Publicación Acción

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martes, 13 de octubre de 2020

ROMPIMIENTO DE LA CONSTITUCIÓN

 

Por      

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

El rompimiento constitucional presente y, la insistencia de crear un nuevo cuerpo legal, son un proceso, iniciado con el ordenamiento municipal de San Salvador que finaliza, con la desestabilización nacional, al cambiar su sistema republicano, democrático y representativo, y abandonar a la mara, la soberanía nacional, creando una relación simbiótica, entre entes armados (legales e ilegales) y Bukele, capaz de desestabilizar el Triángulo Norte.

 

El nuevo mercado Cuscatlán, inició la relación Bukele-mara, cediéndole a esta, puestos en dicho mercado. Dicha política, se extendió a todo San Salvador, lo que implicó una cesión  a la mara, de la soberanía y control territorial, cambiándola, de entidad meramente delincuencial, a política, con fines económicos, basados en actos delictivos. (Según informe de InSiht Crime, entidad que se dedica a la investigación y análisis del crimen organizado en Latinoamérica y, que se sostiene con fondos norteamericanos e ingleses). Los intereses de la mara, son económico- políticos: tienen incidencia electoral, para defenderlos.

 

A esta reunión de las pandillas, con fin económico-político, se suma la facción disidente del FMLN, que apoya a Bukele, liderada por José Luis Merino y sus allegados, que mantienen su red de narcotráfico y lavado de dinero, con las empresas ALBA. Lo cual garantiza el control territorial (por medio de la mara y, económico delictivo) que le da mucho poder sometiendo las instituciones del Estado. Este poder, es ofrecido como capacidad de control del país, para frenar la emigración, aceptando a todos los retornados, sin que estos vuelvan a tratar de ingresar ilegalmente, a USA.

 

Para sostener este aparato de control y dominio, es necesario violar la Constitución, en su contenido y espíritu, acallando las voces disidentes de la oposición, que sí cree en el actual sistema político, enmarcado en la Constitución y que ha obligado, a crear una simbiosis Fuerza Armada-PNC-Bukele: los jefes militares y policiales, ven en Bukele, su único apoyo para no ser procesados y, le dan  libertad, asegurándose de que sus decretos ejecutivos, serán sostenidos por la fuerza, dañando así, el papel de dichas instituciones, dentro de un marco estrictamente constitucional y legítimo.

 

Sostener el nexo con las pandillas es muy difícil: sólo hay tres formas: con dinero, con bienes y territorio, lo cual, a la larga, será insostenible, pues el territorio es así, considerado para “usufructuarlo en sus habitantes” y, si estos, migran o, carecen de los recursos para su subsistencia, no podrán pagar la “renta” al marero, ni mucho menos, al Gobierno. El caos generado, aleja la ayuda internacional, e inversión.

 

Si los Ministros ya son mareros, no es posible dar a estos, más presencia en el Gobierno y, la relación con José Luis Merino, se hace más complicada, en la medida que aumenta la presión contra la corrupción y el crimen organizado, hasta no poder ocultar dicha relación.

 

La resistencia de los Ministros a dar cuentas, es para evitar que la relación, con el crimen organizado sea de debate público y, debilite a Bukele electoralmente, pero el Estado, está llegando al colapso, si se cumplen las amenazas del Ministro de Hacienda, de no pagar a los funcionarios públicos y, paralizar al Gobierno a final de año, entonces el Estado colapsará o echará mano, de los ahorros privados.

 

El twitter de Bukele de ayer por la noche, sobre un aumento de los casos de infección de coronavirus, en la condición actual, podría estar indicando que puede darse un nuevo cierre total del país y así, evitar las protestas masivas que van contra el Gobierno, ahondando aún más la crisis, en un efecto sinérgico. Por ello, sólo puede garantizarnos la estabilidad que necesitamos, la Constitución vigente.

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