Publicación Acción

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domingo, 1 de noviembre de 2020

SIN REGULADOR SOCIAL

 


Por      

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

 

La pública desavenencia, entre el Alcalde de Nejapa y el Ministro del Interior y, la actitud del Director de la PNC, junto a soldados y elementos del Órgano de Inteligencia del Estado (OIE), acusan la tirantez social existente y, la mediación de la Nunciatura, solicitada por los Alcaldes, refleja que la institucionalidad del país se ha desbocado, siendo ineficaces los controles internos.  Es ocasión para que, la función política de la Fuerza Armada se manifesté, como un “regulador” (maquinaria de control para la salvaguarda del sistema) que opere y evite un caos social o, la tiranía.

 

La participación del Alcalde de Nejapa era tan oportuna, como la del Ministro de Gobernación, pues compete a ambo, intervenir en casos de desastre, pero la intervención del Director de la PNC, soldados y miembros del Órgano de Inteligencia del Estado (OIE), para que el Ministro realizase un acto de fotografía - entre el abucheo de la población, que reclamaba auxilio - prueba que la PNC, Fuerza Armada y OIE, sirven enteramente al Ejecutivo, desnaturalizando su función pública.

 

Razón de la existencia de las diferentes instituciones públicas, es promover la armonía social para el desarrollo individual, local y nacional de los ciudadanos, sin distinción de raza, sexo o condición social; pues de la armonía general, surge el bienestar colectivo y éste, es la sumatoria del individual. El asistencialismo no deberá ser norma, sino subsidiario al desvalido.

 

Cuando la sociedad entra en un provocado caos y, sus instituciones no pueden cumplir su función natural de contraloría social, por desobediencia o, intromisión, debe aparecer el mecanismo último de “regulación”: la Fuerza Armada, en su misión constitucional de preservar el orden y hacer cumplir la Constitución, para  restaurar el orden político: hoy, no funciona tal mecanismo de “restauración”.

 

El camino que la Fuerza Armada, PNC y OIE, han elegido hoy, apoyando al Ejecutivo en sus actos inconstitucionales, lleva a sus instituciones, por caminos equivocados, fuera del sistema democrático. Estos caminos, unen en destino, al Alto Mando militar y policial, con Bukele y sus Ministros, arrastrando a las instituciones que dirigen, por derroteros por hoy, son imposibles de poder determinar.

 

La función de “regulación” se ha aplicado en varias ocasiones: en 1979, con el Golpe de Estado, cuando la Fuerza Armada, entregando el poder a civiles, restauró el sistema democrático. Luego, enfrento la Fuerza Armada, un conflicto atizado por la Guerra Fría y, hasta que en Malta, llegaron a acuerdos entre USA y la URSS, se dio fin a nuestro conflicto en 1992. Terminado esto, dejó que los políticos dirigiesen el país, conforme al dictado de la soberanía, lo que hoy, para servir a Bukele, ha abandonado la Fuerza Armada.

 

La posición política actual e inconstitucional, de la Fuerza Armada, PNC y OIE, pone en un riesgo mayor al país, porque nos acerca aún más, hacia un régimen como el de Cuba o de Venezuela o. un conflicto como el que hubo en Nicaragua, hasta que una de las fuerzas (la institucionalidad o Bukele), logre su imposición.

 

La mediación internacional, no se basa en el respeto de la Constitución, sino en la estabilidad del área, conforme a los intereses extranjeros en nuestro suelo. Todo conflicto, debe ser resuelto entre salvadoreños y, por salvadoreños, en base a nuestra legalidad y, si fuese ésta cuestionada, en base a los principios del Derecho Natural, que determina la armonía, de la convivencia en sociedad.

 

En memoria de los militares que han sacrificado su vida, salud y bienestar, para preservar la unidad y soberanía nacional, desde la batalla de llano del Espino (1822) hasta 1992.

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