Publicación Acción

Es necesario expresar libremente el pensamiento político para el fortalecimiento de nuestro sistema democratico, republicano y representativo.



sábado, 29 de octubre de 2022

ECONOMÍA: PÚNTO DE INFLECCIÓN

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

Por sus efectos económicos, se hará insostenible l presente Gobierno se hará insostenible: se plantea como contramedida, el endurecimiento del control del Estado, el cual ya se ha iniciado con el del aparato electoral, finalizando con el dominio de las instituciones judiciales, cuya función será, la de diligenciar el confinamiento del detenido, en deformación de la función penal. No se mejoraran las condiciones internacionales que harían posible, el correcto funcionamiento del aparato económico.

 

La fuga de capitales hacia Guatemala y Panamá, es el preludio de los acontecimientos que se nos avecinan: el fin del TPS y, la indiferencia con que el Gobierno lo ha tomado, indica que muy pronto, El Salvador no podrá equilibrar su Balanza de Pagos y el Gobierno, por baja en la economía, deberá enfrentar una crisis fiscal. La bonanza que espera, al aprobar la nueva ley de pensiones, que exige la entrega de todos los activos de las AFP al Estado y su posterior disolución, no bastarán para cumplir los compromisos asumidos y también los ofrecidos, obligan a realizar las inversiones de las AFP, lo que significará una pérdida para el asegurado y liquidez, para el Gobierno, que asegurará la deuda, con documentos sin valor alguno, sin que esto signifique, una mejor calificación crediticia internacional.

 

La carga de la pensión universal, para los mayores de 70 años y que no será mayor a los $120.00 mensuales, se sumará a las 45,000 pensiones de $ 50.00 que ya se otorgan y no han sido pagadas por falta de fondos estatales, llevan 8 meses, de retraso. El populismo inicial, que posiblemente ha sido concebido con fines electorales, se desvanecerá luego de pasar tal período. La idea, de que todo el sector informal cotizará en favor del Estado, es pura ilusión.

 

El retorno de un mínimo número de quienes gozan del TPS, no podría ser absorbido por la economía, cuando la tasa de desempleo es de 9.5% (sin recuperación significativa desde la pandemia, aunque el Gobierno, asegura que es de sólo el 3.6%). Considerase que de 4,000,000 de personas, económicamente activas, sólo 972,371 poseen un trabajo formal. Así que a todo deportado, sólo le queda entrar en el sector informal o, retornar ilegalmente a Estados Unidos, lo cual generará, aumento de la delincuencia.

 

Sin preocuparse el Gobierno, por la situación económica, se enfoca en la represión, o sea, en el autoritarismo, iniciándolo por un absoluto control, del sistema electoral. Las reformas para el voto en el exterior, son preparativo, para un gigantesco fraude electoral, por el cual la esperanza de cambio en el ejercicio del Gobierno, se convertirá en la legitimación de un régimen autoritario, pues una campaña electoral, bajo un régimen de excepción, es imposible de concebir, e implicará un desgaste económico de la oposición, además de descubrir a los financistas, que luego serán ahogados por el Gobierno.

 

La invasión rusa a Ucrania, ha dejado claro las posiciones geopolíticas actuales: autoritarismo nacionalista vrs el orden internacional, basado en el Estado de Derecho y, se ha reconocido que un referéndum, bajo una fuerza de ocupación, sin libertad, no puede ser reconocido: y de igual manera, las elecciones bajo un régimen de excepción y un sistema electoral manipulado desde el ejecutivo, no pueden ser reconocidos.

 

La negligencia e irresponsabilidad del Ejecutivo, en su gestión internacional, ha puesto en peligro la estabilidad macroeconómica del país, pues ha descuidado nuestra relación con Estados Unidos y Europa, mientras que internamente, destruye el sistema electoral, para legitimar una tiranía, que oprime a la Nación.

 

Las nuevas reformas judiciales, tienen por objeto agilizar los procesos de encarcelamiento y legalizar la prisión sin pruebas.

martes, 18 de octubre de 2022

LA FUNCIÓN POLÍTICA DE LOS MILITARES EN CENTROAMERICA

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

La fundación alemana Heinrich Böll Stiftung, ha publicado el estudio “LA FUNCIÓN POLÍTICA DE LOS MILITARES EN CENTROAMERICA, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua”, editado el 2020, siendo sus autores: Knut Walter y Otto Argueta, y, en cuyo prólogo, se dice: “el papel de las fuerzas armadas, sigue siendo una ilusión impuesta para solucionar problemas que sólo el Estado de Derecho, y el respeto de la vida humana y el cumplimiento a los Derechos Humanos pueden lograr”, por lo que a la luz de este estudio, es conveniente analizar el papel que desempeñará la Fuerza Armada en El Salvador.

 

La Fuerza Armada, es órgano esencial del Estado moderno, y según al marco constitucional actual, es la convergencia entre el Derecho y la fuerza: cuya función política es la de defender física y orgánicamente al Estado, ante cualquier amenaza. Por esa razón, la función de la Fuerza Armada es apolítica partidaria, no deliberante y obediente a la institucionalidad nacional, y no, a personas como tales, aunque ostenten un cargo público.

 

El estudio antes mencionado, se refiere al peligro de la utilización de la Fuerza Armada, con un fin político, diferente al que la institucionalidad le asigna, pues si se utiliza como solución a los problemas nacionales, degenerando sus funciones, conviértese en fuerza que daña al ciudadano. Y este es proceso que finaliza, con el desprestigio de la Fuerza Armada y su manipulación partidaria.

 

La tendencia actual, es presentar a la Fuerza Armada, fragmentada en su quehacer histórico, estableciendo un quiebre que se debe al presente Gobierno, deslegitimando su papel durante el pasado conflicto armado internacionalizado. Sin relacionar que quienes enfrentaron dicho conflicto, fueron también quienes reestablecieron la institucionalidad nacional en 1979 y luego, se sometieron al poder civil, mientras aún se libraba, una lucha armada. Por lo que se puede afirmar que la Fuerza Armada, en aquel momento y en los años subsiguientes, cumplió su rol constitucional, dentro del sistema democrático y republicano.

 

En entrevista televisiva, un veterano, externó su visión sobre el presente y futuro político de la Fuerza Armada, afirmando que, los males nacionales débense a los partidos políticos ARENA y FMLN, por lo que hoy, la tropa en activo y la veteranía, dan su apoyo político al presente Gobierno. También señálalo que existe una división de orden político, entre los intereses de la tropa y los de la oficialidad.

 

La Fuerza Armada, es una sola entidad, que debe existir y funcionar al unisonó, no fragmentada entre tropa y su oficialidad, más parece que el populismo, ha infectado a la Fuerza armada, creando un peligro mayor, pues teniendo derecho al voto, vela por sus intereses políticos con armas y, deja de ser un ejecutor del poder político.

 

Esta ruptura en las generaciones militares, puede apreciarse en los diferentes discursos del Presidente Bukele, justificando e impulsando, desde el Gobierno, los juicios contra oficiales que participaron en el pasado conflicto armado. Las recientes capturas de oficiales superiores, así lo demuestran y, las maniobras políticas, como en el caso Mozote, ya no son impulsadas, por la corriente internacional de Derechos Humanos.

 

El uso excesivo de la Fuerza Armada, en la seguridad pública, bajo un régimen de excepción permanente, genera dos peligros: la contaminación de la Fuerza Armada con el crimen organizado (hecho reconocido por el Ministro Merino Monroy) y el estrangulamiento de las normales actividades políticas. Como resultado se da la degeneración de la función constitucional de la Fuerza Armada.

 

El estudio antes relacionado concluye: “La tendencia actual al populismo y al autoritarismo…. han degradado la frágil democracia existente al punto de convertirlos en regímenes autocráticos”.

sábado, 15 de octubre de 2022

DE GORBACHOV A LATINOAMERICA

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

El derrumbe de la Unión Soviética, entre el 11 de marzo de 1990 y, el 26 de diciembre de 1991, atribuido a la perestroika de Mijaíl Gorbachov, fue resultado del esfuerzo último, de mantener la estructura y poder soviético, sometidos al stress económico y social, de un sistema imposible de sostener, por la falta de libertad y el control absoluto del Estado; que permitió la corrupción, como estructura Estatal y al final, ahogó toda la actividad individual. A los problemas propios del comunismo, se agregó una competencia militar con Occidente, imposible de ser sostenida, por su precaria economía, producto de su modelo político.

 

La Unión Soviética y China continental, sufrieron los mismos males, propios del comunismo: ideológicos y de su política práctica, pero las soluciones fueron diferentes: la Unión Soviética, procuro reestructurar el sistema económico y liberalizar el político (perestroika y glasnost) y China continental, optó por la apertura económica, conservando el control político del Partido Comunista.

 

Mijaíl Gorbachov, consideraba que la perestroika y el glasnost, eran aplicables en toda su extensión, a la Unión Soviética, pero no, para Latinoamérica, pues en ésta, no se había pasado por el estadio del comunismo. Al final de la Guerra Fría, las fuerzas comunistas latinoamericanas, quedaron intactas, pero sin su rol de presión política antioccidental, por lo que se dio una forma de neo comunismo latinoamericano, que evolucionó, hacia un populismo de izquierda.

 

El neo-comunismo latinoamericano, aún no se define en su totalidad, encuéntrase en evolución y, una primera aproximación, hacia su nueva forma, se presenta en el Foro de Sao Pablo. En esta evolución, Cuba pasa, su rol revolucionario a Venezuela y Brasil. En estas acciones, Venezuela empeña su riqueza nacional, en extender su influencia hacia los países más pobres de Latinoamérica, en busca de un liderazgo geopolítico, capaz de competir con el de Estados Unidos. Para mantener este esfuerzo, ha necesitado de la ayuda de Rusia, China continental e Irán.

 

Al disputar Rusia y China continental, su influencia a Estados Unidos; Cuba, Nicaragua y Venezuela, en continuidad de la Guerra Fría, han  dado a Rusia y China continental,  su apoyo. Mientras. tímidamente, Brasil, Argentina y México, muestran su descontento con Estados Unidos; cada uno de ellos, por intereses propios, que pueden resumirse en contrarrestar la influencia de Estados Unidos y Europa, en sus economías públicas y, en los señalamientos sobre abusos de autoridad e indulgencia, con el crimen organizado.

 

En El Salvador, la Izquierda se ha dividido: tradicional y neo-izquierda, generada por una lucha de poder contra la cúpula tradicional, fracturándose ésta. Bukele, recoge las distintas fracciones de Izquierda y las dirige hacia la cúpula del FMLN, debilitándolo y, dando una nueva estructura o forma a la izquierda, muy similar a la nicaragüense: funda su poder en la Fuerza Armada y se sostiene, gracias al apoyo del capital, justificando el régimen, mediante el populismo, por lo que la institucionalidad desaparece y permite las distintas organizaciones del crimen organizado.

 

El riesgo que corren los regímenes de izquierda latinoamericanos, es que su populismo, es muy oneroso y terminan consumiendo sus recursos, por lo que confían en el financiamiento y cobertura que pueden darles otros países, en su lucha geopolítica o geoestratégica contra Estados Unidos.

 

La cercanía de Bukele a los intereses de China continental, en primera instancia y rusos en segundo, es por la actual lucha de esos países con Occidente y la claridad, en su apoyo, va en razón de los beneficios a su Gobierno, los cuales no tienen significado para la nación salvadoreña, pues no son ideológicos, sino de conveniencia de poder.

viernes, 14 de octubre de 2022

DEL KAISER A UCRANIA

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

Por efectos del fin de la Primera Guerra Mundial (1918), ha habido sucesos que, aún hoy, en el siglo XXI, continúan siendo influyentes. La caída del Kaiser Guillermo II en Alemania, fue el detonante del Nazismo y el principio de la Segunda Guerra Mundial; el tren secreto que trasladó a Rusia a Lenin, preparo la Guerra Fría y, consolidó el nacionalismo ruso, que hoy reclama a Ucrania, como suya. Está creándose una nueva unidad europea que, junto a Estados Unidos, constituirá el centro de un sistema democrático globalista, reducido a sus áreas de influencia, con conexión hacia Oriente, por medio de la economía China: si ésta nación, no se convierte, por rencor, en el nuevo enemigo de Occidente, debido a la apertura forzada al comercio Europeo, nacionalismo y exigencia geoestratégicas, que le obliga al dominio del Pacífico.

 

Al impulso de esas corrientes geopolíticas mundiales, la política centroamericana se mueve, sufriendo diferentes influencias, que son utilizadas en la lucha de poder interno, sin que pueda preverse sus desenlaces, que casi siempre, son nefastos para el ciudadano común.

 

El General Alexesei Kuropatquin (Ministro de Guerra de Rusia entre 1898-1904), estableció las prioridades geopolíticas de su país, conforme al nacionalismo imperial. Esos mismos principios, llevaron en la época soviética, a la invasión de Afganistán y antes, a mantener por la fuerza, bajo la órbita soviética, a diferentes naciones europeas, que hoy, forman parte de la Unión Europea y la OTAN.

 

La invasión de Ucrania, es la repetición fallida, de la invasión soviética a Hungría, en 1956. Ahora, Ucrania separada de Rusia, sigue un destino independiente. El nacionalismo ruso, exige su ocupación para tenerlo en la esfera de la Federación Rusa, como antes lo fue, como parte de la Unión Soviética y antes, parte del imperio Zarista.

 

Al caer la Unión Soviética, Occidente cree que los conflictos habían cesado y que comenzaría un período de paz globalizado; no fue así, los nacionalismos con las necesidades geopolíticas, cuando son dominados por el autoritarismo, crean nuevos conflictos. Así hemos observado en los Balcanes, Siria, Irak, Afganistán, Chechenia, etc.

 

Si ahora Occidente, no pone fin al expansionismo ruso en suelo ucraniano, sería igual al pacto de Múnich de 1938, cuando se accedió a que Hitler anexara a los Sudetes, para mantener la paz en Europa, pero dicha acción, sólo estímulo al uso de la fuerza, para la anexión de nuevos territorios y, 13 meses después, por la invasión alemana a Polonia, estalla la Segunda Guerra Mundial, cuando los Aliados aún no estaban preparados para esa guerra.

 

El debilitamiento de Rusia en Ucrania, garantiza que la guerra no llegue a Europa, aunque sus efectos económicos, estén iniciando caos en algunos países y presionando a sus gobiernos. Es preferible una baja en la economía y, el colapso de algunos sectores, a la destrucción de sus estructuras productivas, causada por una guerra en suelo patrio. La recuperación de Europa en la post guerra, fue gracias a la ayuda externa del Plan Marchal, ahora, si no sufren devastación por guerra, su reconstrucción y adaptación a un mundo más reducido, puede ser logrado por la Unión Europea, con relativa facilidad y autosuficiencia.

 

El fantasma de un conflicto nuclear, siempre existirá mientras la doctrina militar rusa vigente ahora, sea la misma y el Gobierno insista en una expansión geopolítica, por vía de las armas.

 

El Salvador, por no condenar en las Naciones Unidas, la anexión de territorios ucranianos a Rusia, da de hecho, su apoyo a Rusia y seguimos, un nuevo derrotero geopolítico favorable a Rusia en su expansión y, a China continental, en su amenaza sobre Taiwán.

miércoles, 5 de octubre de 2022

SOBERANÍA Y VOTO POPULAR

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

El reciente referéndum, en las regiones invadidas por Rusia en Ucrania, permite apreciar, en términos prácticos, el alcance de la soberanía y, su interrelación con el reconocimiento de la misma, por la comunidad internacional. Estas reflexiones, pueden aplicarse a las dictaduras latinoamericanas y a El Salvador, en razón del significado que el Presidente Bukele, ha dado al término “soberanía” en su aplicación internacional.

 

Soberanía es el supremo poder político, que corresponde a un Estado independiente, reconocido internacionalmente: conforme a los procesos internos de legitimidad del ejercicio del poder. Por lo que la soberanía, necesita reconocimiento interno y externo: interno del ciudadano, en el proceso de legitimación y externo, de otros Estados.

 

En Ucrania, un referéndum o cualquier consulta popular, realizada en base a una fuerza de ocupación, va contra lo establecido por los principios que rigen a las Naciones Unidas y con ello,  contra el Derecho Internacional, por lo que dicho referéndum de anexión, no ha sido reconocido por ningún país democrático, ni por China - por su política interna hacia Taiwán, por considerarla  una provincia rebelde de China: reconocer un referéndum, para definir su soberanía territorial, sería admitir la posibilidad de Taiwán de hacer valer, por referéndum, su separación política de China continental: posición inaceptable para Pekín -.

 

El principio de reconocer a un Estado, cuyo Gobierno se deriva del orden preestablecido en una Constitución, legitimada por el ciudadano, en el ejercicio libre de su capacidad política, ha sido norma centroamericana, desde “LOS PACTOS DE WASHINGTON DE 1923, TRATADO GENERAL DE PAZ Y AMISTAD”, firmado en Washington D.C., por todos los países Centroamericanos. En el Artículo II, se lee: “declaran que se considera amenazante a la paz de dichas Repúblicas todo Acto, en disposición y medida que altere en cualquiera de ellas el orden constitucional, ya sea que procede de algún Poder Público, ya de particulares”.

 

A 99 años de firmado dicho tratado, que puede ser estudiado en los archivos del SICA y las bibliotecas de la Asamblea Legislativa, Corte Suprema de Justicia y de Relaciones Exteriores, hoy cobra vigencia, pues en directa contravención a la Constitución, el Presidente Bukele, anuncia su reelección y con ello, desafía a la Comunidad Internacional, anteponiendo la soberanía, sin tomar en cuenta que ésta, es producto de la paz interior, garantizada por el cumplimiento de los distintos mecanismos constitucionales, los cuales sería imposible de ser ejercidos, si la separación de poderes no existiese y, las elecciones se celebrasen, bajo un Régimen de Excepción, durante el cual, no existen las garantías fundamentales, pues han sido suprimidas de derecho las libertades de expresión y asociación, junto a los Derechos individuales que el Estado garantiza.

 

Consecuencia del rompimiento constitucional, es el aislamiento de la comunidad internacional, que ya estamos viendo: proceso que inicia afectando el crédito público nacional y luego, al sistema bancario privado; poco a poco, ese efecto se hará mayor: perdida de competitividad, menor inversión, y lentamente, disminución en la cooperación internacional.

 

El sistema democrático, como base de un sistema político fuerte, garantiza la plena igualdad entre nacionales y extranjeros, facilitando la interrelación armónica, sin más influencias que las surgidas de la paridad de oportunidades e igualdad jurídica, por ello, el tratado antes mencionado, garantizaba en Centroamérica, el respeto a los procesos constitucionales, para un desarrollo regional sostenible.

 

En Nicaragua, el rompimiento Constitucional lo aleja de la comunidad internacional y lo condena, a tener como “amigos” sólo a regímenes igualmente autoritarios, a los que la prosperidad y bonanza económica, no caracteriza. El Presidente Bukele, va por el mismo camino: la sociedad salvadoreña se está aislando y, sus oportunidades de bienestar desaparecerán.