Publicación Acción

Es necesario expresar libremente el pensamiento político para el fortalecimiento de nuestro sistema democratico, republicano y representativo.



viernes, 30 de septiembre de 2011

PUBLICACIÓN ACCIÓN N° 19


PUBLICACIÓN ACCIÓN N° 19 contiene un editorial que comenta las exigencias del Gobierno sobre la necesidad de nuevos impuestos para combatir el problema de inseguridad y la posibilidad de la emisión de nueva moneda para tal fin. Se comenta la extinción del PDC y del PCN. Se hace un breve estudio sobre la Teología de la Liberación a la luz de la doctrina católica y, por último, una colaboradora comenta el último comunicado de la UCA sobre el Caso Jesuitas.


EDITORIAL: CRIMINALIDAD Y ECONOMÍA


COLUMNAS


CONSIDERACIONES SOBRE LOS PARTIDOS POLÍTICOS. Cancelación del PCN y PDC.


"TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN". ¿Teología o sociología política?


COMENTARIO SOBRE EL PRONUNCIAMIENTO DE LA UCA POR CASO JESUITAS.  Colaboración de Ana Soledad Miró 


EDITORIAL

CRIMINALIDAD Y ECONOMÍA

La criminalidad que en nuestro país,  aumenta de manera galopante, va en aumento, tiene que ser detenida eficientemente, de lo contrario, la vida de cada uno de los salvadoreños se vera en peligro, con efectos directos y nefastos para la vida nacional. Sin embargo, vemos que lejos de combatir dicho problema, surge éste con más fuerza.

El Gobierno aduce falta de recursos y responsabiliza a factores externos como el tráfico de drogas o a internos, como  la desigualdad social.  Otros estudios muestran que el origen de la violencia está en la falta de efectividad en el cumplimiento de la ley y no esto sólo en el ámbito penal, sino en todos los tipos de leyes en general y,  además en la desintegración familiar, que no ha permitido que el individuo, sea integrado a la vida en sociedad, es decir que éste acepte voluntariamente y por su conveniencia el imperio del derecho y la práctica de las demás normas  existentes: religiosas, morales y convencionalismos sociales.

Sea cual fuere la causa, el Estado demanda mayor cantidad de impuestos para combatir la delincuencia  eficazmente según su visión. Y en llegando a este punto, nos encontramos con dos dilemas a resolver: En el sistema político moderno ¿hasta dónde llega el Estado en su capacidad de exigir impuestos? Y ¿que otras medidas pudiera implementar el Estado para acrecer sus ingresos si no puede aumentar impuestos o contratar empréstitos, cuando se  carece de generación directa de utilidades por parte de empresas estatales?

La doctrina clásica del Derecho Tributario indica la obligatoriedad del particular a pagar conforme lo exija el poder soberano, según sean las necesidades identificadas por el poder mismo. Una posición que ya ha sido expresada así por el actual Ministro de Hacienda; sin embargo, recordemos la tendencia iniciada en América  desde 1776 cuando las Colonias Norteamericanas se negaron a pagar el  nuevo impuesto al té, que les imponía  Corona Inglesa, con el fin  de allegar fondos para sostener  la guerra con España, la cual no era sensible a las necesidades de las colonias,  marco un momento decisivo en la concepción tributaria clásica, la cual al ir evolucionando dentro del sistema democrático, ha florecido en el concepto de “pacto fiscal”, el cual, sin alterar la naturaleza obligatoria del tributo, sí lo ha condicionado al interés del bien común, aunque obedezca a fuerzas distintas a las de las aglutinadas en los partidos políticos y, en el gobierno mismo; a las fuerzas vivas de la nación (los cuerpos intermedios): las organizaciones gremiales  aglutinan  toda la actividad económica del país.

Este condicionamiento o limitante a la capacidad impositiva del Estado, es un sistema contralor indirecto del gasto público, pues independientemente de la idea del Gobierno que se encuentre en el ejercicio del poder, deberá de atender  a quienes generan el impuesto, pues es necesario no perder de vista  la doble calidad de quienes conforman estas estructuras sociales: son generadores de la actividad económica del Estado, y a su vez, poseen la calidad individual de ciudadanos y por lo tanto, ejercen su derecho político ( en el sentido de buscar el bien común y participar en el cotidiano quehacer del gobierno) de dar su opinión sobre el estado actual de las cosas y más aún, de lo que puede afectar a la economía nacional.

La gestión del ciudadano por medio de las organizaciones gremiales es una injerencia política contralora del gasto público, pues en el evolucionado sistema democrático y en el sistema de pesos y contrapesos, ya no son sólo las estructuras tradicionales propias del Estado son las que ejercen dicho control, sino que es el individuo colectivizado en defensa de sus intereses particulares, el que la realiza.

Esta nueva forma de control público, ha surgido de la falta de transparencia en el manejo de los fondos públicos y de la visión particularizada del bien común, pues existe la tendencia, en los funcionarios, que una vez electos, ejercen el poder únicamente bajo su visión particular, ignorando los principios de gobernabilidad e integralidad de la gestión pública dentro del Estado, pues no basta una mera mayoría de la mitad más uno para lograr la justicia, sino que todos los elementos y fuerzas del Estado deben de ser valoradas en su justa medida y no sólo numéricamente, como resultado de las elecciones de funcionarios públicos.

Por lo que la empresa privada, con recto sentido común, ha propuesto como primer punto a considerar, antes de crear un tributo especial y selectivo,  el ahorro o la austeridad, pues es de irrebatible lógica económica, el ajuste al presupuesto que posea la entidad (ya sea una persona natural, entidad jurídica o el Estado mismo).

Sin embargo, en cuanto al Estado, por considerarlo de “interés general”, un diputado ha llegado a afirmar: “necesitamos dinero y solo hay dos formas de obtenerlo: cobrando mas impuestos o prestándolo”. Una afirmación que refleja el pensar de quienes están actualmente en el Gobierno, pero que no deja de ser una posición llena de cinismo, pues ya sea que le ingresen al Estado fondos por cualquiera de estas dos vías, siempre a la larga, es el ciudadano común el que terminará pagando por vía de impuestos, lo único que es incierto es en cual generación será.

El impase suscitado entre la empresa privada y el Gobierno por los impuestos, parece que esta en un punto muerto, pero el Ejecutivo ha hallado una solución muy sencilla: una nueva moneda paralela al dólar, lo que le daría la oportunidad de crear dinero nuevamente.

La Ley de Integración Monetaria permite esta posibilidad y queda en manos del Ejecutivo ejercerla: la circulación de dos monedas con un mismo valor en una relación de 1/ 8.75, sin embargo, esta no deja de ser más que una mera ficción legal, que por lo impráctico de la misma, únicamente deja en funcionamiento el dólar.

El Ejecutivo, aprovechando la impopularidad de las nuevas monedas de a un dólar, propone billetes de igual valor, para circulación corriente y, bajo el pretexto de un tiraje limitado (billetes de a uno y de impacto económico restringido) fácilmente podrá seguir emitiendo moneda de otras denominaciones y, sin respaldo para  y así conseguir “los fondos necesarios” para finalizar su gestión.

El uso de una moneda alterna al dólar, en paridad con la misma, forzosamente traerá una distorsión en el mercado, con una inflación, al principio moderada, para luego desarrollarse exponencialmente, tal como ha sucedido en otros países con medidas similares.

Las complicaciones que esto generaría serían graves, aunque el Presidente del Banco Central de Reserva diga lo contrario, pues toda moneda tiene por sobre los conceptos económicos (productividad de un Estado) su valor en la confianza, una confianza en la solidez de la misma, lo cual tenemos en el dólar o el euro, pero no, en una moneda nacional respaldada por un Estado que ya ha comenzado a pagar sus obligaciones ( en relación a los subsidios) a las grandes empresas, con Letras del Tesoro, que no son mas que papeles, respaldados por una finanza estatal en números rojos  y que amenaza aumentar su endeudamiento fuera de su capacidad de pago.

La alternativa de hacer dinero es una tentación muy grande cuando ya no hay más capacidad impositiva o de gestión de créditos. Sin embargo, aún existen alternativas que nos serían menos lesivas al interés público: focalización del subsidio público, austeridad de la gestión pública, ampliación de la base tributaria mediante un pago fácil de impuestos y por sobre todo, la creación de políticas de seguridad pública y de eficiencia en el combate a la delincuencia, que no conlleve   factores político ideológicos de izquierda.

La presión que pueda ejercer el Ejecutivo, tendiente a obligar  al pago de más impuestos únicamente traerá como consecuencia un mayor deterioro de la economía nacional, con una menor capacidad de recaudación. 

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor
PUBLICACIÓN ACCIÓN

CONSIDERACIONES
SOBRE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

La Cancelación del PCN Y PDC

La conformación o extinción de un partido político, equivale a la aparición o desaparición de una idea política es decir, de una forma de ver la realidad de la sociedad y de encontrarle solución a los problemas de la misma, bajo la visión de determinada ideología política, o por lo menos, de una tendencia de dicha ideología.

El partido político es la estructura social que permite acceder al poder, desde un punto de vista del interés social, partiendo de una idea. Este objetivo del partido político es compartido por la sociedad  en los cuerpos intermedios, en las organizaciones sociales atendiendo a su interés particular colectivizado y, que en el sistema democrático actual, cumplen esta misión de un modo indirecto pues, no son el modo legalmente constituido para ese fin.

Sin embargo, ninguna estructura humana es perfecta y, el partido político, no es la excepción, que adolece de graves defectos de origen, como la tendencia natural de apartarse de su visión ideológica, hacia las necesidades prácticas, del acomodo político para mantener su vigencia en la lucha política nacional o, para obtener las lógicas prebendas que suele dar el ejercicio del poder o del apoderamiento de la institución como cosa propia por las cúpulas partidarias, viendo al partido como su empresa o negocio particular.

Cuando analizamos la cancelación del PCN (Partido de Conciliación Nacional) y PDC (Partido Demócrata Cristiano), ambos con una vida política activa por mas de cincuenta años, podemos analizar las virtudes del sistema partidario, así como sus desventajas y decadencia, hasta el punto en que se extinguen de hecho o de derecho las instituciones que le conforman.

La ironía del destino, es que ambos partidos ahora extintos, fueron la expresión política preponderante de  principio de los sesenta.  El PCN, heredero directo del Partido Revolucionario de Unidad Democrática (PRUD 1948-1960) que tomaba el modelo del PRI mexicano, era un partido que combinaba las ideas sociales expresadas en la Constitución de 1950, pero bajo una dirección militarista y anticomunista. Esta mezcla de posiciones políticas socialistas (progresistas para la época) con actuaciones contrarias en su ideología en el diario quehacer del gobierno, ha sido constante en la mayoría de los partidos políticos.

Por otra parte, tenemos el Partido Demócrata Cristiano (1960-2011) fundado bajo el concepto social de la Iglesia Católica, siguiendo la tendencia de la post-guerra europea; tuvo éste en un primer momento, una gran acogida en nuestro país, pero posteriormente también llego el desencanto sobre él, al ver que en la práctica, sus ideas  se alejaban de sus planteamientos originales y que su política giró en derredor de la gestión del PCN, como su opositor natural, hasta que  llegó a su fase culminante en 1972, con las elecciones Duarte – Molina, cuando luego de un empate técnico, la Asamblea legislativa decidió reconocer el triunfo del Coronel Molina, según lo estipulaba la legislación de la época.

Existe también una paradoja en la vida de éstos dos partidos políticos: su existencia se deriva de la vigencia de sus ideas políticas, vigencia que tiene que sancionar la población mediante el voto pero, en la práctica, cuando han llegado a ser partidos minoritarios, la necesidad de subsistencia (de conseguir votos y escaños, tanto en la asamblea como en las municipalidades) los hace abandonar la ideología, por el acomodo que permite la gobernabilidad, y que trae como consecuencia, el repudio de la población, migrando su voto hacia sectores más radicales en el espectro político, precipitando más aún su caída en las votaciones por la falta de aceptación general.

Como últimos recursos de subsistencia, estos partidos se aferran a instituciones públicas como si fueran sus feudos, negociando su apoyo político a las fracciones mayoritarias, con la finalidad de asegurarse una institución que permita darle empleo a sus seguidores y sostener su activismo político. Como segunda estrategia, son el refugio de personas que aspiran a una alcaldía y han sido rechazados por sus respectivos partidos, lo cual si bien es beneficioso para el sistema democrático en general, pues permite el acceso a una candidatura velada por decisión partidaria, por otra parte, ésta es nociva para el sistema pues despoja del factor ideológico en beneficio del interés mediático.

No debemos olvidar nunca, que el pivote sobre el que gira el sistema democrático moderno es la ideología y no, el ejercicio del poder mismo. Un cambio en este sentido causa la desnaturalización del sistema por uno feudal o de liderazgo basado en el interés particular.

Y esto es precisamente lo que sucedió con los partidos PDC y el PCN. Los antiguos simpatizantes de la Unión Nacional Opositora (UNO) liderada por el PDC (1972) aliados al MNR (Movimiento Nacional Revolucionario), que posteriormente se convirtió en el FDR (luego transformado en CDU y hoy CD), aliado  del FMLN. El PC (Partido Comunista, apoyó a la UNO en su gestión opositora al PCN) siguieron otros derroteros hacia el radicalismo revolucionario, dejando a esta, a la Democracia Cristiana sola en su posición política. Algunos de sus miembros, desencantados de la tendencia de izquierda adoptada por la dirigencia de la Democracia Cristiana, migraron hacia el PCN, y en algunos casos pasaron a engrosar las filas de ARENA en la época de su fundación.

Sin embargo, siempre por la ironía del destino, en las elecciones presidenciales Duarte – D´Aubuisson (1984), esta vez, luego de un empate técnico entre el PDC y ARENA, Duarte fue favorecido con la intervención norteamericana por medio del Embajador en nuestro país  Thomas Pickering  quien siguió la línea de su predecesor, Robert White, quien ayudo a Duarte en la segunda Junta Revolucionaria de Gobierno.

En tal momento crucial de la política nacional, pues estábamos sosteniendo una guerra contra el FMLN, cuya beligerancia había sido ya reconocida por México y Francia, hubo la tentación de tomar las calles y hacer valer el voto popular por vía de la fuerza; sin embargo, el propio Roberto D´Aubuisson se opuso a tal medida, que implicaba un rompimiento del esquema partidario y, lo cual perjudicaría en mucho, la estabilidad nacional, teniendo en ese momento una insurgencia creciente y así, se acepto el triunfo del PDC. Este incidente, muy poco conocido, también puso a prueba la institucionalidad de la Fuerza Armada, pues en esos momentos, la posición de las altas jefaturas, fue la de mantenerse al margen de la disputa electoral entre el PDC y ARENA por el poder, ya que  de intervenir, lejos de favorecer los intereses nacionales, éstos serían perjudicados, pues la legitimidad del gobierno, sería cuestionada internacionalmente, favoreciendo a la insurgencia del FMLN. 

Sostenida la victoria electoral del Presidente Duarte por los Estados Unidos y, no en la voluntad ciudadana, lo desastroso de su gobierno y los dos intentos fallidos de negociación en Chalatenango y en La Libertad con la insurgencia, marcaron la derrota electoral del PDC, derrota de la cual nunca se recuperaron hasta llegar a su cancelación, declarada hace unos días.

El PCN, ha corrido la misma suerte: desde el triunfo del Coronel Molina en 1972, su destino como partido preponderante estuvo sellado  pues, luego del golpe del 15 de octubre de 1979, nunca volvió a ser partido mayoritario y, su conformación como partido militarista,  termino ese día. Muchos de sus miembros migraron hacia la naciente ARENA en 1981, como la nueva alternativa política anticomunista en el país.

Es de hacer notar, que la importancia y supervivencia de partidos minoritarios como el PCN y PDC depende en nuestro medio, de dos factores: la existencia de dos partidos mayoritarios que mantengan   un permanente empate técnico y, que necesiten votos mínimos para romper dicho empate, o le reste votos a uno de los partidos mayoritarios, por último, la creencia de los partidos mayoritarios de que ya no pueden crecer en su voto duro, les permite maniobrar políticas tendientes a dar mayor poder a los partidos minoritarios, hasta el grado de ser ofensivo para el electorado común, que ve que da su voto para un partido y luego este voto sirve para otro partido,  o su partido mayoritario que señala como su oponente electoral al minoritario, le favorece desde la Asamblea Legislativa o desde el Tribunal Supremo Electoral mismo. Una práctica que daña la credibilidad en el sistema, lo que se traduce en una apatía política electoral.

El surgimiento de nuevos partidos minoritarios, siempre tiende a desplazar a los más antiguos, ya que son estructuras sin ataduras “políticas”, que permiten un mejor acomodo para los mayoritarios a un “costo político menor”, y en razón de los beneficios que esperan a un futuro cercano.

Ahora bien, analizar si la cancelación o no de dichos partidos es legal ha sido legal o no, sería en realidad  estéril, pues encontramos vicios  jurídicos que ya han sido “legitimados” (aceptados tácitamente) con el correr del tiempo, y que no por ello dejan de ser vicios “imposibles de subsanar jurídicamente de estricto derecho”, por lo que no he querido abordar este problema desde el aspecto  jurídico, sino más bien del político.

La inconstitucionalidad o ilegalidad del PDC y del PCN, ha sido declarada por la Sala de lo Constitucional, por lo que éstos partidos tienen que cesar en su existencia y, es  atribución exclusiva del Tribunal Supremo Electoral el declarar su cancelación en base a una resolución del TSE, dándole cumplimiento o aplicación a lo ordenado por la Sala de lo Constitucional. Sin embargo, nos encontramos con un impase jurídico y político. La conformación partidaria del TSE, no permite que la cancelación de dichos partidos se de, por intereses particulares de los conformantes, por lo que el acuerdo fue tomado por mayoría simple y no calificada.

El PDC y el PCN confiaban en que el TSE sería una instancia más en su lucha por mantener la vida política de sus partidos y, que llegado su momento, podrían contar con dos partidos cada uno y negociar ventajosamente. Esta situación, obliga a un fallo ilegal, pero que en espíritu esta apegado al sistema democrático y constitucional. La prueba de que dicho acuerdo es legítimo, esta en que no ha habido una alteración del orden público, reclamando lo contrario.

El Diputado Rodolfo Parker, irresponsablemente  y probablemente  guiado, mas por la ira que por su incuestionable saber jurídico, llamó a la “desobediencia civil” de su partido para con el TSE. Cualquier persona tiene el derecho a cuestionar al Estado, pero pretender manipular el sistema cuando no se tiene la fuerza (el respaldo popular en las calles) no hace más que confirmar lo correcto y acertado de la resolución.

Varios de los políticos de otros partidos, han rechazado la resolución del TSE, por que sienta un peligroso precedente: se puede cancelar a un partido político, únicamente con mayoría simple, por lo que en otra ronda electoral, pudiera darse la cancelación de uno de los partidos mayoritarios en beneficio del otro. De darse esto, sí habría conmoción social y una peligrosa alteración del orden público, que podría llegar a concretizarse con la remoción de los funcionarios que se hayan excedido en sus funciones, por la alteración del orden constitucional.

Partidos políticos que han existido en El Salvador:

De 1821 a 1910:
· 
P    Partido Liberal
·         Partido Conservador
·         Partido Republicano Salvadoreño.
De 1910 a 1931
·         Partido Nacional Democrático
·         Partido Patriótico Nacional
·         Partido Constitucional
·         Partido Laboral
·         Partido Fraternal Progresista
·         Partido de Evolución Nacional
·         Partido Republicano
·         Partido Nacional Republicano.


De 1931 a 1979
·        
P    Partido Pro Patria (PPP)
·         Partido Comunista Salvadoreño (PCS)
·         Partido Independiente
·         Partido Unión Democrática (PUD)
·         Partido Unión Nacional de Trabajadores (PUNT)
·         Partido del Pueblo Salvadoreño (PPS)
·         Frente Social Republicano
·         Partido de Unificación Social Democrática (PUSD)
·         Partido Revolucionario de Unificación Democrática (PRUD)
·         Partido de Acción Renovadora (PAR)
·         Partido Republicano Independiente (PRI)
·         Partido Acción Constitucional (PAC)
·         Partido de Acción Nacional (PAN)
·         Partido Institucional Demócrata (PID)
·         Partido Demócrata Nacionalista (PDN)
·         Partido Popular Democrático (PPD)
·         Partido Radical Democrático
·         Partido Revolucionario Abril y Mayo (PRAM)
·         Partido Demócrata Cristiano (PDC)
·         Partido de Conciliación Nacional (PCN)
·         Partido Social Demócrata
·         Unión de Partidos Democráticos (UPD)
·         Partido Reformador Nacional (PRN)
·         Movimiento Nacional Revolucionario (MNR)
·         Partido Popular Salvadoreño (PPS)
·         Partido Republicano de Evolución Nacional (PREN)
·         Unión Democrática Nacionalista (UDN)
·         Unión Nacional Opositora (UNO)
·         Frente Unido Democrático Independiente (FUDI)


De 1980 a 1992
·        
       Partido de Acción Democrática (PAD o AD)
·         Alianza Republicana Nacionalista (ARENA)
·         Partido de Orientación Popular (POP)
·         Movimiento Estable Republicano Centrista (MERECEN)
·         Partido Auténtico Institucional Salvadoreño (PAISA)
·         Partido Liberación
·         Partido Renovación
·         Movimiento Auténtico Cristiano (MAC)
·         Movimiento Popular Social Cristiano (MPSC)
·         Movimiento Solidaridad Nacional (MSN)
·         Partido Pueblo Libre
·         Convergencia Democrática (CD)

De 1992 a la fecha
·         
      Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)
·         Movimiento de la Unidad (MU)
·         Movimiento Auténtico Social (MAS)
·         Liga Democrática Republicana (LIDER)
·         Pueblo Unido Nuevo Trato (PUNTO)
·         Unión Social Cristiana (USC)
·         Renovación Social Cristiana
·         Partido Liberal Democrático (PLD)
·         Partido Popular Laborista (PPL)
·         Partido Demócrata (PD)
·         Partido Fuerza Cristiana (FC)
·         Partido Social Demócrata (PSD)
·         Partido Acción Popular (AP)
·         Partido Movimiento Renovador (MR)
·         Partido Acción Nacional (PAN)
·         Partido Popular Republicano (PPR)
·         Centro Democrático Unido (CDU)
·         Partido Nacional Liberal (PNL)
·         Frente Democrático Revolucionario (FDR)
·         Cambio Democrático (CD)
·         Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA)


El aparecimiento y extinción de los partidos políticos en nuestro medio, ha sido constante, pues representa el dinamismo político en sí mismo y, refleja cuan fluida es la vida democrática, lo que ha quedado expresado en nuestra actual Constitución, cuando leemos el precepto en que se declara que la existencia de un partido único es incompatible con la vida democrática.

La posibilidad de candidaturas independientes, aunque imperfecta aún, asegura un desarrollo del sistema democrático, pues subsana los vicios que puedan tener las instituciones partidarias y, aunque estas, las candidaturas independientes, no lleguen a concretarse, siempre son un una posibilidad latente, que puede utilizarse como alternativa a los partidos políticos. Esto nos hace recordar que a finales del siglo XIX, los partidos que giraban en derredor de una persona, recibían el nombre del candidato o del caudillo, lo que en espíritu seria una candidatura independiente.

Por último, cabe reafirmar que, desde la institucionalidad del sistema partidario, éste ha funcionado, pues si bien se ha dado la cancelación de dos partidos políticos, ha permitido a su vez que los miembros de dichos partidos, funden uno nuevo con las mismas estructuras, lo que en la práctica, extiende la vida del partido bajo un nuevo nombre y quizá permita una renovación de sus cúpulas partidarias, lo cual a la larga permite apreciar que nuestros sistema, con todas sus imperfecciones  sí funciona.





La “Teología de la Liberación”:
¿Teología o Sociología Política?

Introducción

La Teología de la Liberación es una doctrina surgida recientemente, después del Concilio Vaticano II, como una aproximación del catolicismo al protestantismo, al racionalismo y al marxismo. Todo con el objetivo de aglutinar fuerzas políticas con la finalidad de la obtención del poder, el cual es estrictamente, un fin temporal.

Para abordar este tema, el cual tiene implicaciones religiosas y sociológicas, es necesario partir de un punto firme, el cual nos lo señalan  las enseñanzas de Santo Tomás: la Teología es una ciencia superior a la filosofía, pues se funda en la Divina revelación contenida en las Sagradas Escrituras. Es necesario partir del razonamiento religioso, pues el sustento de la Teología de la Liberación parte de la interpretación de las enseñanzas de Cristo, lo cual corresponde a la esfera religiosa, aunque la pretensión de sus efectos sea estrictamente terrenal.

Para lograr la justicia y, argüir, corregir e instruir en su favor,   debe hacerse conforme a las enseñanzas de la Sagrada Escritura, divinamente inspirada, según San Pablo ( II Timoteo, 3,16). Posteriormente Santo Tomás en el Primer Capítulo de la “Summa Theologia” enseña que la escritura inspirada divinamente no pertenece a las disciplinas filosóficas, pues éstas, han sido inventadas según la razón humana y, por consiguiente es necesario que haya otra doctrina inspirada divinamente, la Sagrada Teología. Hay pues dos clases de ciencias, unas son las que proceden de la luz natural de la inteligencia como las matemáticas y otras,  son las que proceden de los principios conocidos por la luz superior de las ciencias, así como la perspectiva procede de los principios dados por la geometría y, la música, de los principios conocidos por la métrica.

La Teología, según las enseñanzas de Santo Tomás, es una ciencia Sagrada, porque procede de los principios revelados por Dios y contenidos en las sagradas escrituras y, por consiguiente, cuando se dice: “Teología de la Liberación” se refiere más bien a un concepto sociológico y político, que no tiene ninguna relación con el concepto de Teología considerada como doctrina Sacra.

Ahora bien, los propagadores de la llamada “Teología de la Liberación”, afirman que sus enseñanzas las fundan en las Sagradas Escrituras,  sobre todo, en el Nuevo Testamento; sin embargo, si los leemos atentamente, su apelación a la Sagrada Escritura es sólo una manera de encubrir su tendencia marxista. Así lo afirman autores estudiosos de estas nuevas enseñanzas y lo hacen así, tanto autores eclesiásticos como seglares.

Muy útil para entender las verdaderas intenciones de los propagandistas de la “Teología de la Liberación” es leer el libro intitulado “Jesuitas, Iglesia y Marxismo. La Teología de la Liberación Desenmascarada”, cuyo autor es el Español Ricardo de  la Cierva.

De conformidad con esta obra, el origen de la “Teología de la Liberación” está en algunos autores alemanes y protestantes – racionalistas, quienes a su vez, tuvieron una fuerte influencia del filosofo comunista alemán Ernst Bloch.

El Sacerdote Enrique Rueda opina que la llamada “Teología de la Liberación” es “un intento de reinterpretar el cristianismo, utilizando conceptos marxistas”.

La influencia de la “Teología de la Liberación” sobre el pensamiento revolucionario iberoamericano y sus simpatizantes europeos, proceden de tres fuentes: A- El filosofo marxista Ernst Bloch (judío alemán, que por la derrota de Alemania y el auge del Nazismo vivió en el exilio y sufrió la influencia de Max Weber); B- El teólogo protestante Jürgen Moltmann (un converso del nazismo al protestantismo, luego de haber vivido los horrores de la guerra); C- Johann Baptist Metz (Teólogo católico alemán, que se alejó de la Teología trascendental de Rahner para proponer una Teología política enraizada en la praxis cristiana).

Además de la influencia de los filósofos alemanes ya mencionados, debemos agregar también al francés Jacques Maritain (quien comenzó su producción filosófica como Tradicionalista  y Monárquico, para luego de la condena de ACCIÓN FRANCESA, dio un giro de 90 grados hacia la izquierda, por lo que tenemos un pensamiento oscilante) y a Jacques Sangnier, cuyo movimiento Demócrata Cristiano denominado LE SILLON (El Surco), fue condenado por el Papa San Pío X.

Desarrollo de la “Teología de la Liberación”

Al abrir el Concilio Vaticano II, se introdujo el modernismo, con los nombres de “progresismo y “pluralismo”. Los católicos se dividieron entre tradicionalistas y progresistas. La primera tendencia la representó el Arzobispo francés Monseñor Marcel Lefevbre, que trató de conservar el legado doctrinal de la iglesia de la contrarreforma (Concilio de Trento)  y rechazó las innovaciones del Concilio Vaticano II con su apertura al mundo moderno, porque veía la demolición de la Iglesia Católica, substituyendo el teocentrismo por el antropocentrismo, o sea la posición dirigida o enfocada, hacia el hombre y los problemas humanos.

En una visión Teológica tradicional, la relación Cristo - género humano, es vertical, mientras que en el antropocentrismo, dicha relación es horizontal. La posición de la relación dará como resultado la supremacía del enfoque: en el primero, lo importante es la divinidad de Cristo, mientras que, en el segundo, son las necesidades del hombre; necesidades materiales, y las que una vez satisfechas, satisfarán también,  las espirituales.

En nuestro vocabulario diario, el concepto de “progreso”, implica un cambio positivo, una mejora del actual estado sobre el anterior, sin embargo, en teología, el concepto es completamente diferente y, representa lo siguiente:

a-      Ingreso de términos nuevos: secularización, desmitificación, oposición global, ateísmo.

b-      Los conceptos anteriores tienen su fundamento en escuelas filosóficas que rechazan en cierto modo, a Dios: el Kantianismo y el Hegelianismo, corrientes filosóficas que dan origen al agnosticismo ( la tendencia a limitar la posibilidad o capacidad de conocer la verdad en el orden de Dios), inmanentismo ( afirmación de que las verdades espirituales como Dios, la revelación etc. no existen fuera del sujeto que las piensa, o sea que, no existen fuera de la realidad del sujeto que las piensa) y el evolucionismo (en el concepto teológico, sigue la tendencia naturalista de Darwin, según la cual, todas las verdades religiosas como la Santísima Trinidad, Dios, Jesús, no son eternas ni inmutables, sino que cambian de acuerdo con la evolución o desarrollo de la historia de la Salvación, tal como se presenta en la Biblia, a propuesta de Teilhard de Chardin)


c-      El progresismo obliga a la unión con tendencias “sociales” (marxismo) para lograr el fin de la Iglesia, el cual es estrictamente terrenal.

(Nota: los conceptos explicados anteriormente  - a, b, c - son un resumen de lo expuesto en la obra intitulada “Progresismo Religioso” del Padre Manuel Molina, publicado en la Revista SPEIRO 1977)

El Concilio Vaticano II trató de poner un énfasis en la persona humana, pero sin perder su sentido vertical, pues los problemas humanos pueden ser resueltos aplicando los principios cristianos, desde el alma del individuo hacia el exterior, proyectándose en la sociedad; mientras que, la “Teología de la Liberación” pretende la solución de los problemas humanos mediante el cambio de la sociedad o la colectividad, sin el concurso de la espiritualidad, que reside primero, en el ser individual, para proyectarse luego, colectivamente.
Archivo:Descent of the Modernists, E. J. Pace, Christian Cartoons, 1922.jpg

Ilustración de 1922 mostrando gráficamente los errores del modernismo, los cuales en un principio fueron combatidos en la Universidad de Lovaina, para luego convertirse en su propagadora. Los errores del modernismo ya habían sido advertidos por San Pío X en 1907, en vista de la evolución del racionalismo, el cual tiende en ultima instancia, a elevar la condición humana por sobre todas las cosas y a potenciar el deseo humano por sobre la naturaleza divina del mismo.

Teología de la “Liberación y Marxismo”

La “Teología de la Liberación”, está vinculada con el marxismo, pues toda su dialéctica está tomada del mismo. Su tendencia hacia el marxismo tiene su origen en la visión de las luchas comunistas – nacionalistas europeas, desde principios del siglo XX hasta su primera mitad, en cuanto a los europeos, y para los latinoamericanos como el Padre Gustavo Gutiérrez, en las desigualdades y contradicciones propuestas por el marxismo en su lucha expansionista durante la guerra fría. En la que  identifican como el origen de todos los males sociales, a la riqueza. Fundando sus bases filosóficas, en Hegel y Kant.

Johann Baptist Metz es posiblemente el más significativo de los promotores de la Teología progresista, también llamada “Teología política”, dice: “Vemos que nosotros estamos – si las apariencias no engañan- en el punto final histórico y en el punto de quiebre de ese mundo burgués y del surgimiento de un mundo post burgués, post capitalista, en individualismo occidental empieza a ser más bien un fenómeno cultural marginal”, (Tomado de “Más Allá de la Religión Burguesa, Salamanca 1982).

El influjo determinante de la Teología progresista europea es el caldo de cultivo americano para los movimientos liberacionistas (Revolucionarios) y sobre todo la “Teología de la Liberación”. Esta última es una variante del progresismo europeo, tal como lo explicó en su oportunidad, Monseñor Alonso López-Trujillo (Ex presidente del Pontificio Consejo para la Familia) al referirse a la evolución de la evolución de las ideas aberrantes de la Teología de la Liberación luego del Concilio de Medellín.

“La Teología de la Liberación”

Aunque se habla de “Teología de la Liberación” como si hubiese teología de liberación buena y mala; sin embargo, principalmente en Iberoamérica y aún en Europa se entiende por “Teología de la Liberación”, una versión cristiana del marxismo. La mayoría de los autores la toman en tal sentido, y para mayor evidencia, la misma instrucción sobre la teología de la Liberación dada a conocer por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida en su tiempo por el Cardenal Josef Ratzinger, Arzobispo de Colonia y hoy Benedicto XVI, también la toma en ese sentido y, la critica por seguir una orientación marxista.

La instrucción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y algunos otros autores eclesiásticos,  ha aceptado el concepto de “Teología de la Liberación” en un sentido espiritual y moral, como “liberación del pecado” y por ese motivo se le llama “Teología de la Liberación”; sin embargo, la aceptación más generalizada y a la que se refiere el Cardenal Ratizinger es la que se identifica con el marxismo, por lo cual es preciso hacer una clara distinción en el uso y significado de estos conceptos.

El razonamiento que lleva a la “Teología de la Liberación”, condenada por la Iglesia Católica, es el análisis de los problemas sociales a la luz del marxismo, el cual conduce al siguiente razonamiento: una situación intolerable y explosiva exige una acción eficaz que no puede esperar más. Una acción eficaz supone un análisis científico de las causas estructurales de la miseria. Ahora bien, el marxismo ha puesto a punto, los instrumentos estructurales de la miseria (la pobreza es producto de el reparto desigual de la riqueza y de la explotación del hombre por el hombre). Ese razonamiento es ad  hoc para el tercer mundo y, en especial para la América Latina.

La tendencia natural del hombre por solventar en su generación útil los problemas gestados durante siglos, obliga a buscar soluciones inmediatas a esos problemas, aunque al aplicar tales soluciones, se genere una destrucción de la sociedad misma, pues todo cambio social permanente, tiene que ser producto de la evolución natural del hombre en su acomodo social y no, de la revolución.

El otro factor coadyuvante en la aceptación de la “Teología de la Liberación”, es la necesidad de sustentar toda teoría, bajo el método científico; lo cual ejerce una fascinación casi mística, como lo afirma el Cardenal Ratzinger. La comprobación de todo fenómeno y para su explicación, según una determinada teoría, adolece de un problema fundamental: la consideración de todas las variables intervinientes en el fenómeno, la cual dependerá de la capacidad y criterio del observador del fenómeno y, al aplicarlo a fenómenos sociales complejos, se tiende a estandarizar, por lo cual puede incurrirse en errores, los cuales al desarrollar teorías y soluciones para los problemas sociales, puede tener el efecto contrario al esperado, pues la imperfección humana de nuestros sentidos, nos puede inducir a error, como ya lo afirmó Santo Tomás.


En las ciencias humanas y sociales  conviene estar atento a la pluralidad de los métodos y de los puntos de vista de los que cada método puede aportar, pues dada la complejidad del fenómeno (que en la sociedad no pueden presentarse dos iguales, aunque si similares) dependerá del criterio observador, presentar una teoría para el fenómeno y determinar las variables a intervenir, por lo que se tendrá una visión de la realidad, la cual será siempre parcial, por lo que es necesario construir la visión de la realidad desde diferentes puntos de vista.


En el caso del marxismo, tal como se intenta utilizar, la crítica previa se impone, tanto más porque el pensamiento de Marx  constituye una concepción totalitaria del mundo, en la cual, numerosos datos de observación y de análisis descriptivos, son integrados en una  estructura filosófica – ideológica, que impone la significación y la importancia relativa que se les reconoce.


Los apriori ideológicos del marxismo, son presupuestos para la lectura de la realidad social (todo fenómeno es producto de factores económicos) y como consecuencia se  la disociación de los elementos heterogéneos  (no se relacionan factores económicos con otros de índole cultural o nacional), crean una visión incompleta de la realidad.


El origen del análisis marxista parte de la realidad de la Revolución Industrial, en su apogeo, por lo cual, únicamente sobresalen en dicha época, los elementos económicos  y en una parte de la sociedad (los obreros en su relación patrono- trabajador); sin embargo, los elementos nacionales o subjetivos siempre están latentes y emergen en condiciones que superan a los factores económicos considerados en la relación obrero- patronal.

La “Teología de la Liberación” en acción en El Salvador.


Aprovechando los cambios y la apertura social que trajo la Constitución de 1950 y la creciente tendencia favorable a la izquierda, se funda, en 1965, la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA, como la primera universidad privada del país y, con una tendencia católica  tradicional, siendo su primer nombre “Universidad Católica”, por cual, muchas personas colaboraron económicamente a su creación. Pero luego que quedó de manifiesto su tendencia al “Progresismo” y el Padre General de la Orden, Arrupe, envió a un grupo de jesuitas vascos con tendencia separatista y anti española, formados en Alemania y Austria  en donde habían bebido las nuevas tendencias teológicas, la universidad cambio su tendencia, no sólo causando un desencanto en sus patrocinadores nacionales, sino considerándose también además estafados en su fe.


En este grupo de sacerdotes sobresalieron Ignacio Ellacuría, Jon Sobrino, Luis de Sebastián (quien años después fue un promotor del la insurgencia salvadoreña, FMLN, y un sustentador de su legitimidad de la insurgencia en España, para después  abandonar  la orden, pero no así sus ideas políticas, para contraer matrimonio) y Jhon Cortina.


La Revista ECA, fundada en 1947, por el Padre Alfonso María Landarech (Jesuita español de tendencia tradicional),  para la difusión de la Doctrina Católica y, se convirtió con posterioridad en el órgano divulgativo de la UCA, cambiando  su tendencia “Tradicionalista” a la “Progresista”; hasta tal  punto, de que, en uno de sus artículos el Padre de Sebastián, niega la tendencia tradicional de la revista cuyo fin era  educativo, denominándola como de “tendencia social”, lo que implicó un cambio radical en la publicación de sus artículos, cambiando de la religión a la política.


En esas tempranas épocas de la UCA, Jon Sobrino hizo unas declaraciones a las revistas TIME, NEWSWEEK, N.Y. TIME y THE WASHINGTONG POST negando la divinidad de Cristo, y con posterioridad Ignacio Ellacuría edito un libro polémico: “Teología Política” que fue editado por el Secretariado Social del Arzobispado que dirigía entonces el sacerdote progresista Ramón Vega (nicaragüense) y con la aprobación del Arzobispo Auxiliar Monseñor Arturo Rivera y Damas. Este libro que contenía graves errores teológicos fue condenado por el Vaticano. La Tesis central del libro de Ellacuría, es su concepto hegeliano de salvación en la historia (una progresión en la que cada movimiento sucesivo, surge como solución de las contradicciones inherentes al movimiento anterior) y que el Mesianismo de Jesús, tiene una dimensión política y no divina, en razón de lo cual la divinidad de Cristo, es suplantada por la teoría de que la salvación sólo puede ser alcanzada por la historia, o sea en la tierra y por la acción colectiva de bienestar físico.


El pensamiento de Ellacuría es perfectamente coincidente con la del peruano Gustavo Gutiérrez y los Brasileños Leonardo Boff y Hugo Assman, por lo que implica un avance o americanización de las ideas teológicas, llegando al borde de la separación con la doctrina de la Iglesia Católica.

La “Teología de la Liberación” en la política salvadoreña.

La “Teología de la Liberación” no ha sido una mera teoría política o religiosa reservada para los entendidos en la materia en discusiones académicas, sino muy por el contrario, ha guiado acciones políticas concretas y ha servido como legitimante de la política revolucionaria en nuestro país. Esto no ha sido exclusivo de El Salvador, pues podemos encontrar iguales acciones en Chile, El Brasil, Venezuela, Colombia, Perú, Argentina, Uruguay y Paraguay, en cada uno de ellos actuando siempre en la misma forma que en nuestro país.


Las acciones de la “Teología de la Liberación”, se han desarrollado en tres planos diferentes: El primero de ellos, actúa en un plano estrictamente intelectual, procurando cambiar la visión de la intelectualidad del país, volteándola hacia una “conciencia social”, favorable a la aceptación de las ideas marxistas, pero envueltas en ideas cristianas modificadas o interpretadas fuera del contexto de la Doctrina Social de Iglesia Católica, aunque apelando a los sentimientos naturales del bondad, justicia y compasión innatos en el ser humanos, hasta llevarlos fuera del plano espiritual del ser humano y basándolos en el interés material de la colectividad. Esto es generalmente aceptado o no discutido teológicamente debido al desconocimiento de los fundamentos teológicos y por la natural superficialidad en las discusiones políticas, cuando éstas no presentan un interés manifiesto o amenaza directa a la persona, según su entender.


El segundo plano es en la intervención directa dentro de la política nacional, orientando a los diferentes actores para que pongan en prácticas sus ideas, las cuales muchas veces son aceptadas, dado el halo de intelectualidad que rodea a sus predicadores y, que sirven de aval a las intenciones particulares de los políticos en su lucha por el poder temporal.


El tercer plano, se da en la utilización de la estructura de la Iglesia Católica para la creación y manipulación de las comunidades de base, que luego entran a engrosar las filas de las diferentes entidades insurgentes.
Además de estos tres planos, existe otra forma de acción que no tocaremos, por el momento y,  es el intento de manipulación en la toma de decisiones dentro del seno de la Iglesia Católica, como ha quedado evidenciado en la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, llevado a cabo en Santo Domingo en 1992, la cual fue infructuosamente manipulada por medio de la “opinión pública” mediante la contratación de empresas de publicidad en los Estados Unidos.


También se ha querido manipular la santificación de Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez, quien en sus homilías dominicales y Cartas Pastorales, hace una referencia directa a los documentos de Medellín, de línea “progresista” y, aunque su pensamiento ha sido declarado dentro de los lineamientos del Catolicismo, no así sus acciones (orto praxis), razón por la cual, el proceso de santificación ha sido detenido y, es posible que existen muy pocas posibilidades en largo plazo de su santificación y, tal vez nulas,  en nuestra generación.


Los tres planos principales  antes mencionados, tienden en la práctica  a confundirse, pues todas corresponden a una misma línea de acción ejecutadas por personas diferentes, pero que poseen una creencia común: se rechaza la resistencia pasiva y se propone el uso de la violencia como característica en la “redención cristiana” (tomado de la “Teología Política” de Ignacio Ellacuria), la interpretación del Evangelio debe de ser política (el Evangelio debe de adecuarse a los problemas del Estado) para llegar a la sociedad socialista luego del actual orden social.

El Padre Gustavo Gutiérrez es claro en el objetivo de la “Teología de la Liberación”: “Únicamente una quiebra radical del presente estado de cosas, una transformación profunda del sistema de propiedad, el acceso al poder de la clase explotada, una revolución social que rompe esa dependencia puede permitir el paso de una sociedad distinta, a una sociedad socialista. En esta perspectiva hablar de un proceso de liberación comienza a aparecer más adecuado y más rico de contenido humano. Liberación expresa en efecto, el ineludible momento de ruptura que es ajeno al uso corriente del termino “DESARROLLO”.


De 1965 a 1979, los sacerdotes de la UCA, desarrollaron los principios de la “Teología de la Liberación” en un primer plano, pero con el Golpe de Estado del 15 de octubre de 1979, aprovechando la coyuntura política del momento y su halo de intelectualidad, influyeron en la proclama de la Fuerza Armada, dando sus conceptos básicos, los cuales fueron entregados a la cúpula de los alzados, por el Dr. Enrique Mayora Rivas, lo que da un inicio en la intervención directa en la política, Dando su apoyo  tanto al Gobierno del Presidente Duarte como a los alzados en armas, dándole una mayor importancia en ese momento a la gestión del Presidente Duarte, pues éste podía realizar los cambios estructurales que ellos pretendían.


Luego del cambio de gobierno y la llegada de ARENA al poder, la ayuda de los sacerdotes sustentantes de la “Teología de la Liberación”, vuelcan todo su apoyo hacia la insurgencia, tanto que sus gestiones fueron directas: el Padre Luis de Sebastián, se convierte en asesor del FMLN. El Padre Jon Cortina trasiega armas a los insurgentes y permanece con ellos en sus campamentos, razón por la cual no se encontraba en la UCA al momento de la muerte de Ellacuria y sus compañeros.


Desde 1972 hasta 1992 actuaron convenciendo a sacerdotes sobre la necesidad de la organización del campesino y de obreros en comunidades de base, para luego de realizar acciones contra el gobierno, pasan a ingresar a las facciones armadas, para evitar capturas o persecuciones. En este sentido podemos destacar la labor del Padre Rutilio Grande, los Sacerdotes Alas y el Padre Placido Erdozaín, entre muchos otros. Las acciones de estos sacerdotes son congruentes con los principios de reclutamiento expuestos en la Guerra Popular Prolongada.


Los Acuerdos de Paz de 1992 y el ingreso a la vida política institucional del FMLN han limitado las acciones de estos sacerdotes únicamente a un primer plano, sin embargo luego del malogrado triunfo electoral del FMLN, digo esto, por que se hubiese querido iniciar una transformación social directa (Revolución) luego del ascenso al poder de Mauricio Funes, ha hecho que se vuelva a la manipulación política, hoy contra la cúpula del FMLN, procurando apoyar a quienes están descontentos con el gobierno por considerar que tras años de lucha no se han logrado los fines propuestos: la transformación de la sociedad hacia el socialismo, o que no se les ha cumplido la promesa de campaña de alcan promesa de campaña de alcanzar mayores o retribuciones personales mediante puestos en el Gobierno.

Conclusión

La “Teología de la Liberación” sigue viva e influyendo siempre la política interna nuestra: ahora, presenta posiciones irreconciliables con la nueva estructura del Estado de El Salvador, que no va encaminada hacia el socialismo.


En el campo práctico, pone bajo un mismo objetivo a antiguos militares y a la actual cúpula del FMLN, por considerarlos  desviados hacia sus objetivos de la “Teología de la Liberación” y el marxismo, razón del aparecimiento de la insurgencia revolucionaria, la cual es incompatible con el sistema democrático (la transformación de una entidad guerrillera a un partido político), el cual desea la mayoría de los salvadoreños y es la tendencia imperante en occidente.


La “Teología de la Liberación”, no es en realidad una verdadera Teología, sino una teoría o visión sociológica de la sociedad, por lo que no podemos considerarla como un pensamiento cristiano, sino  como una visión política. Esta visión política es completamente opuesta a la realidad, pues si bien aún tenia cierta validez hasta finales de los años noventa, dentro del contexto de la Guerra Fría, acabada ésta, no tiene razón de existencia, pues el mundo ya esta en otra guerra, la lucha de civilizaciones y, no con el comunismo, el cual no sólo  ha probado su inviabilidad económica, sino su injusticia tanto política como religiosa, pues en los países que se ha impuesto, la primera que ha sufrido es la Iglesia Católica y los demás cultos, hasta llamarla “la Iglesia del Silencio”, en que sus obispos tienen que ser nombrados “in pectoris”( sin que su nombramiento sea público para  proteger su integridad física por la represión del Estado y así poder cumplir su misión pastoral).


En nuestro país, antes del aparecimiento de la “Teología de la Liberación”, la religión predominante éramos mayoritariamente católicos en mayoría, pero la conversión a las ideas progresistas chocó con el concepto tradicional católico, especialmente en el campo, lo que permitió la migración hacia sectas protestantes, en busca de un refugio espiritual individual y colectivo, que no le ofrecía el catolicismo progresista.


Otra ventaja que tenía el católico converso al protestantismo era seguridad política, pues no se le exigía o se le llevaba a formar parte de ningún movimiento de este tipo. Por lo que podemos concluir que la “Teología de la Liberación”, lejos de consolidad el Catolicismo, ha sido un agente disociador de la Iglesia Católica, permitiendo además el ingreso de otras sectas y religiones.


Nuestro país, así como en el resto de Latinoamérica ha sufrido la influencia de las teorías filosóficas, políticas y religiosas de Europa.  La conquista nos impuso religión, idioma, costumbres e instituciones nuevas, luego de trescientos años, recibimos la influencia de los enciclopedistas franceses y por eso, nos independizamos y, luego de ciento setenta años de construir un Estado, a partir de tres ciudades y algunos pueblos, las ideas de la “Teología de la Liberación” vienen a pretender destruir lo que Europa nos enseñó en quinientos años, con tal experiencia deberíamos haber aprendido a pensar por nosotros mismos y defendernos de todo aquello que pretende un sometimiento del género humano a ideas antinaturales.


El Padre Jesuita Jhon Cortina, en una fotografía atribuida al libro de Galeas y  Berne Ayala, publicado en la red. El Padre Cortina se encuentra en un campamento insurgente colaborando directamente en el quehacer bélico en nuestro país, presumiblemente en Guarjila, Chalatenango. El sacerdote jesuita inició su formación teológica en Frankfort, Alemania, compañero de Ignacio Ellacuría.


Por instrucciones de Monseñor Arnulfo Romero y Galdámez substituyó al Padre Rutilio Grande en la Parroquia de Aguilares. En 1994 funda junto a la Licenciada Mirna Perla de Anaya la Asociación Pro - Búsqueda de Niñas y Niños desaparecidos.

El Padre Cortina, fue delegado por Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez para negociar con “los comandantes” la no utilización de la misa de cuerpo presente del Padre Grande como un mitin político, pero éstos al final siempre lo hicieron por considerarlo parte de su movimiento  de insurgencia y,  de una bandera política, según relato de Antonio Fernández Ibáñez en el Blog HUNNAPUH.blogcindario.com, rememorando el entierro del Padre Rutilio Grande, en Aguilares.

LA UCA SE PRONUNCIA
SOBRE CASO JESUITAS

Por Ana Soledad Miró.

Colaboración para PUBLICACIÓN ACCIÓN.


Al leer el titular: “La UCA se Pronuncia sobre Caso Jesuitas”, mi exaltada imaginación no vio a quienes escribieron dicho pronunciamiento, vio clarísimamente, a una muy engreída dama, que reposando majestuosa en alto sillón, con autoritario acento amonesta a la Honorable Corte Suprema de Justicia, por su fallo favorable a los militares salvadoreños enjuiciados por una abogada Española a quien se le ha apodado “la caza militares” y, además ilustra en tal pronunciamiento sobre como se debe impartir justicia y resolver los sin número problemas de la política nacional.


Pues bien, olvidándome de los escribidores de dicho pronunciamiento, me dirijo a la irascible dama que en mi imaginación es autora del pronunciamiento de marras. Y así yo también, me atrevo a pesar de su arrogancia a amonestarla del modo siguiente: Señora Doña UCA, ha dado Ud. con su pronunciamiento, un muy mal ejemplo a la ciudadanía salvadoreña. Nuestra Honorable Corte Suprema de Justicia ha pronunciado su fallo y obligación es de todo ciudadano  acatarlo. ¿Puede Ud, Doña UCA  estar en desacuerdo de dicho fallo?, pero sólo en lo íntimo de su conciencia y se le permite, si quiere, maldecir a uno por uno de los Magistrados y, hasta echarlos a los infiernos por medio de la excomunión; pero no expresarlo en público.


Es falta inexcusable dar un mal ejemplo, sobre todo, cuando lo da una tan conspicua educadora como Ud. Muy oportuno creo, el recuerdo del gran filósofo Sócrates: “Sus amigos le propusieron la fuga; él no la acepto por que dijo: daría el mal ejemplo de irrespetar la ley”. En consecuencia, aceptó el juicio y bebió la cicuta que le causó la muerte. Y todo, por no dar el mal ejemplo de irrespeto a la ley. ¿Qué tal señora UCA? Sublime ejemplo verdad? Pues estos históricos ejemplos, no son sólo para admirarlos sino para ajustar a ellos, en cuanto nos sea posible, nuestra conducta.


Ahora bien, su pronunciamiento, muy erudita Doña UCA, es bastante extenso, tiene diecinueve párrafos. Yo procuraré contestar a lo esencial, es decir al meollo de la cuestión, pues no puedo ser tan parlera. Pues bien, le pregunto, visionaria Doña UCA ¿qué nos hubiese sucedido si en 1932 no hubiésemos tenido al ejército que paró a los comunistas en sus crímenes y perversas ambiciones? Y, ¿qué hubiese pasado si en nuestro conflicto armado de hace veinte años, no hubiésemos tenido ejército que nos defendiese? Ya seríamos esclavos de un régimen como el de Cuba, ateo y denigrante de la naturaleza humana, pues es bien sabido que los comunistas, en globo en tal denominación a los numerosos frentes que de uno o de otro modo, combatieron en nuestra guerra civil, de muy triste memoria.


Digo pues que, ya estaríamos bajo el yugo del comunismo, sistema condenado por los Santos Papas, sabios en todo lo que dicen y que lo han calificado como doctrina “intrínsecamente perversa” como lo resumió Pío XII.


Los comunistas luchan movidos por el odio. Si no hubiésemos tenido ejército,  los comunistas nos hubiesen sometido al sistema de vida que sufrieron todos los que quedaron bajo la llamada “Cortina de hierro” para Europa y “Cortina de bambú” para el Noreste Asiático.


Nuestro país tuvo, al constituirse como nación independiente, que crear su ejercito (bendito sea Manuel José Arce, su visionario creador). Pero el Ejército, Ud, lo debe saber de sobra, como buena española que es, no es un ente abstracto. Lo constituyen hombres que han aprendido el arte de la guerra para el ataque y la defensa. Ahora bien, en este ataque o defensa, corren el peligro de morir  por que éste peligro es tan posible y real que se admira al militar y, se le tributa estimación y respeto. La función del militar en tiempos de paz, es prepararse para la destrucción del enemigo; y, en tiempo de guerra, debe destruir al enemigo, el cual no es un ente abstracto, sino que es una fuerza constituida por personas que atentan contra los intereses y la dignidad nacional.


Los militares actúan cumpliendo un juramento de vivir o morir por la patria jurando por su honor  y ¿qué es la patria? Para saberlo, nos basta recitar la Oración a la Bandera que en la escuela aprendimos cuando fuimos niños y, que ahora, negligente o aviesamente, ya no se enseña.


Pues bien, todo eso defienden los militares si preciso es, a costa de sus vidas y por éste terrible, pero sublime compromiso, debemos respetar y, de ningún modo, acusar ni condenar por los actos cometidos durante una guerra de defensa nacional. Estos actos en resumen, consisten en la captura o muerte del enemigo y, sólo ellos, durante las acciones bélicas, son los llamados a saber quien la merece, pues ningún juez o fiscal puede intervenir en dicho momento, pues de lo que se trata, es de la preservación del conglomerado de personas, amparadas por el Estado en ese momento y, no se trata de una mera conducta realizada dentro del ámbito del Estado.


¿Sabemos acaso, cuáles fueron los conflictos que tuvieron que resolver nuestros militares para cumplir con la alta misión de salvar a la patria, alas instituciones que lo conforman y a todos nosotros que por no ser comunistas, se nos condenaba a la perdida de nuestro bienestar?  Y se dio a muchos la muerte, a muchos insurgentes, pero lamentablemente,  antes de que esto sucediera, también ellos dieron muerte a muchos salvadoreños indefensos que en ese supremo momento, no contaron con la protección constitucional debida, proporcionada  únicamente, por el Ejército.


Las guerras, Ud. debe saberlo muy bien Sra. UCA, son sucesos de terribles decisiones, recuerde, con dolor al General Moscardó que se vio obligado a la terrible decisión de permitir que los comunistas, fusilaran a su hijo, para no faltar a su juramento de defender el Alcázar de Toledo durante la Guerra Civil Española. ¡Ha Señora, los comunistas, teóricos o prácticos, no perdonan, ni tienen compasión!, ¡el hijo del General Moscardó fue fusilado, pero el Alcázar de Toledo, no lo ocuparon los comunistas!


No sé si aquellos comunistas españoles, fueron perseguidos por una furibunda abogada que presume velar por nuestros intereses y los derechos humanos, mientras es muy bien pagada con dinero norteamericano y, que se negó a debatir en su oportunidad, en nuestro país, quizá por soberbia o por temor. Aquí sabemos que la hija del Coronel Casanova Vejar fue asesinada como un acto de represalia, en clara violación a los acuerdos tácitos de no tocar a los parientes de las direcciones militares. No sabemos tampoco, de sus conflictos espirituales, al tomar decisiones que impactan el alma.


Nosotros, el pueblo, que gozamos hoy de no ser comunistas, no podemos ni debemos juzgar a los militares por sus acciones en el cumplimiento del deber. Pidamos a Dios que tenga misericordia con ellos. Y esto, mis señora Doña UCA es lo que a Ud. religiosa de profesión en su origen, pero política por decisión y gusto propio le corresponde también hacer.


Pues ¿quién puede juzgar las causas y motivos en casos como éstos?, practicados en secreto, es mejor no ahondar, no escudriñar, pues pudiérase ir por lana y volver trasquilados y aunque Ud. es vieja, pero como yo lo soy mucho mas, le aconsejo no estar dando explicaciones de cómo debe hacerse una confesión, para obtener el perdón, porque con todo su empaque de saber, le explico cómo hacerlo y le doy una leccioncita: no es condición indispensable hacer una declaración pública del pecado; la confesión es secreta y el perdón es también secreto y, en secreto se cumple la penitencia.


Para que no vaya a tergiversar mis palabras con su tan sofisticada dialéctica, le aclaro que, cuando le hable de ir por lana y salir trasquilada, me refiero a que se  han señalado perversamente a militares salvadoreños, pero como todo está sujeto a debate, también está en debate lo que hicieron sus sacerdotes, pues toda su ínfula de saber se basa en aberraciones teológicas, que se sostienen únicamente con ínfulas de gran sabidora,  ante los que desconocen de dicha ciencia y, como me van a decir que yo no entiendo teología, mejor pongo por delante los criterios de nuestro venerable Papa Benedetto.  Pero además, no sólo se cuestiona el pensar, sino el hacer, pues a los sacerdotes que tanto veneran y sus discípulos que aún pululan por ahí, los relacionan directamente con las acciones guerrilleras de la época y, son sus mismos ex compañeros quienes hoy, en sus memorias señalan lo que hicieron y tienen, como muchacha culpable pillada en el acto,  que salir a desmentir.
Ahora bien, después de esta aclaración, continuo con el proceso de la confesión: En la antigüedad, se hacía una vez al año la confesión pública por aquellos individuos o fieles que habían cometido delito público de apostasía, de homicidio o de adulterio. En la actualidad nunca a pesar de mis años he visto que se practique dicha confesión; pudiera suceder que ya haya sido abolida, porque los homicidas y adúlteros se guardan muy bien de hacerlo en público y la apostasía con la libertad de cultos ya no tiene importancia.


También dice Ud.  que como sólo busca la justicia, estaría dispuesta a pedir el indulto cualesquiera fuese la pena, para todos los condenados. ¡Hay Doña UCA, a veces Ud. peca de orgullosa¡ ¿Cree Ud. que es de tan altas campanillas que sólo por que Ud. lo pide correrán a complacerla y servirla en bandeja de plata? O ¿Es tan mañosa que pretende sujetar, por gratitud la voluntad de los indultados, lo cual sería enojoso y quien sabe, si acorde con el Derecho Canónico?


Y algo más, y perdone que se lo diga: pero o peca de ingenua o de maliciosa ¿Cree que los comandantes guerrilleros que hoy como funcionarios públicos, lucen pacíficos como quien no quiebra un plato y se ven tan amables y hasta simpáticos, que al advertir el peligro de sufrir un juicio y se acusados acusarlos de haber matado a Rodríguez Porth, Payes, Guerrero, Pecorini y secuestrado a una muy larga lista de personas y, a gringos con licencia y  ya no hablemos de los miles de sus seguidores que les aplicaron el garrote por la mas leve sospecha de infiltración, ¿tendrían pues empacho en empacharse con Ud.? y de entregarse contritos y arrepentidos a la justicia? Pues yo como no soy ingenua, creo que más bien veríamos aparecer el lobo, como el que le dijo a San Francisco: “Hay hermano Francisco, mejor mantente alejado porque los palos me han vuelto otra vez a la fiereza”.


En conclusión, es más prudente es mantener nuestra paz y cumplir como podamos, con la Ley de Amnistía y de los Acuerdos de Paz. No vaya a aparecer algún muertito por los disparos al aire de quienes jugaban con armas de la guerrilla, por no llamarla “su arma de equipo”, o quien diga de quienes fueron las “sugerencias” por no llamarlas “órdenes” en las acciones de guerra, que costaron vidas.


Y soy persistente en el consejo de que a lo que  Ud. conviene, es rezar y rezar, olvidando esas nuevas cristologías que a Ud. tanto la fascinan. Le aconsejo que mejor queme ese librito condenado por el Papa, de “Teología Política” y todos los otros de su jaez. Bien haría con hacer con ellos, un Auto de fe, como el cura y el barbero hicieron de los libros de caballería. La teología, bien lo sabe Ud. erudita señora,  no la estudia el común de la gente y la política es dama difícil y a veces muy cruel. Y la mezcla de las dos, teología y política es muy espinuda y, debería de tomar ejemplo de nuestro actual Arzobispo, quien sin alejarse de la función terrenal de la Iglesia, se ciñe a los lineamientos doctrinarios de nuestra Santa Madre Iglesia Católica.


Yo ya iba a despedirme, pero he aquí la última sugerencia que hace Ud.: Está el caso de nuestro  Arzobispo Monseñor Romero y hay que esclarecerlo. Creo mi justiciera Señora, que ésta sugerencia no es tampoco ni acertada y sí muy imprudente y peligrosa. Porque por la insistencia en dicho caso, más bien hace que salga  a  luz,  que toda su gestión  pastoral fue más política que religiosa, poniendo en tela de juicio su santidad y su martirio. Sobre todo esto, habría mucho que aclarar y discutir y, sería tanto que podríamos cometer otro asesinato imperdonable: el de nuestra paz, tan deseada y querida.


Insisto pues curiosísima Doña UCA, que rece y rece mucho. Dice el Dante que en el infierno, encontró también las almas de Clérigos, Arzobispos, Papas y Cardenales; pienso que, por las dudas o posibilidades son muy necesarias las fervorosas oraciones.


Me despido pues, diciéndole, “que al buen entendedor pocas palabras” y que, donde las dan las toman y como veo que me estoy volviendo Sancho Panza si desbarro o Don Quijote si acierto, pues él aunque loco, hablaba con verdad y saber, del más juicioso de los hombres.


Al diablo pues con su pronunciamiento y, entre nosotros,  Ud. y yo, amor y paz con verdadero espíritu cristiano.


Su muy atenta servidora.

Nota:  Ana Soledad Miró es autora de la serie titulada “Estampas de la Reforma Educativa”, publicadas en el Diario Latino en la década de los sesenta a setenta. Participó en múltiples programas del “Pueblo Opina” en Radio Continental. Fue crítica acérrima de la Reforma Educativa y de los cambios educativos y teológicos en el Externado de San José.

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