Publicación Acción

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miércoles, 22 de septiembre de 2021

A LAS CALLES

 

Por

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCION http://publicacionaccion.blogspot.com

 

La manifestación popular del 15 de septiembre, fue del pueblo salvadoreño, expresión soberana, en repudio al presente Gobierno y, desde la primera manifestación, en la plaza de la Constitución, hasta ésta última, han ido sumándose integrantes, en cuanto que el Gobierno ha atacado los intereses de la ciudadanía: debemos analizar  sus implicaciones y la maniobra geopolítica de Bukele, para su consolidación: por la cual los salvadoreños, perderán su calidad de ciudadanos, convirtiéndose en siervos de una dictadura, al servicio de intereses extranjeros.

 

El Gobierno se ha excedido en los límites de su mandato, conforme a las leyes establecidas, por lo que, al romper el orden constitucional y, la institucionalidad nacional, la legitimidad de su mandato se ha perdido y la ciudadanía, no pudiendo expresarse en las urnas, opta por manifestar en las calles la razón de su repudio.

 

La destrucción del Órgano Judicial, el desvío de las funciones legislativas, la anulación de los partidos políticos (exceptuando el oficial), cierran los espacios democráticos para la manifestación de la soberanía y es la calle, el único escape.

 

Los repetidos ataques a las gremiales y la sobresaturación de propaganda gubernamental, en las redes sociales por medio de troles, ha sido ya superada, por los participantes opositores de carne y hueso, lo que ha vuelto al Gobierno, progresivamente, más incisivo en sus ataques a periodistas, jueces y particulares que se le oponen.

 

 El Presidente Bukele, procura contrarrestar los señalamientos de corrupción a su Gobierno, convirtiendo a El Salvador en una pieza de la geopolítica mundial, jugando contra quien le señala de corrupto: Estados Unidos y, responsabilizando a la comunidad internacional, del financiamiento, de las manifestaciones soberanas de descontento.

 

El enfrentamiento comercial que se está viviendo entre Estados Unidos y China continental, es muy parecido a lo sucedido en la Guerra Fría, cuando Centroamérica, fue un territorio en disputa, en un conflicto de baja intensidad. Conflicto que no hubiese sido mantenido, sin la logística de las potencias extranjeras. Desde Panamá a Guatemala, se derramó sangre, con actores y justificaciones nacionales. En esta lucha, México compró su neutralidad, permitiendo la logística, desde Cuba y Honduras y, se convirtió en un centro de abastecimiento para la Contra Nicaragüense y para el FMLN, mientras sufría tensiones políticas internas por ello; Nicaragua fue el receptor del terrorismo mundial: Hamas, Hezbolá, Brigadas Rojas, Baader-Meinhof, Fracción del Ejército Rojo, ETA etc.

 

Hoy pretende Bukele, nuevamente llevarnos a este foco de tensión mundial, en el cual se perfilan ya, las nuevas alianzas militares, que están amenazando la existencia de las heredadas de la Segunda Guerra mundial: la OTAN y la cercanía entre Estados Unidos con Europa.

 

El deseo expresado por el Vicepresidente Ulloa, de relacionarnos únicamente, con el ALCA (Área del Libre Comercio de las Américas), es para buscar relación, sin Estados Unidos y Canadá, como hecho, del acercamiento a los opositores de dichos países. Esto tendrá implicaciones para El Salvador: primero, lo sufrirá la comunidad salvadoreña en Estados Unidos, luego nuestra economía y, por último, los salvadoreños que confían en la institucionalidad democrática, para su vida diaria.

 

La manifestación en las calles, anula la legitimidad de los actos de Bukele y, es expresión de pertenencia a un Estado de Derecho y no, a una dictadura. Cada salvadoreño que pretenda conservar su forma tradicional de vida y, sus ansias de buscar progreso en el país, debe salir a las calles, expresando su pensamiento de repudio al Gobierno autocrático. La expresión soberana de hoy, protegerá a las generaciones futuras. El país es de los ciudadanos y no de quien se proclama dictador.

 

 

 

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