Publicación Acción

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jueves, 10 de febrero de 2022

LUDOPATÍA MACROECONOMICA

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

Por el uso compulsivo del Bitcoin, por parte del Gobierno, todos los indicadores económicos nacionales cambian y se comportan, de manera distorsionada, en grado mucho mayor que el causado por la pandemia: sus efectos negativos, se ven potenciados por la compulsión ludópata; en el extranjero, ya se habla de la ludopatía macroeconómica de El Salvador.

 

La ludopatía es una enfermedad psicológica: se caracteriza por un fracaso crónico y progresivo, en resistir los impulsos de jugar apostando dinero. La insistencia del uso del Bitcoin, pese a las advertencias internacionales y de los efectos económicos adversos en El Salvador, hace sufrir a la economía salvadoreña, tal enfermedad.

 

El alza del queso y de los demás productos de la canasta básica, es efecto de esta ludopatía. Y en vez de corregir los efectos económicos adversos de la pandemia, con medidas económicas sensatas, se insiste en resolverlas con un juego de apuestas.

 

Para sostener esta ludopatía, además del riesgo de la estabilidad económica del país, es necesario ejercer un dominio sobre el sistema judicial y, retirar a cualquier juez, que pueda obstaculizar las decisiones del Ejecutivo o, de los sistemas de contraloría interna.

 

Para disimular los efectos de la ludopatía, es muy probable que se impongan sanciones a los intermediarios económicos: probar que el alza de precios, es producto de la especulación, comenzando con los importadores de quesos, hasta llegar a otras importaciones básicas.

 

El ansia de justificar una inversión en Bitcoin, genera absurdos económicos, como esperar el alza del Bitcoin, cuando éste ya no pueda ser minado y, ante la escasez del mismo, elevar su precio. Tal falacia no es posible, cuando existen muchas criptomonedas en pugna y han detenido su crecimiento (especulación) por efecto de la elevación de la tasa de interés de la FED (Sistema de la Reserva Federal). Y si le sumamos la crisis ucraniana, la amenaza de una guerra, obliga a los inversores a refugiarse en activos estables o de demanda, en tiempo de conflicto (oro, petróleo y alimentos).

 

Mientas El Salvador, se hunde, las apuestas siguen, consumiendo la escasa liquidez nacional, que prontamente, enfrentara la iliquidez, al no poder pagar sus compromisos internacionales primero y luego, los nacionales. Este es el mensaje que nos envían, desde el exterior, las calificadoras de riesgo. con una clasificación CCC.

 

Por esa razón, el FMI, recomienda una disminución en los gastos internos y una recaudación tributaria más alta, con tal de equilibrar las finanzas públicas. La razón de supresión del FODES a las municipalidades, ha sido para alimentar los gastos del Ejecutivo y poder disponer de liquidez, para especulación con el Bitcoin, pero sus efectos, son el alza de los impuestos municipales, hasta un punto de insostenibilidad, lo cual obliga al Ejecutivo, a pretender regularlos, para evitar un efecto político electoral adverso, agudizando la crisis nacional.

 

La lucha de poder dentro de la Corte Suprema de Justicia y el desafuero de los mismos Diputados de Nuevas Ideas, sólo advierten el grado de descomposición de las instituciones nacionales que, al dejar de operar en su función Constitucional, sólo obedecen a la fuerza y así, el riesgo financiero se acrecienta.

 

El desafuero de los diputados de Nuevas Ideas, es la primera advertencia de que la institucionalidad, caerá contra quienes no aprueben al régimen, sean políticos, empresarios, periodistas o personas comunes. Todas estas medidas del Gobierno, sólo aíslan al país, que queda en manos del autoritarismo y la delincuencia organizada. Mientras tanto, el Gobierno, ve en la emigración, un fenómeno favorable para él y su trato con el crimen organizado, le asegura el control territorial: todo generado por la ludopatía del dictador.