Publicación Acción

Es necesario expresar libremente el pensamiento político para el fortalecimiento de nuestro sistema democratico, republicano y representativo.



jueves, 28 de marzo de 2024

¡LA CUCARACHA YA NO PUEDE CAMINAR!...

 


Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

La Cucaracha, ha sido un tema musical, del folklor español, peyorativamente aplicado en México, a los franceses invasores y a los dictadores, en la Revolución mexicana, en su versión moderna, se la dedican al dictador Victoriano Huerta.

 

Victoriano Huerta, presidente de México de 1913 a 1914, luego de su Golpe de Estado, sufrió burlas, por su adicción al alcohol y la mariguana y habiendo asumido el poder, por un Golpe de Estado, su legitimidad, legalidad y gobernanza, se sustentaba en la fuerza, por lo que se refieren a él, como la cucaracha, que habiendo perdido sus patas traseras, aún se mueve y baila.

 

Las tropas revolucionarias de Francisco Villa, entonaban esta canción para cuestionar la legitimidad del Gobierno de Huerta y burlarse, de sus adicciones. La Cucaracha, permite reflexionar sobre las consecuencias y efectos del “funcionario de hecho”, o que ejerce un cargo público, pero con potestad cuestionable, porque se pone en entredicho, la legalidad de su cargo y la validez de sus actos.

 

La candidatura inconstitucional de Nayíb Bukele y Félix Ulloa, no pudo ser legitimada por las credenciales otorgadas por el Tribunal Supremo Electoral, pues no ha habido una aceptación pública general, porque el Régimen de Excepción, la impide, y al no haber aceptación o rechazo popular, sólo la sostiene el ejercicio de la coacción del Estado.

 

Una abstención del 78.15%, solo puede interpretarse como rechazo o inconformidad con el sistema, que ha emitido las credenciales de las autoridades electas, por lo que, ni aún formalmente, puede presumirse su legitimidad, luego de un “fraude institucional”, para obtener dichas credenciales.

 

El “Régimen de Excepción”, garantiza que la inconformidad política no pueda expresarse, pero el incumplimiento del pacto con las pandillas, sí se esta manifestando, en un aumento de los homicidios, extorsiones y demás actos delincuenciales contra la población, que en definitiva, son un reto, a la autoridad electa.

 

El Gobierno, pese a no tener legitimidad, aún se mueve y baila, o sea que funciona, pero la cuestión es ¿cómo y con qué fin?, pues ya se habla de una nueva Constitución que perpetue el triunfo de estos funcionarios y sus nuevos proyectos, que afectarán la propiedad privada y la libre iniciativa. Se rumora que, bajo el pretexto de preservar el interés público, deben desaparecer las garantías individuales, incluyendo la libertad de culto y asociación. Vale notar que, en el último año, no ha habido participación de los funcionarios ´públicos en actos religiosos y que ya hay presiones sobre la Iglesia Católica y las demás instituciones evangélicas, en cuanto a la libertad de estas, en su función social.

 

Todo lo realizado por la presidencia, está bajo el concepto del “funcionario de hecho”, pues trasladar millones de Bitcoin y la compra de los mismos, es un acto de Gobierno y su traspaso a cuentas privadas, sin la debida auditoria y fuera de las normas para el manejo de dineros públicos, puede considerarse como peculado, o cualquier otra tipificación de delito contra la administración pública.

 

La Doctrina administrativa francesa, no considera las actuaciones del funcionario de hecho, pues éste, es un instrumento de la Ley y por la Ley, pero la jurisprudencia nos dice que los actos del funcionario de hecho, pueden considerarse válidos, por la institucionalidad, si considera que dichos actos, están enmarcados por la Ley y, declararlos inexistentes, si han ido contra la Ley y el interés público, por lo que seguramente, en algún momento, todos los actos de la presidencia, serán revisados conforme al Derecho y al debido proceso. Esto será cuando la Cucaracha deje de bailar o, se quiebre su único apoyo, la fuerza.

 

Enrique A. Madero y José María Pino Suarez, exigieron un retorno a la Constitución y derrocaron a Huerta, y se revisaron sus actos de Gobierno, teniendo que morir en el exilio.

martes, 26 de marzo de 2024

TAMBORES DE GUERRA


Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

La guerra en Ucrania, amenaza extenderse a Europa y a los conflictos latentes desde finales de la Segunda Guerra Mundial. El Salvador, se vio envuelto en la Guerra Fría, por la influencia externa, que atizó los conflictos internos, hasta crear inestabilidad, desde mediados de los años 60, hasta 1992. Ahora vemos un proceso inverso: los conflictos internos, generados por el quiebre del Estado de Derecho, que amenazan consolidarse en una nueva Constitución inconsulta. Están atrayéndose las fuerzas mundiales en contienda,  para consolidar posiciones de poder, en El Salvador.

 

Para algunos analistas, el actual conflicto en Ucrania, nace por el rompimiento de los Acuerdos de Minsk, con respecto a la posición geopolítica de Rusia, pues luego de la fracturación de la Unión Soviética, ésta pierde su influencia sobre los países europeos, que la sufrían, desde finales de la Segunda Guerra Mundial, hasta la caída del Muro de Berlín.

 

La actual integración europea, se da luego de la necesidad de entendimiento a partir de los intereses metalúrgicos, de la cuenca del Ruhr, con sus vecinos, evolucionando a intereses generales de Europa. Al perder su influencia la Unión Soviética, Polonia, los países Bálticos y el resto de países de la Europa del Este, vieron paulativamente, que sus intereses económicos, estaban con Occidente y no, con Rusia.

 

Así, todos estos países, al cumplir con las normas comunitarias, fueron ingresando a la Unión Europea y como consecuencia de dicha relación, fueron adhiriéndose a la Organización del Atlántico Norte (OTAN), pues la integración militar, es el resultado último de los intereses económicos, geopolíticos.

 

Desaparecida la Unión Soviética, Rusia conserva su “heartland” o “núcleo vital”, que es el espacio esencial de su existencia, pero pierde su “hinterland” o “área de influencia” que va a ser determinado por su área de expansión o crecimiento, desarrollando la teoría del “neoeuroasianismo”, como su doctrina geopolítica.

 

La justificación practica de Rusia para su expansión, es en base a la necesidad de protección para los rusos parlantes o de cultura rusa (doctrina Karaganov). En un proceso muy similar al planteado por Alemania en la Segunda Guerra mundial. Hoy Rusia, reclama a Ucrania, como su territorio y desconoce la independencia de los países bálticos y cuestiona el actual estatus de Alaska.

 

China se considera humillada desde las guerras anglo chinas (1839-1860), y hoy se reivindica,  en su período de expansión, por lo que está construyendo rutas de comercio mundial, bajo su control geopolítico. Para ello, es indispensable controlar el paso por América.

 

En la revista Forbes México, del 9/1/2023, se puede leer un artículo titulado “Así es la carrera de China y EU por el control del Istmo de Tehuantepec”, también hay proyectos de canales secos en Honduras y Costa Rica y, en Suramérica:  en Paraguay y otro, que conecte Brasil con Chile.

 

El rompimiento del Estado de Derecho, ha hecho que se nos cierren los financiamientos externos, por la anarquía y riesgo económico del país, pero se ofrecen fondos de países autocráticos, que tienen interés, en expandir sus intereses en Centroamérica, en su lucha geopolítica contra los Estados Unidos y Europa.

 

Hemos celebrado acuerdos con China, ocultando sus términos, promovemos la energía nuclear, según la visión geopolítica rusa. Entregamos el control de nuestros puertos a una empresa turca, con conexiones con el Medio Oriente, para que maneje el flujo de mercancías entre el Pacífico salvadoreño y el Atlántico guatemalteco.

 

Estas acciones nos alejan de los países democráticos y nos acercan a los países autoritarios. La bonanza económica proviene de los países democráticos: Estados Unidos y Europa. Si nos alejamos de ellos, es por los intereses personales de los titulares de Gobierno, no dela nación salvadoreña.

 

 

 

 

 

jueves, 21 de marzo de 2024

RECONTRUCCION BAJO FUEGO

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

Pasadas las elecciones, es de esperarse, en la oposición, un período de reflexión y, el establecimiento, de nuevas directrices estratégicas y operativas, para dar continuidad a la vida política, pero, el fraude electoral del oficialismo, moldeará dichas acciones y, la presión realizada desde el Gobierno, para la eliminación de cualquier disidencia, volverá más difícil, la reconstrucción política de la oposición.

 

Las acciones que utiliza el oficialismo, son derivadas de la “anti-política tecnocrática”, o sea, que reniega de la política democrática (como esta establecido en nuestra Constitución), al catalogarla como corrupta y populista, reclamando el poder para un grupo de “expertos” o “ los mejores”, que decidirán por sobre la voluntad soberana, pues ellos representaran la verdadera ciudadanía y poder popular.

 

Esta forma de gobernar, ve la participación política basada en principios ideológicos, como la causa de los males sociales, pues las soluciones, deben ser sustentadas, solo en el criterio de los “expertos” (el grupo élite gobernante, que ejerce el poder, por sobre la Ley formalmente escrita, por eso Bukele pedía control absoluto de la asamblea y en los Municipios).

 

La “anti-política tecnocrática”, utiliza todas las formas tecnológicas nuevas del marketing, creando una alienación de “túnel de conejo”, que permita no apreciar otras soluciones política posibles, a los problemas sociales, pues el sistema de anti-política, se basa en el argumento de que la ideología, no es necesaria para la solución del problema, sino el “criterio del experto” y de allí, que se planteen soluciones basadas en la tecnología, pero que no son aplicables a la mayoría de los ciudadanos. Ejemplo: bitcoin y surf city (únicos proyectos ejecutados físicamente, pero que crean una expectativa irreal: “invierte en activos digitales y serás millonario en pocos días” o “el turismo traerá desarrollo”.

 

El oficialismo está tratando de infiltrar a los partidos opositores, para que no sean una oposición real, solo nominal, para que la población no conozca alternativas diferentes a las del oficialismo y forzar a una gobernanza basada en la supresión de derechos. Por ello, Joel Sánchez, realizó un llamado al cambio en ARENA, en apoyo del oficialismo.

 

El llamado de Sánchez, fue público, distribuido en las redes sociales manejadas por el oficialismo. Esta estrategia, se está repitiendo en los partidos Vamos y Nuestro Tiempo.

 

El primer grupo en reaccionar contra la anti-política, ha sido el Partido Comunista, pues reclama una identidad propia, para distanciarse ideológicamente de Bukele, como político originario del FMLN, pues para la militancia de dicho partido (amalgama de izquierda), Bukele representa al neo-revolucionario, que conserva los valores del grupo guerrillero, no alcanzados por su cúpula corrupta, debido al  desvío hacia el conformismo y la aceptación de los beneficios del capitalismo, mediante la administración de Alba Petróleos y otros proyectos económicos.

 

La estructuración de un “Gobierno en las sombras”, como estrategia de designar personas entendidas, que señalen los errores del oficialismo, y propongan soluciones reales y factibles, basadas en principios ideológicos claros, es lo único que puede revertir la apatía política, generada por el “anti sistema” y el fraude sistémico electoral.

 

El Partido Comunista, dará soluciones basadas en los principios de izquierda, o sea estatismo y control político, pero aún no se ve cual es la respuesta que dará la derecha, como oposición. Pues lo primero que hay que establecer, es quienes quieren el retorno a la institucionalidad, basada en la Constitución de 1983 y a sus reformas pactadas en 1992.

 

La claridad ideológica, es mucho más atractiva que un mero cambio de imagen, pues las soluciones a los problemas sociales, surgen de los principios a aplicar en la práctica, para alcanzar el ideal del Bien Común y no, de una imagen, que  sea parte del populismo, lo cual favorecería la política “anti sistema”, del Bukelismo.

sábado, 9 de marzo de 2024

EL SALVADOR: SIN ESTABILIDAD POLÍTICA

 

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

La gobernanza, es proceso de Gobierno, ejercido mediante sus instituciones, que deciden y regulan, los asuntos que atañen a la sociedad, buscando soluciones, conformes al consenso nacional, o sea, el Bien Común. La gobernanza finaliza con un proceso normativo y de legitimación, que da origen a una revisión y evaluación posterior del proceso de gobernar. Sin gobernanza, no hay garantía de estabilidad política o desarrollo social, como consecuencia del desarrollo económico.

 

Según el Gobierno, la participación electoral, fue del 30%, pero en realidad fue del 21.85%, de cualquier modo, es insuficiente para asegurar que la participación ciudadana garantice la estabilidad que necesita el país, la cual es base para las inversiones y confiabilidad sobre la previsibilidad del Gobierno, en cuanto a sus políticas públicas.

 

En la elección del 3 de febrero, se dijo que la diáspora salvadoreña, había apoyado en un 97% la reelección de Bukele y, que la votación había sido del 51%, cuando en realidad, si descontamos la votación de la diáspora, la cual fue manifiestamente manipulada y si se miden las discrepancias entre los votos contados por los vigilantes de los partidos políticos, con las actas presentadas por Nuevas Ideas y, validadas por el TSE, resulta que la votación no pudo ser mayor del 30%.

 

Así se explicaría que el fraude estructural tuvo dos objetivos: ganar las elecciones y legitimarlas, para crear una imagen de gobernanza, o sea que las instituciones públicas funcionan conforme a Derecho y son legítimas, porque las políticas públicas, deben ser acatadas voluntaria y obligatoriamente por la población. Esto es esencial para garantizar a los inversionistas extranjeros, sus intereses, pues ninguna inversión se realiza en un país en conflicto o, con un gobierno ilegitimo, sujeto a algún cuestionamiento.

 

El régimen de excepción, se ha vuelto permanente, o sea que los salvadoreños careen de derechos frente al Estado, por lo tanto, sus necesidades, no pueden ser resueltas mediante las acciones institucionales, sino por voluntad exclusiva del gobernante, conforme a sus intereses. Esto genera una insatisfacción social creciente, la cual degenerara en algún momento, en inestabilidad y anarquía.

 

Para agravar la situación, el desaparecimiento de los 262 municipios y la creación de la Dirección de Obras Municipales, ha destruido el municipalismo, quedando la solución de los conflictos locales, a discreción del Gobierno central. El municipalismo era un amortiguador social, que permitía descargar responsabilidades e insatisfacciones en los alcaldes y sus consejos, por lo que sus cambios, servían de alivio social y obligaban a solventar los problemas más visibles del municipio.

 

Al disminuir la participación de los políticos locales, ha disminuido también la participación ciudadana, además del convencimiento de que su participación, no servirá para un cambio en las políticas públicas. Es el inicio de la inestabilidad, por insatisfacción social.

 

Esto obliga al oficialismo, a controlar cualquier atisbo de oposición: ya controla a las gremiales empresariales y sindicatos. Ahora controla a los partidos de falsa oposición, a su antiguo aliado GANA, le ha disminuido poder electoral y por ello, pretende controlar a ARENA, sugiriendo que su dirigencia debe cambiarse, para permitir al partido, girar en apoyo del oficialismo, para construir una oposición “propositiva”, como lo ha dicho Joel Sánchez.

 

Un giro en este sentido, podría ser claramente conveniente al oficialismo, pero legitimaria el régimen de excepción permanente, y legitimaria los asesinatos y la represión desde el Gobernó, legitimaria las expropiaciones, que ya están planificadas y legitimaria el giro geopolítico, hacia la autocracia y los intereses islámicos.

 

La gobernanza asegura la solución de todos los conflictos sociales, con sus necesidades, en respeto a los Derechos Humanos y la propiedad privada.

viernes, 8 de marzo de 2024

LA JUSTICIA TRANSICIONAL Y NUESTRA REALIDAD

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

El abstencionismo electoral es síntoma manifiesto, de la crisis política, creada por el oficialismo: permite considerar, la aplicación de los principios de la Justicia Transicional, como medio de retorno al Estado de Derecho, ejercido por la sociedad civil.

 

La actual aplicación de la Justicia Transicional en El Salvador, en los casos Jesuitas, Mozote, Calabozo, periodistas holandeses, es una deformación de estos principios, pues significa una retroactividad a los tratados que hemos firmado y, a la naturaleza de nuestro conflicto, originado en la Guerra Fría, como una “guerra proxi” (guerra librada por otros, diferentes a los antagonistas principales): significó una acción de legítima defensa de nuestro Estado. La Justicia Transicional, no puede romper el principio del debido proceso, pues la justicia, se fundamenta en el proceso, el cual debe de ser justo, o sea, imparcial y permitiendo sin pasión política, la presentación y análisis de prueba, con rigurosidad científica.

 

La amnistía, significó el perdón y prescripción, en base al principio del interés público, sobre el individual. Su derogatoria, trajo el conflicto al presente, en benéfico del interés particular.

 

El abstencionismo electoral, inició con el régimen de excepción, que impide el ejercicio de los Derechos Políticos y el oficialismo, al realizar un fraude estructural, se convierte en un opresor del ciudadano, que no se expresa, por temor a la represión, y esto se prueba, al analizar que sólo 1 de cada 10 personas acudieron a las urnas, a participar en el sistema electoral. Los otros 9 no dieron su voto, por considerar que el proceso era corrupto y no valia la pena participar, pues ya las decisiones soberanas, habían sido tomadas.

 

En marzo de 2010, el Secretario General de las Naciones Unidas, publicó su "Nota orientativa sobre el enfoque de las Naciones Unidas a la justicia de transición". Se hace un llamamiento a los Estados, para que "se esfuercen por garantizar que los procesos y mecanismos de la justicia transicional, tomen en consideración, las causas profundas de un conflicto o un gobierno represivo y combatan las violaciones que se cometan de todos los derechos, incluidos los derechos económicos, sociales y culturales".  Se subraya, que ese enfoque es necesario para que haya paz, en base al Estado de Derecho.

 

Para obtener la paz, el actual gobierno, reprime todos los derechos y, basa su gobernanza en la coerción y la fuerza, lo cual, no permite el desarrollo económico, ni trata los distintos males sociales, desde su raíz, para solucionarlos, desde la aplicación del principio del Bien Común, decidido libre y soberanamente.

 

El objetivo de la Justicia Transicional, es evitar que las consecuencias del autoritarismo, lleven al alineamiento con un bloque geopolítico, que ve en la fuerza, la solución a sus necesidades.

 

El oficialismo ha consumido a todos sus enemigos y luego, a sus aliados políticos más cercanos. Ya consumió a su partido de origen, el FMLN, luego a su aliado GANA. En este proceso, va también cambiando de aliados internacionales, alejándose del bloque de países democráticos y acercándose, a los autoritarios, ofreciendo el único patrimonio del país: su posición geográfica.

 

La Justicia Transicional, pretende evitar las consecuencias que llevarán el camino que sigue el oficialismo: exclusión y represión social, en beneficio del Estado y de los allegados al Gobierno.

 

Por ahora, la Justicia Transicional, sólo sirve como venganza, dentro de una concepción ideológica, contra los militares que sirvieron según el mandato constitucional de la época, en acciones de una “Guerra proxi” y hoy, es una amenaza a la oficialidad en servicio, para que sirva incondicionalmente al Gobierno, aunque esto implique, el rompimiento constitucional y la alteración del Bien Común.