Publicación Acción

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jueves, 30 de agosto de 2012

EL PODER POLÍTICO ES EL PODER ORGANIZADO DE UNA CLASE PARA OPRIMIR A OTRA




Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 30 de agosto de 2012

La frase de Marx: “El poder político es simplemente el poder organizado de una clase, para oprimir a otra”,  describe a la perfección esta frase, los acontecimientos que se están dando, desde la Asamblea Legislativa, en lo que va, de este nuevo período legislativo.

Aunque Marx, utilizó esta frase, para designar la lucha entre ricos y pobres, en realidad, la división de clases propuesta por él, se desvanece en la realidad social, pues, tanto ricos como pobres, tienen que habitar en el mismo territorio, compartir dentro del Estado, un destino común y, tener las mismas aspiraciones en diferentes magnitudes, iguales aspiraciones y problemas, propios de sus actividades particulares, formando siempre, una  sola red social.  En la realidad, las únicas clases que existen, claramente definidas, son las del gobernado y la del gobernante. En nuestro sistema, el gobernado es el pueblo salvadoreño y el gobernante, es  la clase política.

En un prestigioso programa de entrevista, que se transmite a la ocho p.m., el Dr. Héctor Dada Hirezi, se pregunta ¿Que hará reunir, a partidos de derecha (GANA, CN, PDC) con  la izquierda gobernante? Dejando la incógnita en el ambiente, pues la lógica de la ideología vuelve imposible la respuesta. La  incógnita sin embargo,  está  muy clara para la población: les une el interés de beneficio mutuo, como entidades políticas que, sobrepasando las ideologías, hacen causa común para la preservación de su interés,  que es su permanencia dentro del  Gobierno, para su usufructo.

La utilización del Gobierno para el beneficio de una clase política, ya ha sido explicada repetidamente, en sus artículos periodísticos, por el Ing. Manuel Enrique Hinds, mediante el concepto de CLEPTOCRACIA,  que es el Gobierno que corrompe a la sociedad, para lograr un beneficio, a diferencia de la corrupción común, la cual se da, cuando el individuo, corrompe las estructuras de Gobierno.

En el sistema cleptocrático, los partidos políticos, coaligados en defensa de sus intereses, corrompen todo aquello que se les opone, comenzando por el ordenamiento jurídico, pues éste es, el que en nuestro sistema, establece el sistema de contralorías necesarias, para el buen desempeño del Estado.

La opresión de la clase política gobernante comienza, en realidad, hoy, pues aún nos quedan dos años y medio de sus mandatos y dos más, para la finalización del cargo de Funes; sin embargo, no todo es malo, pues si bien, para muchos, ARENA no defendió, en la mesa de negociación en Casa Presidencial, con suficiente fuerza y eficacia, la Constitucionalidad del país, pero aún, faltan más luchas: la del Fiscal General de la República, la de exigir la resolución de las inconstitucionalidades pendientes, como la de la elección de los Magistrados de la Corte de Cuentas y, otras, que cuestionan, el quehacer legislativo en el ejercicio de su poder.

Todo esto, ha permitido, dos fenómenos políticos importantes: el primero, es la acción política de las distintas gremiales empresariales, que, si bien han velado por sus intereses gremiales, hoy  se han visto obligadas a defender los intereses nacionales y, sobre todo,  defender  y justificar el modelo de libertad, el cual es fundamental para toda actividad, en la vida nacional, frente al modelo estatizante que propone el FMLN,  y, junto al ejecutivo,  paradójicamente defendido, por la falsa derecha: GANA, CN y PDC.

Si se lee a los comunistas radicales como a Marta Harnecker y en el penúltimo artículo de Germán Aquino, titulado “La Utilización del Poder Judicial en la Lucha Interburguesa”, publicado en El Socialista Centroamericano, llaman burguesía emergente a GANA, y, en otros artículos del mismo autor, da también la misma categoría, a la Cúpula del FMLN y, a quienes son del círculo más allegado del Presidente Funes. En resumen, los intereses de poder personal y del lucro que le acompaña,  han degenerado en este país, el proyecto político de izquierda.

En segundo lugar, pero no menos importante, son los círculos de discusión política que se han creado como consecuencia de esta crisis política, sin signo partidario, sino teniendo como referente, únicamente, La Constitución  Política y, el deseo ciudadano, de crear un mejor país.

Estos círculos que continúan formandose y, que fueron el ente gestor de la marcha de azul y blanco del doce de agosto del corriente año, giran en derredor de un principio básico de la democracia: todos estamos interesados en opinar sobre la política nacional; el ciudadano quiere ser escuchado, debatir sobre lo que piensa y, no ser llamado para escuchar  únicamente y,  pedirle formar parte de una estructura partidaria, en momentos de elección; y, ser convocados a escuchar las palabras de los candidatos  para conocer sus plataformas, pero  sin posibilidad alguna, de influir en estas.

Es interesante ver, como, grupos sociales que tradicionalmente han sido apáticos a la política y son calificados como “no interesados en la política” y “abstencionistas”, tienen hoy, una participación activa, en estos círculos. Me refiero a los jóvenes,  clase media y aún, señoras de los mercados. Estos círculos, son el verdadero antídoto contra la clase política opresora, pues al desarrollar un pensamiento político propio, sin interés de una candidatura, no son ya engañados por las falacias de la izquierda, que afirma que el comunismo no existe ya, y que, el Socialismo del Siglo XXI es el paraíso terrenal; o, por el contrario, quienes diciéndose de derecha, actúan como de izquierda radical, y, peor aún, que proponen “una tercera vía”, “una tercera opción”, “un centrismo por la gente”, “primero la gente” o, simplemente, proclaman  “un gobierno con sentido humano”. Todas esas frases son encubridoras de un acomodamiento con la izquierda y con la derecha, pero en beneficio propio. En nuestra América, ya tuvimos un Peronismo que representa esa opción, y no hay nada más destructivo para un país, que una indefinición en la ideología.

Los círculos de estudio político, tendrían un efecto multiplicador y, a su vez, modificarían  la conducta de los partidos políticos, pues, estos, ya no contarían con una masa que espera un par de láminas para su casa, sino de un pueblo culto, que sepa exigir sus derechos y, que comprendiendo a cabalidad la dimensión y alcance de los mismos, los haga valer, por la fuerza, si fuese necesario.

Sólo el producto de la convicción de los principios ideológicos de soberanía e interés patrio, puede producir hombres como Abraham Lincoln, Benito Juárez, Sir Winston Churchil, General Charles de Gaule y Franklin D. Roosevelt, quienes, creyendo firmemente en un modelo político de interés patrio, no dudaron en imponer a su población, ninguna clase de sacrificio, por doloroso que fuese, para la salvación de la patria, en beneficio del destino futuro de la nación.

Parece  que estos ejemplos, sólo pueden darse en otros países, pero nosotros también hemos tenido héroes capaces, y como ejemplo cito al Capitán General Gerardo Barrios, fusilado por sustentar los principios liberales, en beneficio de nuestra patria.

El estudio de las ideas políticas y, el debate en círculos de estudio, consolidan la ideología de la Democracia y el servicio y el amor patrio. Así podrán surgir nuevos líderes, para un nuevo El Salvador, libre y soberano, como lo establece nuestra Constitución Política.

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