Publicación Acción

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domingo, 18 de julio de 2021

ANACOLUTO POLÍTICO

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION

 

Anacoluto, es la figura -construcción retórica- que consiste en la falta de concordancia sintáctica, entre los elementos de una oración: expresa, por sus efectos o significado, elementos contradictorios o carentes de relación. Con dicha figura, se expresa claramente, la incoherencia política del presente Gobierno, ante los problemas que pretende resolver con sus actuaciones.

 

Pretendese estimular la inversión extranjera, pero desaparece la seguridad jurídica, siendo la estabilidad y el apego a la Ley, el principal elemento, para iniciar las valoraciones internas y financieras, que llevarán a una inversión.

 

Pretendese estimular la caficultura, ofreciendo millones en préstamos y, condonar parte de la deuda ya generada, pero se incrementan los costos de producción. Pretendese fortalecer la industria lechera, pero favorecese, la importación de leche y otros productos de su industria. Favorecese el contrabando masivo de los mismos.

 

Pretendese bancarizar la economía, para un mayor control tributario y llevar los servicios bancarios, a toda la población que carece de la tecnología adecuada, pero se introduce el Bitcoin, que permite la evasión fiscal y el lavado de dinero, con el riesgo de consumir el efectivo circulante.

 

Se ha dado la Ley Bitcoin y, la investigación de un periódico digital da a conocer, que el Gobierno, pretende sacar el “Colon Dólar o digital”.

 

Se pretende cumplir con las disposiciones internacionales, anti lavado de activos, para estabilizar la Banca, pero al mismo tiempo, se plantea, que lo incumplan, aceptando el Bitcoin y que asuman dicho riesgo.

 

Se solicita la cooperación internacional, pero se rechaza la estabilidad y apego al Estado de Derecho que esta exige. Igualmente, se solicita a las entidades internacionales que presten dinero a El Salvador, pero no quieren rendir cuenta de dicho dinero o, cumplir con los elementos de contraloría que esto conlleva.

 

Se desea castigar los sobresueldos, dados por Gobiernos anteriores, cuando la Ley ha señalado su prescripción o su licitud, pero se evita dar cuentas de lo gastado en el ejercicio del año 2020.

 

El Gobierno pretende erradicar las ideas que dieron vida a ARENA y, para lograrlo, confisca su sede y la estatua del Mayor Roberto d'Aubuisson Arrieta, siendo que ARENA fue fundada por los principios de libertad y apego a la institucionalidad.

 

El Gobierno pretende hacer desaparecer al FMLN, quitándole sus bases partidarias, cuando éste representa, el sentimiento de la izquierda, en un entorno revolucionario global.

 

Se pretende fortalecer la contraloría en el gasto público, haciendo desaparecer la Corte de Cuentas y, formar una entidad que englobe a ésta, con el Ministerio Público y Tribunal de Ética, cuando la tendencia del Derecho Administrativo, es la separación de funciones y entidades, para su especialización y, un mejor funcionamiento del sistema, tendencia que tienen todos los países modernos y democráticos.

 

El Gobierno pretende que el turismo y los servicios se desarrollen, pero los cierra y, reparte alimentos importados, mientras muchos mendigan en las calles y no se les da ayuda.

 

Pretendese utilizar los beneficios arancelarios que posee El Salvador, pero que éstos sean aprovechados por potencias anti-occidentales, en su disputa geopolítica y económica presente, contra quienes nos han otorgado tales beneficios.

 

Estas y muchas más contradicciones, hacen que el comportamiento del Gobierno sea errático e impredecible, poniendo en riesgo la economía nacional, lo cual favorece el crecimiento de las pandillas y, todo tipo de crimen, causando la emigración. Sólo la organización por grupos de afectados, por tales medidas, puede crear una verdadera oposición política, para que detenga tales aberraciones, porque ya no estamos frente a abstracciones políticas o ideológicas, sino ante realidades inminentes que amenazan causar la destrucción nacional. El Gobierno, es un completo anacoluto, no literario, sino político.

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