Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Los
diferentes acontecimientos nacionales, generados por las acciones del Gobierno,
merecen ciertas consideraciones no críticas, sino para presentar alternativas
que favorezcan la vida nacional y que, desde la totalidad, deriven hacia el
individuo, en sus intereses particulares.
La
“recompra” de deuda externa, representa un intento de estafa a los acreedores
internacionales, pues de $ 800 millones de deuda, se ofrecen sólo $ 350
millones, sin comisiones ni intereses: si fuese aceptado, provocaría una pérdida
en su inversión. Si no se aceptase ésta negociación, quedaría a criterio del
Gobierno, pagar o no, lo cual, nos llevaría a una controversia judicial
internacional, que pondría en riesgo el
sistema bancario y, cuyo mínimo efecto, sería el alza en las tasas de interés y,
el endurecimiento de los requisitos para la obtención de créditos. Por esta
razón, la deuda debe de renegociarse en base a la realidad nacional, aceptando
las recomendaciones de ajuste fiscal, recorte presupuestario, transparencia y
contraloría eficaz.
El
Gobierno trata de crear las condiciones políticas y de aceptación social, para
la nacionalización de las AFP, para así, por medio de una confusión (forma de
extinguir una obligación), no pagar lo adeudado a las previsionales, dinero de
los trabajadores, para así, poder manejar los fondos que sí rinden y, que están
colocados en el exterior. No se observa que la baja rentabilidad, se debe a lo
no pagado por el Estado y que, los intereses devengados, apenas cubren la tasa
de devaluación, a diferencia de lo colocado en el mercado internacional. Por lo
que, si el gobierno pagase el interés comercial, o devolviese dichos fondos a
las AFP, sería suficiente para elevar el pago de las pensiones y dar el justo
crecimiento a las cuentas individuales. Todo está en manos de la Asamblea
Legislativa, pero esta, no persigue
solución para los cotizantes, sino solventar un problema del Gobierno.
El
régimen de excepción y la participación de la Fuerza Armada en tareas de Seguridad
Pública, serían innecesarios, si se adecuaran el Órgano Judicial, el Ministerio
Público y la PNC en sus unidades de investigación, pero el interés del Gobernó,
es mantener un sensacionalismo a base del ejercicio de la fuerza y no tocar, a
las estructuras que les son afines. La colaboración internacional, para el
mejoramiento de estas instituciones, está disponible, pero si se hace, el
Gobierno no podría favorecerse del crimen organizado que contamina a varios de
sus funcionarios y allegados políticos.
La
tendencia a crear negocios estatales paralelos, atenta contra la empresa
privada: la normal entre competidores, y la de doble calidad: particular y soberano. Hoy por hoy, sólo se ha
hecho público entre el transporte público de pasajeros, los importadores de fertilizantes
agrícolas, y los importadores de granos, que al final, crearán monopolios, controladores
del mercado. La solución sería que el Gobierno impusiese las reglas, pero sin
participar en el mercado, pues lo distorsionaría, convirtiendo a cada empresa
estatal, en medios de control social.
La
obligación de las telefónicas de almacenar lo hablado y enviado por los
usuarios, tendrá que elevar el precio de la telefonía, por los costos de
almacenamiento y hará que los privados, sean los que paguen directamente el
espionaje del Gobierno, contra los mismos usuarios, lo que atentará contra los
principios que protege el habeas data, la libertad de expresión y la
inviolabilidad de la correspondencia, consagrados en los artículos 2, 6, 19 y
24 de la Constitución.
Cada
uno de los problemas nacionales, tiene una solución acorde a los intereses de
todos, el Gobierno no debe primero pensar en su conveniencia. En el siguiente articulo
se abordara la inconstitucionalidad de la reelección Presidencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario