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domingo, 10 de mayo de 2020

MANIPULACIÓN SOCIAL



Por      
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION 

No permitir a más de 4,000 salvadoreños, el regreso a su patria, es medida de la manipulación social que se realiza, para inducir temor y dependencia hacia el presente Gobierno. Esta manipulación, viola los principios constitucionales, destruye al país como nación y, pone en riesgo a las generaciones futuras, razones son para exponer estos peligros y las intenciones que los generan.

Los varados en el extranjero y las personas capturadas ilegalmente (retenidas durante la cuarentena), son señaladas por el Gobierno como fuente o peligro inminente de contagio, razón del ejercicio de la fuerza, para que el Gobierno legitime todas sus acciones: encubriendo otras, que le benefician de manera personal.

Todo salvadoreño en el extranjero, es ciudadano cuya vida está aquí y que, por uno u otro motivo, se encontraba en el extranjero, cuando inició la pandemia; su voluntad es retornar a su patria, donde tiene una vida productiva y, cada uno de los aquí detenidos, cuyo número se ignora con precisión, son  “información reservada” y sus filiaciones han sido negadas a las autoridades pertinentes (Sala de lo Constitucional, Fiscalía General de la República, Procuraduría General de la República y Procuraduría de los  Derechos Humanos) constituye una violación al debido proceso y a la ciudadanía de estas personas.

La razón de detención de unos y de otros, es para infundir temor en la población, generando el caos necesario para la autocracia. Los salvadoreños varados en el exterior y quienes hoy guardan prisión, han perdido su naturaleza humana, para ser solo, instrumento de propaganda.

Si una persona sale a comprar comida, agua o medicina y es detenida, por no ser su “día hábil” de compra, será evaluado y si ha estado en algún lugar de riesgo, será internado. Por ley todo el país, es un lugar de riesgo y, según los protocolos de salud, esta persona debe de ser internada, por lo que todo el protocolo en sí, se vuelve una justificación para su encarcelamiento, por tiempo indefinido pues, aunque la ley dice 15 días, el tiempo definitivo queda a criterio del Gobierno, según la misma ley, lo que hace una trampa jurídica. Ya hay pasajes que han sido desalojados, pues la ley faculta al Gobierno a entrar a las casas y poder “internar a sus habitantes”, (capturar sin proceso, sin tiempo definido de internamiento y sin régimen de excepción).

Un salvadoreño en el extranjero, cuya patria le impide retornar (expatriación) goza de la protección de las Naciones Unidas, por su calidad de refugiado, según el Derecho Internacional Humanitario, pero ninguno de los salvadoreños, varados en el exterior, quiere ser un expatriado, sino regresar a su patria, lo cual le niega el Gobierno. Existe una obligación de repatriarlos, aunque no lo diga expresamente la ley, pues se deriva del ejercicio de sus derechos de nacionalidad, que le son negados. Corre a costa del Estado primero, su repatriación y luego, un resarcimiento a costa de los bienes de quienes les han negado ejercer este Derecho.

El dominio total sobre la vida cotidiana, lo logra y justifica, el miedo infundido en la población y, para concretarlo, se utiliza a los salvadoreños en el extranjero y a las personas que hoy se encuentran en cuarentena, que muchas de ellas, tienen más de 45 días de internamiento y han sido reprimidas por la Policía Nacional Civil y las maras, con las que han sido revueltas.

Un Gobierno que infunde temor y espera a que haya caos y hambre para poder distribuir paquetes de alimentos, y subir su popularidad en descenso, debe ser depuesto en el ejercicio de su cargo.

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