Publicación Acción

Es necesario expresar libremente el pensamiento político para el fortalecimiento de nuestro sistema democratico, republicano y representativo.



domingo, 25 de junio de 2017

SUEÑOS DE PROSPERIDAD VRS PESADILLA SALVADOREÑA



Puédese asegurar que las tres cuartas partes de la sociedad salvadoreña, percibe que el país vive una inseguridad física y depresión económica, originadas por la actividad política, creadora de confrontación de responsabilidades, centrado en el rol de los políticos pero no, en la solución de los problemas sociales. La falta de solución en estos, se debe a la ideologización del Gobierno y, a la falta de línea ideológica en los partidos de oposición. Esto crea, tal incertidumbre en el salvadoreño común, que este vive  una angustiosa pesadilla y, para dominarla, sueñe con vivir en el extranjero, en donde sabe que encontrará paz y prosperidad.

La economía decae debido al dominio territorial de las pandillas y a las políticas gubernamentales, contra la iniciativa y bienes privados (trámites engorrosos,  mayor control estatal e intentos de confiscación de las cuentas previsionales). Estos dos elementos, evitan inversiones a mediano y largo plazo.  Cuando el desempleo en los hogares crece del 17.5% al 20%, hay  crisis nacional en aumento, sin que los elementos externos, sean preponderantes.

El aumento de los negocios informales, es indicador de la supervivencia  individual y no, de un verdadero crecimiento económico. Los procesos penales contra los funcionarios públicos, que realizaron materialmente la “tregua con las pandillas”, ha sido un intento de revertir un grave error político,  pero sin el sometimiento de las pandillas, resulta ser, sólo una distracción de la opinión pública: no resuelve el  problema de fondo.

El Gobierno ha buscado por todos los medios, hacer responsable a ARENA y a la Empresa Privada de todos los males de este país (corrupción, despilfarro e ineficacia) sin embargo, la gobernabilidad presente, está en manos del FMLN con su corrupción, despilfarro e ineficacia, las cuales son aún mayores que la señalada por ellos.  Por el alto grado de endeudamiento estatal y, la corrupción de sus funcionarios - que ya no pueden ocultar su riqueza – está claro que los bienes estatales, no sirven para el desarrollo nacional.

Una Universidad Nacional que impone como único requisito para su ingreso, que el alumno provenga de zonas pobres, sin medir su capacidad  intelectual y académica, es porque su objetivo es la formación ideologizada del modelo socialista y no, la enseñanza y estudio  de las ciencias exactas, que es lo que exige el mundo moderno para el desarrollo sostenible.

La administración de Salvador Sánchez Cerén, lejos de buscar apoyos internacionales que favorezcan al país, defiende posiciones perdidas y opuestas a la Democracia: apoyo a las dictaduras y grupos revolucionarios, creando una mayor presión internacional que afectará en nuestra economía, e insiste en cumplir sus compromisos económicos con sus aliados políticos, sin importarle caer en default, con quienes no forman parte de su proyecto geopolítico.


Esta pesadilla que agobia al ciudadano,  lo lleva a buscar otros horizontes, donde impere la cordura, orden y libertad de trabajo, aunque la vida sea más cara y sus condiciones más duras, pero que permiten desarrollar el potencial de cada ser humano.

De la pesadilla salvadoreña, sólo es posible escapar emigrando para realizar el sueño anhelado. Tal sueño deseado, ha sido creado por personas iguales a nosotros, pero que han creído y vivido un sistema de libertades y de capacidad individual. Nuestra pesadilla, anula al salvadoreño, lo sumerge en el asistencialismo gubernamental y, en un conformismo de miseria, bajo el argumento de su incapacidad  para la superación. 


La emigración a un suelo extranjero, no hará desaparecer la pesadilla de los salvadoreños, para esto es necesario que despertemos y reconozcamos que, las condiciones de vida serán propicias, cuando pongamos orden a nuestras finanzas nacionales y, castiguemos severamente la corrupción.

viernes, 23 de junio de 2017

EN VÍSPERAS DE ELECCIONES INTERNAS



Por Sentencia de la Sala de lo Constitucional y, en aplicación de la misma, por el Tribunal Supremo Electoral y la Asamblea Legislativa, las elecciones internas de los partidos políticos, han dejado de  ser  cuestión de Derecho Privado, volviéndose de Derecho Público: deben regirse bajo los mismos principios de elección de la representación directa,  por lo que la elección del funcionario público, comienza en cada partido político, en su elección interna.

En la práctica actual, se condiciona la participación electoral interna, al apoyo y lealtad hacia las cúpulas partidarias, aunque el sistema esté orientado  a que, de la aceptación popular interna,  se  defina, para un período determinado, las candidaturas de los futuros funcionarios públicos, que representarán al partido y a su electorado.  Pero la nueva realidad jurídica, el alto costo de las campañas electorales y, el rechazo a la clase política -  por causa de la  generalizada corrupción - obligan a un cambio en la estrategia y, en las figuras tradicionales de mando en las cúpulas partidarias.

La lucha interna por las precandidaturas, denota un quiebre en el sistema democrático. Este fenómeno, público en ARENA, pero oculto en el FMLN, tendrá repercusiones serias para ambos partidos políticos y, puede modificar la política futura, creando nuevas fuerzas y una radicalización de la política actual.
                                                        
El desprestigio de la clase política, debido al sistema de corrupción creado en torno a sus estructuras de poder y, el ejercicio de éste, en relación a los fondos públicos, ha divorciado los intereses de las fuerzas vivas del país, de las estructuras de poder político, generando dos fenómenos: el abstencionismo generalizado y, la división de intereses entre quienes ven en la política, su fuente personal de ingresos y de quienes ven, en la misma, el medio para influir en el bienestar general y en la prosperidad consecuente, dentro del  sistema de libertades.

La sociedad percibe los acuerdos de gobernabilidad, como  traición a los intereses ideológicos y como manifestación pública de los acuerdos de corrupción, que se hacen bajo la mesa. Esta percepción, aleja al ciudadano común de las estructuras de poder partidario local y, excluye de las grandes decisiones del partido, a quienes participan de la vida partidaria, lo cual consolida el poder de pequeños feudos que ofrecen los votos de sus allegados, a cambio de beneficios partidarios, yendo dicho proceso, en escala  hasta las cúpulas.

Si los partidos políticos no rompen el esquema actual, dando apertura a nuevas candidaturas, se formarán nuevas fuerzas políticas, debilitando el sistema,  pues  habrá un nuevo radicalismo de izquierda y un fraccionamiento de la derecha.


La corrupción y los ataques mutuos, debilitan al sistema: la izquierda acuso de corrupción a ARENA y dicha acusación, se ha revertido. Se dio la Ley de Partidos Políticos y  no sólo no se  cumple, sino que es invocada contra ellos, por sus mismos partidarios – hay ocho demandas contra el FMLN en el TSE.  El negar a alguien la  candidatura interna y, más aún, si es violando  el debido proceso interno, se le vuelve un mártir que capitaliza la simpatía de todos los descontentos con la dirigencia, dándole una fuerza de coyuntura y no, de  realidad política.


El Salvador necesita estabilidad política y no, agitación innecesaria; es bastante con los desatinos del FMLN, apoyando corruptos y narcoterroristas, con la inmunidad del funcionario público y amenaza de un default ficticio, para incrementar la corrupción. Y  también con que ARENA junto al FMLN, sumen más inestabilidad, mediante  estériles luchas internas, que defienden intereses particulares de los funcionarios actuales, que pretenden ser reelectos.