Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
La lucha política, ha
derivado al ámbito judicial, como proceso de deconstrucción histórica, generada
por el oficialismo, sin considerar, que tal pretendido giro, se revertirá
contra el mismo régimen que lo ha provocado.
La visión que pretende
crearse, es un cambio en el significado histórico, de que el pasado conflicto
armado de el El Salvador, fue un conflicto pactado entre fuerzas políticas
partidarias; una conservadora y la otra revolucionaria de izquierda, deseosas
del poder y de los beneficios personales, que gozaban los conservadores, por lo
que se generó una guerra, para equilibrando sus fuerzas, obtener mayores
prebendas personales para ambas dirigencias. (Leer editorial del periódico oficialista
El Salvador 28/12/2023, que expone estos conceptos.)
La razón de tal
deconstrucción histórica, es para: establecer que la Fuerza Armada de hoy, es
diferente de la Fuerza Armada, que participó en la Guerra Fría. Debe por lo
tanto de cumplir un papel diferente, apegado a la visión política-histórica,
del oficialismo y cambiar su
apoliticidad, por otra, política partidaria. Los militares en retiro, deben
sufrir castigo por sus acciones en el servicio, como muestra de lo que el
Estado puede hacerle a quien hoy en el servicio, se aparte de la visón
oficialista.
El auto del 22/12/2023
del Juzgado de Instrucción de San Francisco Gotera, Morazán, en la Causa Penal
238/1990, refleja esta nueva visión política-histórica, convirtiendo un proceso
ya plagado de errores judiciales, en un instrumento político-ideológico del
Gobierno.
Los hechos que juzga ahora
el tribunal arriba mencionado, tuvieron origen en la intención, de crear una
secesión en el territorio nacional; hechos narrados, desde varios puntos de
vista – según las entrevistas de Marta Harnecker a la Comandancia del FMLN en
Cuba, sobre el desarrollo de la Guerra y, con el parte de Guerra a la Nación,
del General Emilio Ponce, al finalizar el conflicto y, los varios libros
escritos sobre estos hechos, por el General Juan Orlando Zepeda Herrera- por lo
que la historia ofrece suficientes elementos, para juzgar la realidad de los
hechos sucedidos, considerándolos “hechos de guerra”.
Esta nueva historia,
establece las bases para que los altos mandos de la Fuerza Armada y Policía
Nacional Civil, sean juzgados hoy, por los crímenes de Lesa Humanidad, que se les imputan por violación de los derechos
humanos en el actual régimen, aunque sigan instrucciones políticas dictadas por
el Órgano Ejecutivo y la Asamblea Legislativa, pues el régimen autoritario,
establece un mando único y, obediencia indiscutible, por lo que la
responsabilidad será absoluta, por actuar sin la institucionalidad del Estado
de Derecho.
Acusar de encubrimiento a
las autoridades políticas, por aprobar una Ley en 1993, ya no vigente, no es justicia,
pues recae la orden de captura sobre el único político de esa época, que hoy es
un activista de los derechos humanos y del Estado de Derecho, Rubén Zamora
Rivas y sobre Alfredo Cristiani, presidente de la República en aquella época,
quien, ya fue objeto de diferentes ataques de Nayíb Bukele, ordenando en cadena
nacional, su captura e incautación de todos sus bienes. En el extranjero,
dichas órdenes de persecución y captura, son consideradas de naturaleza
política y, por consecuencia, no ejecutables.
El proceso en el cual se
emitió dicha valoración, busca responsabilizar de terrorismo a la oficialidad,
en servicio activo en aquella época y justifica, el quehacer insurgente, lo cual
viola el espíritu y la letra de los Acuerdos de Paz de 1992.
El actual régimen está
creando un precedente que se le revertirá: por ahora, ha destruido la
independencia judicial y la apoliticidad de la Fuerza Armada.
PUBLICACIÓN ACCION DESEA
A SUS LECTORES UN FELIZ AÑO NUEVO Y UN PROSPERO 2024.