Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El
Banco Mundial, redujo en abril, la perspectiva de crecimiento económico del
país, a 2.9% del PIB - un crecimiento similar señaló, para Nicaragua -. En,
informe relativo a El Salvador, el Banco Mundial, reconoce la capacidad
potencial de crecimiento del país. Una disminución en el crecimiento del PIB,
es determinante para calcular la necesidad de emigrar, aunque ilegalmente, como
consecuencia directa de la condición económica. La guerra en Ucrania, es un
factor de decrecimiento mundial, pero, las perspectivas para El Salvador, son
las peores de Centroamérica: existen factores internos que nos perjudican.
La
agencia Bloomberg, al referirse a El Salvador, menciona, el 31 de marzo de 2022,
en artículo de Pablo Balcáceres: “La economía salvadoreña proyecta el menor
crecimiento de Centroamérica en 2022,….. El consumo privado subió en 15.4; y el
de carácter público en 7.2%. En cuanto a la inversión privada se fortaleció en
23.9%; y la pública en 29.5. Así mismo las exportaciones crecieron en 26.1% y
las importaciones en 26.6%”.
Estas
cifras revelan que el país, depende del consumo y no, de la producción y, que la
economía interna, depende mayormente, de la inversión pública y no, de la
privada, lo cual explica el creciente endeudamiento del Gobierno.
Es
imposible determinar la cantidad que se invierte en obras públicas y, cuanto es
desviado hacia la corrupción, pues la contraloría pública no funciona, pero el
sostenimiento de dicha inversión, sin tener fuentes provenientes de petróleo,
tierras raras o minería tradicional, es insostenible y, durara, mientras puedan
extraerse fondos de los ahorrantes, sin importar su origen. Cada disminución
del encaje legal, cambia ahorro, por deuda estatal, sin una verdadera garantía de
retorno, salvo por el de impuestos que disminuyen, en medida que la actividad
privada, no supera a la pública.
La
disminución en la actividad económica mundial, creará reducción en las remesas,
lo cual pone en peligro, nuestra balanza de pagos. Por lo que podemos apreciar
riesgos financieros en la actualidad; 1) Riesgo de mercado: cambio en los
intereses y en los precios, así como la fluctuación en los valores de la deuda.
2) Riesgo crediticio: pérdida por el incumplimiento del pago de una deuda. 3) Riesgo
de liquidez: la incapacidad de poder entregar al ser requerido, el dinero depositado
por el ahorrante. 4) Riesgo de pérdidas por fallas en los procesos
operacionales o, de contraloría. 5) Riesgo legal: se presenta ante la falta de
certeza jurídica.
Vemos
que, en el presente, existe en el país, riesgo de mercado por la fluctuación de
los precios. Al sobrepasar su capacidad económica, el Gobierno crea el riesgo
crediticio. Cogiendo el dinero de los ahorrantes y utilizando las reservas del
BCR, crea riesgo de iliquidez en el sistema. Y al realizar operaciones, a
título personal (bitcoin) y, anular la contraloría estatal, crea riesgo
operacional. Al carecer de tribunales independientes, se crea un riesgo legal.
Todos
los riesgos financieros, crean una crisis por sí mismos y, si nuevamente se llama a la reserva a filas, es
que los planes de seguridad no han dado resultado o, se está, preparando para
una explosión social, la cual no pueda controlar la PNC o, se planea su
substitución, por un mando militar; de cualquier forma, es evidente que el Gobierno
está consciente, de la crisis que se avecina, por los riesgos, que él mismo ha
provocado.
La
única manera de minimizar estos riesgos, es que se retorne al Estado de Derecho
y se Garantice el libre desarrollo económico, bajo las premisas de libertad y
democracia, que prevalecen en el mundo occidental.
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