Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El uso de la fuerza, la
guerra o el terrorismo, son medios alejados del ordenamiento que busca el ser
humano, para la solución de sus diferencias: razón de la existencia de un orden
internacional. Sin embargo, el ejercicio de la fuerza, está reservado para los
Estados, en su aplicación de la defensa de la paz interna, basada en el
ejercicio de la Ley o, de amenaza a su existencia, por una fuerza exterior:
nunca puede justificarse su empleo, para intereses particulares.
La condena y equiparación
del movimiento Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica), con la MS13, hecha
por Nayíb Bukele, no tiene relación, pues el grupo palestino, es de naturaleza política
nacionalista, con ideología religiosa yihadista (guerra santa para el exterminio
judío y la difusión, del islam en el mundo). Mientras que la MS13 es un grupo
terrorista, por delincuencia común y su relación con el crimen organizado.
Originalmente, los ideólogos de izquierda, vieron a las maras, como una
consecuencia de la exclusión social del sistema mercantilista, pero luego, esta
tesis ha quedado desvirtuada.
Si bien, el pueblo judío
ha sufrido un ataque en Israel, que le da la facultad, de legitima defensa,
ésta no puede ejercerse sobre todo el pueblo palestino, pues sería un exceso.
El odio generado por años de fricciones, desde 1948, amenaza hoy, degenerar en
conflicto de civilizaciones, pues la presente situación, toca las sensibilidades
del ser árabe y el musulmán, aunque los Acuerdos de Oslo de 1993, crean un
camino de solución al conflicto.
En este contexto, las
palabras de Nayíb Bukele, no son congruentes,
pues el Gobierno, necesita el dinero ofrecido por Qatar y sus expectativas a
futuro, son realizar un cambio Geopolítico, hacia aquellos países que conforman
el sur global, que abiertamente, luchan contra el uso del dólar como moneda
universal, apoyando a Rusia y China, en su pretensión hegemónica y contraria a
Israel.
La política que promueve Bukele,
de ejercer la fuerza como solución de los problemas internos, no puede ser
permanente, pues está cambiando un país de producción, a otro de contención
poblacional, que necesita utilizar todos sus recursos para el sostenimiento de
la Fuerza Armada, la policía, con un aparato estatal mínimo, de control poblacional,
necesitando recursos del crimen organizado y de alianzas internacionales, para
subsistir, pues el Producto Interno Bruto (PIB) disminuye constantemente.
El camino de Bukele, ha
sido hacia los países autocráticos, pero ahora procura congraciarse con Estados
Unidos, apoyando a Israel. Con la pretensión interna, de utilizar la coyuntura
palestina, para ejercer más fuerza internamente. Llama la atención, que las
compras de material militar, van destinadas a la represión interna. La delincuencia,
no es cuestión de guerra, sino de aplicación de la Ley y ésta, en base a la
investigación policial, la cual se tiene, pero por razones políticas, de
conveniencia personal, no se ejecutan.
Las Naciones Unidas, han
reconocido el derecho de Israel a la legitima defensa, pero no el ataque a la población
palestina o hacer sufrir a esta, un castigo por lo realizado por un grupo
terrorista. Por ello se ha pedido proporcionalidad, en la respuesta y en la
defensa.
No se puede equiparar a
un grupo yihadista, con el crimen organizado. Sólo el populismo y la intención
de realizar una mayor represión, puede explicarlo, más aún, en un período
eleccionario, en que se está fomentado la idea de que las Fuerzas Armadas y
policiales, sean políticas, utilizando su poder coercitivo, en favor de la
defensa del régimen de Bukele.
Ya se plantea la politicidad de la Fuerza Armada y se
habla de exterminio de un grupo en el país ¿Qué seguirá?....¿Radicalismo islámico?
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