Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 3 de febrero de 2013.
Las ciencias políticas
y económicas, son conceptualmente diferentes y, afectan esferas sociales diferentes,
aunque interrelacionadas en sus fines: buscar el bienestar del ser humano, de
conformidad a los principios de bien común en libertad, a que la sociedad aspira.
Ahora bien, por razones
geopolíticas de hegemonía venezolana, se rechazó ALCA (Área del Libre Comercio de las Américas)
y se creó, en su oposición, el concepto de ALBA (Alternativa Bolivariana para
los Pueblos de Nuestra América), bajo el concepto “GRANNACIONAL”, en el cual,
se funde la política y la economía, para crear un sistema de dominación
económica con fines políticos, el cual, en esencia, pretende crear un espacio
de soberanía global latinoamericana, teniendo como centro: Venezuela y, buscando
con ello, el alejamiento del Caribe, Centro
y Suramérica, del sistema globalizado, que se rige por los principios de libre
comercio.
Veamos un poco lo que
nos dicen los documentos del ALBA: “CONCEPTUALIZACIÓN DE PROYECTO Y EMPRESA
GRANNACIONAL EN EL MARCO DEL ALBA, EL CONCEPTO DE ALTERNATIVA BOLIVARIANA PARA
LOS PUEBLOS DE NUESTRA AMERICA. La crítica a la globalización neoliberal de la
cual el ALCA era sólo una de sus expresiones, no podía limitarse a enjuiciar
sus nefastas consecuencias, sino que debía conducir a la construcción teórica y
práctica de una nueva opción capaz de orientar las relaciones económicas y
políticas de las repúblicas latinoamericanas y caribeñas.
Motivados por la idea
de dar forma real al modelo, surge la Alternativa Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América, propuesta formulada por el Presidente Hugo Chávez, allá en
el año 2001. En el año 2004 se suscribe la primera declaración entre Fidel
Castro y Hugo Chávez en la cual el ALBA adopta un contenido conceptual
principista.”
El concepto
GRANNACIONAL recae sobre tres pilares:
Los cuales son definidos claramente por ALBA como:
Primero: Fundamento
Histórico y Geopolítico: enfocado en la visión Bolivariana de la unión de las
repúblicas latinoamericanas y caribeñas para la conformación de la gran nación.
El concepto GRANNACIONAL puede asimilarse al concepto de mega estado, en el
sentido de la definición conjunta de grandes líneas de acción política, común
entre estados que comparten una misma visión del ejercicio de la soberanía
nacional y regional, desarrollando cada uno su propia identidad política, sin
que ello implique la construcción de estructuras supranacionales.
Segundo: Fundamento
Socio – Económico: basado en la constatación de que la estrategia de desarrollo
de las economías de nuestros países, para satisfacer las necesidades
sociales de las grandes mayorías, no puede restringirse sólo al ámbito local.
Se trata de superar las barreras nacionales para fortalecer las capacidades
locales fundiéndolas en un todo para ser capaces de enfrentar los retos de la
realidad mundial.
Tercero: Fundamento
Ideológico: viene dado por la afinidad conceptual de quienes integramos el
ALBA, en cuanto a la concepción crítica acerca de la globalización neoliberal y
la necesidad de romper el esquema del comercio basado en la ficción del libre
mercado.
En el ALBA, la política
y la economía se funden y, aparecen dos líneas de acción: La primera es el
Proyecto GRANNACIONAL, que se define de la manera siguiente: “Programa de acción dirigido a
cumplir con los principios y fines del ALBA, validado por los países
integrantes y cuya ejecución involucre a dos o más países, para beneficio de
las grandes mayorías sociales.” Y el segundo: la Empresa GRANNACIONAL, que
se define así: “Empresas de los países ALBA integradas productivamente, cuyas
producciones se destinarán fundamentalmente al mercado INTRA-ALBA”. La
conceptualización de Proyecto y Empresa GRANNACIONAL en el Marco del ALBA, arriba
transcrito, ha sido tomado de los documentos
emitidos en la VI Cumbre realizada en Caracas, Venezuela el día 26 de
enero de 2008.
El error doctrinario
del ALBA está en no considerar que las actividades humanas de industria y
comercio, cualesquiera que sean, forzosamente se traduzcan en beneficio humano,
aunque no se haya especificado explícitamente. El libre comercio y la
industria, no se realizan como un fin en sí mismos, sino que, se exprese o no,
su motivación es para la satisfacción colectiva de las sociedades humanas.
La UCA, en un reciente
editorial, ha señalado que el ALBA, como un partido-empresa significa un
peligro para la sociedad y la vida democrática. Una contradicción ideológica parece
ser la crítica que la UCA hace del ALBA, pero no lo es, pues el objetivo final
del ALBA, no es congruente con los principios socialistas y comunistas,
sustentados tradicionalmente por dicha casa de estudios.
El ALBA, utiliza como
marketing político, el socialismo, pero su estructura es totalmente capitalista y de propiedad privada, empleando en su
beneficio, contra sus competidores, el poder del Estado; que es, en la
práctica, una corrupción de las instituciones. Aclaro que debe de entenderse por corrupción,
el cambio del objetivo de la institución, preservando su forma, lo cual permite
que los controles legales de contraloría, fallen, dejando únicamente incólumes
la opinión pública y la denuncia ciudadana, sobre tal corrupción.
La corrupción se institucionaliza,
cuando se emplea el poder del Estado para tratar de callar los señalamientos
públicos, como ha sucedido con las críticas sobre el ALBA.
En la economía
salvadoreña, el ALBA, pretende tener una posición dominante, no por el
predominio en un segmento del mercado, sino por la integración vertical y
horizontal en los diferentes mercados. Para tener idea clara de su poder e
influencia económica, consideremos las siguientes cifras: Si tomamos como
cierto, que ALBA, ha pagado en impuestos, poco más de doscientos millones de
dólares, en el ejercicio fiscal recién pasado, sus ingresos debieron ser, de
entre seiscientos cincuenta y setecientos millones de dólares, por lo cual, ha
habido una inversión, de por lo menos, cuatro mil quinientos millones de dólares
(Estas cifras son aproximadas, tomo en consideración la tasa de impuestos
correspondiente a tal pago de renta y, aplicando una utilidad por encima del
promedio nacional, para las empresas formales, del 15%), cantidad muy significativa,
para la economía nacional, por parte de una sola empresa.
Esta posición
dominante, va dirigida hacia objetivos económicos y políticos específicos: apoderarse
del mercado, mediante el desplazamiento de la competencia, bajando
artificialmente los precios, lo cual, para los controles del
Estado, es una práctica anticompetitiva y, si a esto le agregamos la utilización en la política de los fondos provenientes de las utilidades, le ofrece al FMLN una ventaja muy grande sobre cualquier otro contrincante.
Estado, es una práctica anticompetitiva y, si a esto le agregamos la utilización en la política de los fondos provenientes de las utilidades, le ofrece al FMLN una ventaja muy grande sobre cualquier otro contrincante.
En El Salvador, las
metas políticas del ALBA son tres: La primera es que el empresariado formal,
vea en el ALBA, una forma de hacer negocios, mediante asocios o relaciones de
clientela, a la cual exige, como único requisito, no ayudar políticamente a la
oposición pero luego, exige que este nuevo asociado, apoye políticamente al
FMLN y al proyecto ALBA; la actuación en
contra, significaría romper las relaciones comerciales que le dan sustento
económico. Segundo, pretende ganarse al sector agrícola, mediante el aumento de
las tasas efectivas de los créditos otorgados por el Banco de Fomento, para que
los créditos del ALBA sean más atractivos. Los créditos de la nueva financiera
del ALBA, están destinados a controlar el setenta por ciento de la economía
nacional, por medio del micro-crédito al sector informal. La perspectiva de un
monopolio en la distribución de las medicinas, va encaminada hacia este mismo
fin.
Puédase ver que el ALBA
es como una boa constrictora que lentamente va presionando y asfixiando hasta
su extinción, a la libre actividad
económica, hasta que quedará solamente el monopolio del ALBA.
Esta forma conjunta y
aberrante de socialismo y capitalismo, tiene que ser denunciada y combatida
desde la oposición política, pues los controles tradicionales del Estado y de
las leyes de la economía, son inoperantes en este caso. De no hacerlo, nos
encontraremos en una situación muy similar a la de Venezuela y Nicaragua, en
donde si se está con el gobierno, se puede hacer negocios y en donde, la fuerza económica, es utilizada para
acallar a la oposición política.
Abraham
Lincoln dijo “La probabilidad de perder
en la lucha no debe de disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es
justa”. El Alba es el leviatán que amenaza nuestra libertad, y no por su
colosal monstruosidad, debemos temerle, pues justo y conveniente es luchar
contra sus métodos y fines injustos.
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