Publicación Acción

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viernes, 14 de julio de 2023

ABSTENCION Y VOTO NULO

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

La actual legislación electoral salvadoreña, está diseñada para legitimar el oficialismo, sin que este tenga la aceptación necesaria, de un Gobierno legítimo; y por eso, fomenta el abstencionismo y, desincentiva la participación electoral. Esta estrategia inicia con el descrédito de los partidos políticos y, del sistema electoral, finalizando, con la división de la oposición y la destrucción, de las estructuras políticas municipales.

 

El voto electrónico, con padrones electorales recompuestos y, la emisión de documentos en el exterior, de muy dudosa legitimidad, hacen pensar en un fraude, indicador de una mayoría de voluntades, en el exterior, que sobrepasen, la voluntad de los salvadoreños, en el territorio nacional.

 

La imposibilidad de lograr un candidato presidencial opositor, de consenso nacional; se debe a la multiplicidad de intereses a conciliar y, la amenaza sobre bienes e intereses particulares, de quien quiera competir por lo que la mayoría de los aspirantes, provenga del extranjero, pues la extraterritorialidad, los protege, pero sin tener la conexión necesaria con las estructuras políticas locales.

 

Los candidatos ya propuestos, por la seudo oposición, cumplen la función de legalizar lo ilegal del régimen: dar la apariencia de elecciones “normales” y, dentro de la legalidad. Si hubiera un candidato de unidad nacional, este reuniría los requisitos constitucionales, compitiendo con la candidatura inconstitucional, de Bukele, quien ya ingreso formalmente en el proceso electoral.

 

Entonces tendríamos un candidato “legal”, compitiendo en igualdad de condiciones, con un candidato “ilegal”, lo cual rompe el Estado de Derecho. Pero esperando el oficialismo, que tal ilegalidad, sea superada, por un voto mayoritario, que se imponga a la Constitución y a la Ley, como un “poder originario”. Esto permitiría, un cambio constitucional posterior, aunque violase los derechos humanos y, el Pacto de San José.

 

La forma de romper este esquema electoral perverso, impuesto por el oficialismo, sin un candidato opositor fuerte, es fomentar el voto positivo, en favor de los candidatos opositores, y, si no hubiese conformidad con los candidatos, votar nulo, pero no abstenerse de votar, pues esto es la manera de expresar el descontento contra el oficialismo.

 

El oficialismo confía en la imagen de Bukele, para sostener las candidaturas de su partido, de allí el voto presidencial por rostro, esto denota su flaqueza debido a su mal gobierno. La manera que el ciudadano, pueda expresar su descontento con el régimen, es su voto de confianza a un candidato y voto nulo en rechazo a las maniobras del oficialismo. No debe de haber abstención, sino participación.

 

La nueva estructura municipal atenta contra el espíritu democrático de los gobiernos plurales, lo cual atenta en su esfera electoral, contra los Derechos Humanos. Disminuyendo en un 80% la representación municipal pues va contra la pluralidad política, convirtiéndose en una entidad dependiente, de la centralización del Estado.

 

Por esta esta modificación, los municipios, cobran ahora, mayor importancia ante las pretensiones dictatoriales del oficialismo, pues la futura conexión con el voto popular, será por medio de las estructuras municipales, porque el presente Gobierno, procura anular las organizaciones partidarias. Por lo cual deben formarse nuevas estructuras, en función de los intereses derivados de la autonomía municipal, o sea, anteponer los principios municipales (municipalismo) al autoritarismo que procede, de la centralización del Estado.

 

El equilibrio de poderes políticos, que se daba en la Asamblea Legislativa, por la participación de todas las corrientes ideológicas (sustentad por el sistema de cocientes y residuos), no permitieron cambios políticos bruscos. Ahora el equilibrio político, será desde los municipios, en resistencia al autoritarismo centralista y, el voto nulo, será la forma de expresar, rechazo a ese autoritarismo.