Publicación Acción

Es necesario expresar libremente el pensamiento político para el fortalecimiento de nuestro sistema democratico, republicano y representativo.



domingo, 23 de enero de 2022

INGOBERNABILIDAD POLÍTICA

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

La ingobernabilidad es la incapacidad del gobernante, para solucionar o, satisfacer las necesidades nacionales, para el desarrollo sostenible, en un plano de armonía social, dentro del concierto de las naciones. El Gobierno de El Salvador está ahondando, las crisis sociales ya existentes y, poniendo en riesgo, la estabilidad geopolítica del área, sin que los ciudadanos, tengan voz ni voto, en las políticas públicas, debido a la elección de funcionarios, fuera de un equilibrio e independencia dentro de los poderes públicos.

 

La crisis económica que se avecina, provocada por la adopción del Bitcoin y la iliquidez nacional, tiene su origen en la falta de controles efectivos en la contraloría de fondos  públicos. Así, la separación de poderes, esencial para el convivir armónico de la sociedad, ha desaparecido, al unificar las estructuras del Poder Legislativo, Judicial, Ministerio Público, y Corte de Cuentas, bajo el criterio único, del Órgano Ejecutivo, conllevando la desaparición de la autonomía municipal, para poder convertir el ordenamiento jurídico, en un instrumento de presión política, a criterio de la conveniencia del Presidente de la República.

 

La utilización política del Órgano Judicial, se ha dado muy lentamente, para procurar deducir responsabilidades, sobre Derechos Humanos y Crímenes de Lesa Humanidad, que se dieron durante nuestro conflicto armado. Instrucción de cinco años, sin claridad en el futuro cercano, de ser elevado a plenario, con imputados que no estuvieron en el lugar de los hechos y juzgados por un tribunal, sin jurisdicción. Esta aberración jurídica, fue por cuestiones políticas, no finalizadas con los Acuerdos de Paz. Aunque sus efectos, no lesionan en general la institucionalidad, sí abren el camino, para la politización de la institucionalidad jurídica, al servicio del autoritarismo.

 

Cuando Bukele, pidiendo la inspiración de Alá, se toma la Asamblea Legislativa, el nueve de febrero de 2021 y, ante el desconcierto de la mayoría de Comandantes de las diferentes unidades militares, el país entra en un proceso de destrucción y, unificación de facto de los distintos poderes que conforman el Estado, hasta culminar con la remoción de la Sala de lo Constitucional y del Fiscal General de la República.

 

Sólo así, ha podido mantenerse en prisión, a antiguos funcionarios del FMLN quienes, según el Código de Procedimientos Penales, deberían gozar medidas substitutivas. Igual suerte, ha corrido el exalcalde Ernesto Muyshondt o, no habría sido desaforado el Diputado Norman Quijano. Estos casos son emblemáticos, pero la remoción forzosa de jueces, a finales de 2021, también ha atentado contra la seguridad jurídica, así como los miles de empleados públicos despedidos ilegalmente, pues los mecanismos o recursos legales, han sido inexistentes, como medio de alcanzar la justicia y, solventar un conflicto.

 

La confiscación de la sede de ARENA, carece de fundamento, salvo por la conveniencia política del Gobierno, igualmente la reapertura del caso Jesuitas o, el impulso dado al caso Calabozo.

 

La comunidad jurídica está obligada a estudiar estas situaciones, desde el punto de vista del rompimiento del orden Constitucional, pues sus efectos, ya se manifiestan en el incumplimiento de tratados internacionales que en definitiva, ha beneficiado al crimen organizado y a la consolidación del control territorial de las pandillas.

 

La aventura del Bitcoin, apenas comienza y ya nos ha costado la iliquidez de nuestra economía. Sólo podrá ser parado, por la acción de la Corte de Cuentas, pero ésta no puede operar, fuera del sistema jurídico efectivo, el cual ya no existe.

 

Los problemas del país, no son ya políticos o económicos, sino de institucionalidad, por lo que es necesario que el orden Constitucional, sea reestablecido, de lo contrario, la función del Abogado, Juez y Profesor de Derecho, serán en el futuro, para la sociedad salvadoreña, innecesarios.   

miércoles, 19 de enero de 2022

¿QUÉ PASARÁ?

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

¿Qué pasará cuando la izquierda comprenda que Bukele, a quien apoya, está contra sus principios? ¿Qué pasará cuando GANA y NUEVAS IDEAS entiendan que han sido utilizados, sin lograr cambios, destruyendo sólo a los opositores de Bukele, favoreciendo a millonarios extranjeros y políticos oportunistas? ¿Qué pasará cuando los Alcaldes y sus Consejos renuncien a sus partidos políticos, sin lograr los proyectos reclamados para sus municipios? ¿Qué pasará cuando los políticos, que ahora apoyan a Bukele por dinero, no lo reciban? ¿Qué pasará cuando sólo haya dinero para pagar a soldados y policías y, el resto de los empleados públicos, no puedan cobrar dinero físico o con respaldo? ¿Qué pasará cuando el Gobierno haya despilfarrado los fondos de pensiones?

 

El núcleo partidario de Nuevas Ideas, procede de los cuadros del FMLN, con fuerte ideologización de pensamiento de Izquierda: se sumó a dicho partido, en reclamo a la cúpula del FMLN, por la gobernabilidad, que éste mantenía, desde los Acuerdos de Paz. Pensaron que Bukele, era la continuidad de la lucha revolucionaria y, llevaría al poder las ideas de Izquierda; se planteó así, la propaganda de Bukele, hacia el interior del FMLN, debilitando el poder de su cúpula, y fallando en el intento de tomarse dicho partido. Mientras que para el gran empresariado, se presentaba como organizador de grandes negocios.

 

Pero ese núcleo, fuertemente ideologizado, está siendo utilizado como factor secundario en el Gobierno (empleados públicos), que en algún momento tendrán que reaccionar cuando adviertan que sus acciones, sólo benefician a millonarios extranjeros y, a la cúpula del Gobierno en la forma más pura del mercantilismo y, que cada acción gubernamental, va tendiente a perjudicar a cada salvadoreño.

 

Hasta las acciones más pequeñas, van encaminadas a dañar a la población: al suprimir el FODES se condena a la indigencia a las Municipalidades pequeñas y éstas, se ven en la necesidad de poner impuestos hasta a las tortilleras o, cobrar por parquear en la acera frente a su casa. Se deja sin medicinas al Seguro Social y el Ministerio de Salud, inocula a la población, con vacunas vencidas.

 

Los Alcaldes y sus Consejos, son inducidos a renunciar a sus partidos políticos, para poder calificar para las obras municipales y donde GANA o Nuevas Ideas, han perdido dominio político, será substituido por la pseudo-oposición, iniciada por el Gobierno. Si un ex funcionario, se ve obligado a renunciar a su partido, pero ingresar a otro nuevo, para no ser investigado o, ir a la cárcel, no asegura lealtad alguna, solo resentimiento, venganza y odio.

 

Si el descontento generado por el Gobierno, ha sido el catalizador de marchas multitudinarias, pese al control policial y militar, en derredor de San Salvador, ¿Qué pasará al crecer el descontento general, sin poder manifestarse libremente? Habrá en el país, catorce manifestaciones simultaneas. Y viene la siguiente pregunta: ¿El Gobierno decretará en esos días, toque de queda, so pretexto de la pandemia? ¿Tendrá suficiente fuerza para evitar el descontento y su manifestación, si la sociedad, no ve sus ingresos incrementados, pero sí, la inflación, con desabastecimiento de la canasta básica?

 

El Gobierno, ha cambiado la legitimidad, por la mentira y la propaganda populista, basada en el engaño: proponer grandes ganancias a los ancianos, si usan el Bitcoin, en vez de asegurar una pensión digna, devolviendo el dinero que el Gobierno ha tomado, en base a la Ley (hecha por ellos mismos) de los fondos de pensiones y, devolver la rentabilidad que originalmente se planteó.

 

Nayib Bukele, forjó afilada bayoneta, contra los partidos tradicionales y, se está sentando en ella, cuando el país, necesita estabilidad.

domingo, 16 de enero de 2022

OFICIALISMO RECLAMA JUSTICIA

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

El oficialismo, a 30 años de los Acuerdos de Paz, asegura que el conflicto armado fue farsa entre el FMLN y el Estado y, exige la justicia que no se logró, al ponerle fin; por lo que tienen que verse sus acciones presentes, como la continuación del conflicto, luego de larga tregua, pactada entre las partes. Asume hoy el Gobierno, una posición que ninguno de los contendientes pasados (la insurgencia o el Estado), desearon continuar, pero sí, asegura al mismo, el poder absoluto, en un ejercicio arbitrario, que sólo es beneficio para sí mismo y para millonarios extranjeros. Siendo arrebatados a sus ciudadanos, la riqueza y el dominio sobre el Estado de El Salvador.

 

El pasado conflicto armado, es considerado un conflicto interno internacionalizado, o sea, que los factores internos, fueron alimentados y sostenidos, por un conflicto mayor, entre potencias (Guerra Fría). Pudo darse fin a nuestro conflicto, sólo hasta que sus abastecedores desde el exterior, acordaron ponerle fin: así, púdose consolidar la paz. Sus víctimas fueron 11,000 efectivos militares y 40,000 insurgentes, todos fallecidos por efecto de las armas y 10,000 mutilados por minas terrestres. Sus testigos son más de 250,000 personas que causaron alta durante esos años y 100,000 insurgentes, entre combatientes y estructuras de apoyo logístico,

 

Estados Unidos, China y la Unión Soviética, siniestraron armas, dinero y conocimientos; nosotros en la región centroamericana, fuimos sólo un peón. Las estrategias de contrainsurgencia, aprendidas en Vietnam, fueron empleadas aquí y, las tácticas insurgentes depuradas por el General Giáp en Vietnam, fueron también practicadas aquí, adaptadas a las estrategias recomendadas por el guerrillero brasileño Carlos Marighella y el terrorismo filipino.

 

Nuestro conflicto armado, fue crisol en donde ideas y personas vinieron a luchar. Esa realidad, el Gobierno la niega hoy, para asumir la continuidad de la lucha, pero en su beneficio y procurando ser parte, de una nueva contienda geopolítica entre potencias: hoy con China y Rusia, contra Estados Unidos, la Unión Europea e Inglaterra, por el dominio de la tectología y el comercio global.

 

Por esa razón, vemos un enfriamiento de nuestro Gobierno, con Estados Unidos y, un amistoso acercamiento a China. Procura justificar sus abusos de poder, señalando los problemas de Estados Unidos. Con la finalidad de justificar su autoritarismo, responsabiliza a otros,  de la incapacidad del Gobierno y de nuestros males.

 

El sobre endeudamiento durante la pandemia, era soportable, si no hubiese habido despilfarro que ha servido para el lucro de personas, en el Gobierno. La economía no habría sufrido tanto con un confinamiento tan largo. La prevención individual, fue substituida por el confinamiento, sin que se pudiera evitar el contagio. Hoy tenemos contagios, limitados sólo por la prevención. Corremos el riesgo de caer en un impago, por la falta de transparencia en los manejos de los fondos públicos y, la incapacidad del Gobierno, para honrar nuestros compromisos como nación.

 

La esperanza del Gobierno, es que extranjeros particulares, tomen el Bitcoin como la nueva industria de oportunidades, como fue la minería de oro en el pasado, para que vengan a enriquecerse e imponer sus leyes (como ya lo han dicho), beneficiando sus bolsillos y del Gobierno y no, del Estado salvadoreño.

 

El Gobierno confía en la nueva lucha geopolítica entre potencias, para poder tener un sostén extranjero, cuando en el país, el Gobierno, ya perdió su legitimidad. Esto nos lleva a nueva fase de incertidumbre; la generación que vivió y participó en el conflicto armado, no quiere para la presente generación, un nuevo conflicto, pero que tendrá que vivirlo, por los ánimos de lucro y poder del presente Gobierno, si quiere recuperar su libertad.

sábado, 8 de enero de 2022

BOICOT AL CASO EL MOZOTE

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

El caso El Mozote, y el caso Jesuitas, como procesos penales, han sufrido un continuo boicot, que ha impedido que la justicia, por medio de la aplicación del Derecho, logre su objetivo, pues la política y, los factores económicos resultantes, han deformado los procesos, con la pretensión de construir una realidad, que se ajuste a intereses políticos presentes y, que concuerde, con estructuras ideológicas preconcebidas.

 

En el caso El Mozote, se encuentran enjuiciadas personas que no participaron en los hechos o cuyas órdenes, impartidas como mandos superiores, sólo señalaban la recuperación del territorio, proclamado  “territorio liberado” , por la insurgencia y, sobre el cual ésta ejercía control por medio de las armas, reclutando de manera forzosa a sus habitantes, aunque éstos no tuviesen la capacidad de ser combatientes, exponiéndolos, de esa manera, a los rigores de la guerra.

 

El caso Jesuitas, fue juzgado bajo la observación diplomática, especialmente de España y Alemania, en coordinación con la Iglesia Católica. Se verificó la transparencia del proceso, seguido en el Juzgado 4° de lo Penal, resultando en la condena de los implicados y únicos responsables (según la investigación policial y judicial). Sin embargo, en la presunción política de una “conspiración gubernamental”, se ha pretendido reabrirlo cuatro veces más, terminando con sentencias, que cierran en cada instancia, el proceso definitivamente, pero que, en el presente, se da una quinta reapertura.

 

El incidente del Mozote, inició como un señalamiento de violación a los Derechos Humanos, para evitar que se ejerciese presión militar, sobre los territorios que reclamaba la insurgencia. El Mozote, fue sobre el control territorial que pretendía el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo). El Mozote inició como una operación de contrainteligencia del FMLN, y luego de los Acuerdos de Paz de 1992, se convirtió en el centro de la Justicia Transicional y Restaurativa en El Salvador, la cual permitiría, sostener la industria de las reclamaciones por Crímenes de Guerra.

 

En muchos casos, la reclamación de daños e indemnizaciones por Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad son tan grandes, que justifican procesos que dilatan años y, sostienen a organizaciones que se lucran de ello.

 

La principal organización que realiza esta industria, es el   Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA), que recibe subsidio de la Unión Europea,  donaciones particulares y la mayor parte de las reclamaciones contra los condenados, que finalmente, terminan pagando los Estados. Funciona como una controladora o “holding” transnacional, pues al rastrear a los querellantes en cada caso, siempre se termina en el CJA, que también ejerce su influencia, en los distintos organismos que señalan o deciden, sobre violaciones a Derechos Humanos y Crímenes de Guerra. 

 

El caso El Mozote, ya debería haber sido cerrado, pues ya lleva casi cinco años, en fase de Instrucción y, ésta no avanza, ni es diligenciado por el Tribunal al que corresponde la jurisdicción y, por lo tanto, no es competente. Pero sí es necesaria una condena, para que procedan las reclamaciones civiles contra el Estado, pues éstas condenas serian el resultado de actos del servicio activo, por órdenes del Estado.

 

Al ser los procesos politizados, siguen la conveniencia de los intereses del momento, por eso se ofrecen pruebas que no existen, se ocultan las reales, se impiden las diligencias judiciales o se fuerzan éstas, contra Derecho.

 

Mientras no cerremos nuestro pasado, se continuará utilizándolo, para cubrir las arbitrariedades del presente y, justificar cuantiosas reclamaciones al Estado, como la que favorecerá directamente, a la actual Canciller.

 

Sólo librándonos de las cargas del pasado, podremos enfocarnos en las arbitrariedades del presente y no desangrar más, las arcas del Estado.

viernes, 7 de enero de 2022

DOMINACIÓN CHINA, SUEÑOS Y EMIGRACIÓN

 

DOMINACIÓN CHINA. SUEÑOS Y EMIGRACIÓN

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

Ofrecimientos del presente Gobierno, han sido sueños y prosperidad: sólo vemos descontrolada emigración y, la peligrosa amenazante dominación China, destruyendo la institucionalidad salvadoreña: todo, en el brevísimo lapso de dos años.

 

Con gran estafa, ha finalizado el sueño del Bitcoin. El crecimiento económico, que daría solidez a nuestros bonos soberanos, no puede ya sostenerlos: son los peores en el mundo. El control territorial, que aseguraría, por medio de la aplicación de la Ley, el imperio del Derecho, es hoy una estructura sin forma, permitiendo la estabilidad y expansión de las pandillas. Con patriótica preocupación, vemos a chinos desplazando a trabajadores salvadoreños y, aplicando la “Diplomacia de la deuda”, a las pesqueras chinas, apoderarse del patrimonio de los pescadores artesanales, depredando nuestra fauna marina.

 

Hasta el momento, no ha podido realizarse ninguna de las promesas del presente Gobierno: sí, la destrucción de la institucionalidad, el acercamiento a China y, nuestro alejamiento de Estados Unidos y de sus aliados.

 

El Salvador, no tiene medios para hacer frente a sus deudas externas y, cerradas las fuentes crediticias, pretende pagarlas con emisiones de bonos en Bitcoin, que drenará la liquidez nacional y sus tenedores, recibirán bonos sin respaldo, ni posibilidad de ser cobrados, lo cual allanará el camino, para más endeudamiento lesivo y, para cubrirlo, haremos concesiones geopolíticas, que lesionarán el territorio salvadoreño (DIOS TE SALVE PATRIA SAGRADA…).    

 

Se ve en puerta, mayor acercamiento a China, sin que signifique alza para nuestra economía (exportaciones y estímulo, para nuestros productos agrícolas y manufacturados nacionales; por el contrario, nuestros principales mercados pueden contraerse y, mermar nuestras remesas, siempre en crecimiento, provenientes de Estados Unidos, pues no sabemos si es por aumento de nuestra emigración o, por él envió de ahorros, previendo un endurecimiento migratorio, lo que obliga a mantener las mejores relaciones con dicho país: por lo tanto puede asegurarse, que el Gobierno, conduce contra su población, la política exterior.

 

Llama la atención que entidades privadas extranjeras, relacionadas con el Bitcoin, anuncien la creación de leyes sobre dichos activos, siendo potestad y atribución del Gobierno, el anunciarlas, decretarlas y sancionarlas, por lo que cabe preguntar ¿Quién dirige las políticas económicas del país?, y ¿Con que objetivos?

 

El impulso de confrontación que ha marcado las dos últimas elecciones y, que dio el triunfo a Nuevas Ideas, aún se mantiene y, si no desaparece, será imposible cohesionar contra el Gobierno a la oposición o, a los descontentos, aunque el número de apoyos del oficialismo, sea cada vez menor.

 

Las ofertas de reformar las pensiones, para lograr un aumento substancial de las mismas, ha detenido las pretensiones del Gobierno de apoderarse de dichos fondos, para satisfacer su necesidad urgente de dinero. Los Sindicatos exigen un aumento y control de los fondos y si no se les satisface, es muy probable que veremos, en los primeros meses del año, huelgas por tal motivo.

 

El galopante deterioro de la economía, junto a la confusión administrativa por las disposiciones tributarias, o las futuras sanciones de Estados Unidos, causarán una reacción negativa, contra el Gobierno.

 

Por señalamientos de pastores evangélicos y sacerdotes católicos, a las acciones del gobierno, ya se plantea en el país, una futura persecución religiosa. Consideremos que sus señalamientos, no están inspirados en partidismos políticos opositores, sino en los efectos cotidianos, que causan las acciones del Gobierno.

 

Sólo la cohesión de los diferentes grupos de oposición, organizados en movimientos, podrá hacer frente al autoritarismo del Gobierno, pues los partidos políticos, deben operar dentro del Estado de Derecho, que ya no existe, no pudiendo haber elecciones libres, que destruyan el autoritarismo.