Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 17 de
octubre de 2012.
A principios de
septiembre, del corriente año, en conferencia de prensa y, después de
pronunciar un discurso, en la Academia de Seguridad Pública, el Presidente
Funes expresó que “no toleraría”, que medios de comunicación, ni analistas
políticos, distorsionasen la realidad de la bondad y necesidad del pacto con
las pandillas. Luego, en la 67° Asamblea General de las Naciones Unidas, abordó
el tema del pacto de las pandillas,
calificándolo de un logro de su Gobierno,
en coordinación con la Iglesia Católica.
Nuevamente, el
Presidente Funes se refiere al mismo tema, afirmando que, el Departamento del
Tesoro de los Estados Unidos, al calificar a la Mara Salvatrucha, como una organización
criminal transnacional, , “ ha sobre dimensionado el problema de las pandillas”.
Ahora bien, la Mara
Salvatrucha o MS-XIII, es una realidad delincuencial para los salvadoreños, que la sufren a lo
largo y ancho del territorio nacional.
Y tanta es su criminalidad, que ha obligado a la utilización de la Fuerza Armada para su combate, conjuntamente con la Policía Nacional Civil. El Ministro de Defensa, al comentar sobre la calificación dada a esta organización, por el Departamento del Tesoro, fue claro: “las pandillas son la tropa del narcotráfico”. Afirmación ésta, que contrasta con la visión del Ministro de Justicia y Seguridad Pública, cuando justifica las acciones de las pandillas como una necesidad, ante la extrema pobreza. Aunque de esta manera se la justifique, la pandilla es una organización que realiza acciones que en las legislaciones penales de todo el mundo, son tipificadas como delictivas y, al ser realizadas colectivamente, y como único medio de subsistencia, adquiere las características de crimen organizado.
Y tanta es su criminalidad, que ha obligado a la utilización de la Fuerza Armada para su combate, conjuntamente con la Policía Nacional Civil. El Ministro de Defensa, al comentar sobre la calificación dada a esta organización, por el Departamento del Tesoro, fue claro: “las pandillas son la tropa del narcotráfico”. Afirmación ésta, que contrasta con la visión del Ministro de Justicia y Seguridad Pública, cuando justifica las acciones de las pandillas como una necesidad, ante la extrema pobreza. Aunque de esta manera se la justifique, la pandilla es una organización que realiza acciones que en las legislaciones penales de todo el mundo, son tipificadas como delictivas y, al ser realizadas colectivamente, y como único medio de subsistencia, adquiere las características de crimen organizado.
La Constitución de la
República de El Salvador, obliga al Comandante General del Ejército y
responsable de la Seguridad Pública, por medio de la cartera de Justicia y
Seguridad Pública, a velar por el pleno cumplimiento de la ley, sometiendo y
desarticulando a quienes delinquen.
La relación de las
pandillas con la narcoactividad, es una realidad que obliga a las Fuerzas
Armadas a que desempeñen un rol activo en su combate, ante la ineficacia de los mecanismos normales de Seguridad Pública,
para combatirlos efectivamente.
El incumplimiento del
Presidente Funes en su función de garante de la Seguridad Pública, es un acto
de negligencia, con pleno conocimiento de las consecuencias en el entorno
centroamericano y hemisférico. Lo cual implica una responsabilidad de comisión por
omisión. Favorecer la negociación es un acto contrario a la política del resto
de los países del área y del hemisferio.
Al hacer esta afirmación, debemos aclarar qué
significa Seguridad Nacional; significado que derivaremos hacia la seguridad
colectiva internacional y, de la cual se desprende, la Seguridad Hemisférica.
Seguridad Nacional es
"la condición o capacidad lograda por el Estado al adoptar un conjunto
de previsiones y acciones que tienden a fortalecer el Poder Nacional y evitar,
eliminar o paliar vulnerabilidades, de manera de quedar en condiciones de enfrentar,
con razonables posibilidades de éxito, las amenazas y agresiones de origen externo
o interno, que puedan afectar la consecución del Objetivo Nacional". Este
concepto es universalmente aceptado por las distintas Fuerzas Armadas y, por
los organismos internacionales.
La seguridad colectiva
internacional, es “un mecanismo institucional de acción conjunta, mediante el
cual todos los Estados que lo integran se comprometen a contrarrestar toda acción que contra cualquiera de ellos se
intente, mediante el empleo de la fuerza concertada en contra del Estado
agresor”. La tolerancia que el Presidente Funes muestra hacia las pandillas,
son en realidad políticas de Estado, y no, actos atribuibles a un individuo, en
su carácter personal. Esta tolerancia, le da a las pandillas un territorio
seguro en general y en lo particular, a
quienes se encuentran privados de libertad, les permite un espacio físico,
desde el cual coordinan y dirigen sus acciones delincuenciales aún más allá de
las fronteras patrias. Por lo que las acciones de las pandillas y su relación
con el narcotráfico, son de interés latinoamericano.
En estos momentos, los
diferentes Estados del área, en coordinación con los Estados Unidos, realizan
acciones conjuntas para combatir este flagelo, pero las pandillas, al tener
territorio seguro, son la alternativa del narcotráfico para trasladar sus
operaciones a este país por ser más seguro. Nuestra vecina y hermana Guatemala,
ya está combatiendo en este sentido, luego de que su territorio en el norte, sea
controlado por los narcotraficantes. Los pandilleros son quienes se encargan
del narco menudeo y de una buena parte del sicariato. Basta con leer las
noticias para poder apreciar la dimensión de este peligro.
Los especialistas en el
tema de Seguridad Hemisférica, concluyen que una de las principales amenazas
que deben las Fuerzas Armadas enfrentar, es el narcotráfico, por tener éste, la
capacidad de manipular las estructuras políticas, administrativas y sociales de
un Estado y, ahora, las pandillas, como
parte del narcotráfico, son una amenaza continental, pues la base de sus
acciones recae en el control territorial y la extorsión de sus habitantes.
Por todo lo
anteriormente expuesto, el Presidente Funes, no sólo ha faltado a su obligación
constitucional, sino que pone en riesgo la seguridad hemisférica, pues los
otros Estados no pueden combatir esta amenaza, si existe un paraíso para tales
organizaciones, y lo que es peor,
protegidos por una política de Estado. La cual de persistir, podría
considerarse como un gobierno favorable al terrorismo internacional.
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