Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
La proyección de poder o
proyección de fuerza, es expresión usada en las ciencias militar y política,
para referirse a la capacidad de un Estado, de llevar a cabo proyección con Fuerza
Expedicionaria, es decir, una fuerza con logística y objetivos propios. Es término
que puede aplicarse, a un despliegue interno de fuerzas, para apoyar cambios o
políticas de Estado, lo cual parece estar ahora, sucediendo en El Salvador.
La doctrina militar de la
Guardia Nacional era, la de Fuerza Expedicionaria, para la aplicación de la Seguridad
Pública, en áreas no urbanas, para ello, se especializó a su personal, en Seguridad
Pública, luego del servicio militar normal, de cualquier conscripto, con la
finalidad de que su nueva formación, le adecuase a las tareas asignadas. Estas
cualidades se perdieron, cuando paso a ser una unidad militar más, durante el
pasado conflicto armado. Pero los Acuerdos de Paz de 1992, exigieron, se
suprimiese dicho cuerpo, para que no se utilizase la Fuerza Armada, como fuerza
expedicionaria, hacia el interior del territorio.
Hoy la Fuerza Armada,
está siendo utilizada como Fuerza Expedicionaria, en el territorio salvadoreño,
sin que la tropa y oficialidad, hayan sido preparadas para tal tarea. Causa de
ello, han sido las violaciones a los Derechos Humanos y los arrestos
injustificados, que han hecho colapsar el sistema judicial penal. Las
detenciones realizadas durante el Régimen de Excepción, han sido selectivas con
los pandilleros a capturar y amplias, hacia la población no relacionada con el
crimen organizado y, de quienes se han opuesto, a algunos de los reordenamientos,
ordenados por el Gobierno.
Volviéndose la detención,
una norma y, los excesos de la misma, algo cotidiano; explica la detención de
periodistas de UNIVISION, mientras realizaban un reportaje. Esta situación, ha
debilitado la institucionalidad, dentro de la Fuerza Armada y la Policía
Nacional Civil.
Un soldado promedio,
puede tener ingresos de entre $ 700 a $1,100 dólares mensuales, lo que equivale
a dos o tres salarios mínimos, sin tener ningún tipo de preparación, en comparación
con un médico del sistema público de salud o un abogado, que labore para el Ministerio
Público. Pero la oficialidad, no ve incremento salarial, ni perspectivas de
ascensos a oficiales superiores, pues dichos cargos están siendo ocupados por
amistad o compañerismo del Alto Mando, razón por la cual, en la Fuerza Armada,
se solicitan muchas bajas de oficiales. Muchos oficiales, por su formación, son
conscientes de las violaciones a los Derechos Humanos y de que, en un futuro,
habrá juzgamientos, para quienes, ejecutando ordenes, mantuvieron el Régimen de
Excepción, de manera perpetua.
El uso intensivo de la
PNC, no va con su formación doctrinal y profesional y ven, que las detenciones
selectivas de pandilleros, a la larga, generarán una reacción adversa, pues
crean resentimiento para unos y los otros, adquieren mayor poder, en favor del crimen
organizado, razón por la que muchos solicitan la baja, y optan por emigrar.
Muchos políticos, prefieren
aceptar los cambios impuestos por Bukele, en la esperanza de que éste, les de
un mínimo de representación política y de allí, empezar a construir una nueva oposición,
para elecciones subsiguientes. Sin embargo, el Bukelismo, está construyendo
partidos satélites y serán estos, los que tengan esa mínima representación.
Por esta razón, no debe
de aceptarse la desaparición de las identidades municipales y, centrar en su
preservación, el espíritu democrático y la existencia de la República. La
fuerza del Bukelismo, radica en la presión que se ejerce, por medio de la proyección
de fuerza del Estado y, la complacencia e indiferencia de los políticos
opositores, ante un exceso, en el uso del mandato, obtenido en las urnas.
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