamericano. El Salvador volcaría su población en Centroamérica y su crisis social y delincuencial, sería fácilmente controlable por la acción conjunta de todos los países centroamericanos.

Las crisis centroamericanas son provocadas por sus propios políticos: maras, narcotráfico, impunidad política, despilfarro y apropiación indebida de fondos públicos. No es posible admitir que no haya en Centroamérica hombres probos y dignos, si la economía se mantiene, gracias a la iniciativa privada y existen grupos cívicos que luchan por los principios de libertad, por la existencia de la vida desde el vientre materno, por el adulto mayor y por causas que dignifiquen al hombre.

En el peligro de la emigración ilegal y la amenaza del tráfico de drogas, debemos ver la oportunidad de alcanzar la estabilidad centroamericana, si cambiamos la actitud de los políticos, pues si abrimos Centroamérica a la emigración local y, con ella, llevamos la inversión, bajo los principios de la iniciativa privada y el libre comercio, lejos de ser un polo de desestabilización regional, podemos convertirnos en un polo de estabilidad y de consumo de los bienes, provenientes del resto del mundo.

Se opondrían los políticos que verían amenazados sus feudos y su modo de vida, pues aprovechan la debilidad del Estado para su beneficio, no el ciudadano ni el empresario. Sólo la presión social interna y la ejercida internacionalmente por los países interesados, pueden cambiar nuestro sombrío destino.



martes, 6 de agosto de 2019

LA GUERRA DE LEGÍTIMA DEFENSA



Por      
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Para MOVIMIENTO LIBERTAD


En el recién pasado mes de julio, conmemoramos 50 años de la guerra con Honduras, llamada de Legítima Defensa o de la Dignidad Nacional. Se defendió, en suelo hondureño, a los salvadoreños, de una agresión ilegítima, pues sólo tuvo por causa, el poder distraer a los políticos hondureños, de sus problemas internos. Se han escrito varias obras que puntualizan los acontecimientos histórico- militar de dicha campaña, pero nada se ha escrito sobre nuestra deficiencia en la defensa política y diplomática de dicha campaña; ésta, es origen de nuevas amenazas para El Salvador, las cuales posiblemente, tendrán que ser enfrentadas en un futuro, por nuestras Fuerzas Armadas

La guerra con Honduras (1969) fue a causa de continuas violaciones en territorio hondureño, de los derechos de los salvadoreños que se habían asentado en aquel territorio, por razones de trabajo: la mano agrícola de los salvadoreños satisfacía las necesidades de la United Fruit Company (UFCO) (1899–1970), reorganizada luego de su quiebra, en la Chiquita Brands International, con sede en Estados Unidos y Suiza. El caos político hondureño y las consecuencias de su reforma agraria de 1962 (Decreto #2 del 29/09/62) preveía la redistribución de parcelas individuales, a partir de tierras con estatus jurídicos diferentes (nacionales, comunales o privadas), afectadas, por encontrarse ociosas o, por haber sido apropiadas de manera ilegal, beneficiarían a miles de salvadoreños residentes en el agro hondureño, siendo víctimas del genocidio de la “Mancha Brava”, que los ataco como pretexto de su unidad nacional.

Han coincidido desde 1954, las crisis hondureñas con la expulsión de salvadoreños de su suelo patrio o con conflictos limítrofes de ese país, que sólo tienen el objeto de crear distracción a problemas internos y realizar una cohesión nacional. En 1967, el Coronel Armando Vásquez Cerrato, para dar un golpe de Estado al General Oswaldo López Arellano, ofrece estabilidad para los salvadoreños, a cambio de armas y apoyo militar de parte de El Salvador. Se les envía en camiones, al mando del SubTeniente Inocente Orlando Montano el SubTeniente Sosa, que luego de cruzar la frontera del Poy, es capturado en Nuevo Ocotepeque, junto a cuarenta y cinco soldados, porque los hondureños “se habían arrepentido” del alzamiento.

El primer revés político diplomático, que no supimos manejar, lo genero el reportero polaco Ryszard Kapuscinski, quien acuñó “Guerra del Futbol”. El poder político exigió al mando militar, la entrega de las tierras tomadas a Honduras, que eran coincidentes con el mapa de El Salvador de 1850; después, diplomáticamente, perdimos los “bolsones” que, según los mapas de 1903, eran tierras salvadoreñas.

El Salvador defendió militarmente, a sus ciudadanos masacrados en Honduras, pero políticos y diplomáticos, no pudieron defender la integridad del territorio nacional, sosteniendo convenientemente eluti possidetis iure” (del latín, "como [poseías] de acuerdo al derecho, poseerás"). Ha venido reduciéndose el territorio nacional por nuestra incapacidad política y diplomática para defenderlo.

Cuando la Isla Conejo fue ocupada por tropas hondureñas que izaron su bandera en dicho territorio, el Presidente Duarte ordenó no recuperar dicha isla, para no entrar en otra guerra ya que había guerrilla en la frontera con Honduras. Hoy la Isla Conejo es el punto de partida de Honduras, para su salida al mar y reclamo de una mayor zona económica exclusiva, a costa de la nuestra, hasta llegar a la desembocadura del Rio Lempa.

Cancillería salvadoreña, activa su Comisión de límites sólo ante un conflicto, mientras que Honduras, tiene la suya trabajando permanentemente aprovechando cualquier conflicto para su beneficio:  así es como, militarmente ganamos la Guerra de la Dignidad Nacional, pero perdimos territorio, por irresponsabilidad de políticos y diplomáticos.


sábado, 3 de agosto de 2019

LA CICIES Y LA CORRUPCIÓN



Por      
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra


Si pretendemos explicar el caos social en que nos encontramos: violencia, emigración y decrecimiento económico, debemos referirnos a la corrupción y la forma de combatirla.

Son origen de la corrupción, la falta de civismo y la tolerancia social: es pública y la encubren las fuerzas políticas, por indiferencia, interés o temor; los ciudadanos la toleran hasta el grado de que teje una red que, envolviendo al Estado, le da nueva forma, una que, adaptándose a la corrupción, conviértelo en un Estado delincuente, con ramificaciones internacionales: Odebrecht y ALBA Petróleos son pináculos de dicha corrupción. Dentro de los partidos políticos, el origen de la corrupción es la pérdida de valores y no es sólo la apropiación indebida de dinero, sino también, la conducta sin ética, en el funcionamiento de instituciones.

 Los funcionarios de las instituciones políticas, conservan la forma de legalidad: sólo dan publicidad a casos que les convienen políticamente o que son irrelevantes; sin embargo, dan finiquitos exprés a los Presidentes Saca y Funes, siendo que debió haber un reparo de $ 700,000,000.00 perdidos durante su gestión. Está cuestionada la contraloría tanto de Hernán Contreras como de Rosalío Toches, ex Presidentes de la Corte de Cuentas; se considera imposible error de auditoría contable de tal magnitud.

Tony Saca favoreció en el país, las operaciones de Alba:  crecieron éstas, al amparo de Funes, hasta convertirse en el mayor lavado de dinero de la historia nacional y la mayor defraudación a la economía pública, pues el dinero se invertía en campañas del FMLN y llenar los bolsillos de los funcionarios; aunque la Asamblea Legislativa desconozca la deuda, por su naturaleza municipal, será cobrada a la república de El Salvador.

La oposición venezolana señala que ingresaron a nuestro país $ 100,000.000 de dólares, para la campaña de Funes, en maletas que   miembros del FMLN y funcionarios venezolanos introdujeron al país y, que el Gobierno de Tony Saca, no quiso interceptar. En la campaña electoral sólo se emplearon $70,000,000.00, el resto “se perdió” en el camino.


Funes cohesiono a la mara y le dio un ser político, para su benéfico político partidario. Hoy, El Salvador permite tropas extranjeras para combatirlas, no porque nuestra Fuerza Armada no pueda someterlas, sino porque falta confianza en la autoridad civil nacional y en sus instituciones. Una CICIES (Comisión Internacional contra la Impunidad en El Salvador) es el reconocimiento internacional de nuestra incapacidad de combatir la corrupción, lo que lleva implícito, nuestra falta de capacidad para gobernarnos. La corrupción en la Asamblea Legislativa, solo es posible, gracias a los votos de cada ciudadano y las triquiñuelas de las cúpulas partidarias, permitidas por sus afiliados es la que permite que los corruptos lleguen al poder.

Debe de haber un cambio, pero no de más reglas de elección a cargos públicos que, al final la corrupción puede manipular, sino en la conciencia del poder ciudadano y que éste, debe de actuar rectamente para el bien común, que es el bien individual colectivizado, es un cambio de actitud cívica, no de nueva legislación.

Hoy no podemos rechazar una CICIES, sin oponernos al combate de la corrupción, pero debemos de estar conscientes de que ésta, no será golpeada en forma pareja, sino a opositores políticos. Y los primeros que serán golpeados serán miembros de la cúpula del FMLN que no haya pactado con Bukele, luego será el resto de sus opositores.

Si no se combate la corrupción desde el origen del sistema republicano: la conciencia de ciudadanía, su combate sólo será momentáneo y transitorio. La propagación de los valores cívicos, debe hacerse conjuntamente con los valores de libertad económica y de libertad de conciencia.

viernes, 2 de agosto de 2019

LA POLÍTICA "INTERMESTICA" DE ESTADOS UNIDOS



Por      
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra


“Interméstica”, es término de reciente acuño (1977) creado por Bayless A. Manning, abogado estadounidense - profesor de Derecho, escritor y experto en Derecho Corporativo, decano de la Escuela de Derecho de Stanford y el primer presidente del Consejo de Relaciones Exteriores de Estados Unidos- dicho término, compuesto de dos palabras, es utilizado para describir un fenómeno internacional, que tiene ramificaciones domésticas y que busca soluciones pragmáticas, a problemas complejos. En la actualidad, la política interméstica de Estados Unidos, rige la política internacional incluyendo Centroamérica y el Caribe.

Al fin de la Guerra Fría, Centroamérica y el Caribe, dejaron de ser relevante para la política exterior de Estados Unidos, pues ya no fueron para dicho país, una amenaza geoestratégica: perdió importancia el paso por Panamá, frente al emergente comercio con Asia y Cuba, ya no fue para Latinoamérica, el foco de inestabilidad. Los intereses norteamericanos pasaron al Asia y al Cercano Oriente. Fueron ya secundarios, a excepción de Brasil y México, los mercados latinoamericanos.

La corrupción de los políticos centroamericanos, ha debilitado la institucionalidad de sus Estados, generando un caos social, causa de la emigración hacia los Estados Unidos, del narcotráfico, del crimen organizado y del entendimiento del criminal con el político: vulnerando con ello, la seguridad doméstica de Estados Unidos. La excesiva emigración ilegal hacia ese país y los efectos de la droga, inciden en la política doméstica de Estados Unidos y muy peligrosamente, cuando se pretende manipular la migración, para crear presión política contra el Gobierno de Trump. Es en tal circunstancia cuando la política doméstica, interviene en la política internacional.

Dicha situación obliga a que la política Trump, sea enérgica hacia México y el Triángulo Norte -  las políticas de Obama, lejos de disminuir los problemas regionales, los exacerbó -. Actualmente, Estados Unidos ha visto, en liderazgos nuevos, una alternativa para solucionar sus problemas, independiente de su forma ideológica de pensar y proceder interno, lo cual no será camino fácil para los centroamericanos. Los endurecimientos de las normas migratorias en México ya, se están haciendo sentir. Hay que tener en cuenta que para Estados Unidos todo inmigrante ilegal es un delincuente y como tal, debe ser tratado. Las fuerzas demócratas en Estados Unidos, cuentan con los efectos negativos de la migración ilegal, para usarlos en su política doméstica.

Estados Unidos apoyara a cualquier Gobierno centroamericano que ponga paro a la emigración y disminuya los flujos de droga, aun a riesgo en su país, de una disminución de libertades o, use esta coyuntura, para eliminar a sus enemigos políticos.

Nicaragua y Venezuela son países que promueven la desestabilización regional: son territorios santuarios para el terrorismo y puntos de distribución de la droga; son remanentes de la estructura geopolítica venezolana, que pretendió ser el último reducto del socialismo en Latinoamérica. Razón por la que, los países que tengan lucha geopolítica con Estados Unidos, darán su apoyo a estos dos países; puede darse un bloqueo económico a Venezuela, pero sin llegar a una intervención militar, repitiéndose el escenario dado una vez, con Cuba.

En razón de éstas circunstancias, es de esperarse que se dé un apoyo incondicional al Gobierno de Nayib Bukele y a sus planes de contención a las maras, frenando la emigración y cortando el tráfico de droga. Una CICIES tendrá igual beneplácito, pero se usará contra los enemigos políticos, siendo el combate a la corrupción un proceso “selectivo”.

La migración actual es originada por la violencia, pero en el futuro, será impulsada por el cambio climático y se exigirá a los políticos, que aborden ese tema. Ahora se exigen soluciones prácticas y no, ideológicas.