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jueves, 25 de septiembre de 2014

EL ANARQUISMO FRENTE AL SOCIALISMO Y TERRORISMO EN CHILE


Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 25 de septiembre de 2014.

El anarquismo ha sido siempre precursor del comunismo y es, actualmente, creador de la estrategia del terrorismo moderno; el desencanto y consecuente frustración frente al Socialismo del Siglo XXI, es causa del resurgir del anarquismo, juntamente con otras manifestaciones sociales como el abstencionismo electoral y el cambio de religión; situaciones que, a largo plazo, favorecen en Latinoamérica, las acciones anárquicas.

El psicólogo Erik Marín C. en el  “Observatorio del Anarquismo en Chile”,  dice que entre los años 2004 al 2010, se han ejecutado ciento setenta y un atentados terroristas. En su página Web se puede leer: “Los anarquistas en Chile son la expresión de una clase intelectual sumida en la rabia de gobiernos que han provocado más desigualdad y pobreza. En un país que pudo lograr el desarrollo: ese desarrollo no sólo en dólares per cápita, si no en cultura, riqueza espiritual para algunos, seguridad social para otros. Los hechos han corroborado hipótesis planteadas en relación a los atentados explosivos e incendiarios: 1) Los atentados fueron ejecutados por anarquistas. 2) Los anarquistas son jóvenes de clases media y media alta en su gran mayoría universitarios. 3) Los atentados son provocados buscando minimizar los daños colaterales. 4) Existe una alianza operativa entre mapuches y anarquistas y de colaboración con ex-lautaristas 5) El modelo de acción directa empleado es el insurrecionalismo italiano-griego”
“Sumado a lo anterior será interesante analizar lo conversado con Ely Karmon, especialista israelí en contraterrorismo, respecto del interés de agrupaciones como Hezbollah en América Latina y algunas agrupaciones anarquistas que en la red promueven la causa palestina”.

El anarquismo y el marxismo, son dos ideas filosóficas nacidas del socialismo; el primero y más antiguo, tuvo su origen en las teorías de  Pierre-Joseph Proudhon  y fueron las personas que practicaron esas ideas como parte de la estructura de la Primera Internacional, por Mijaíl Bakunin, que creó una relación muy particular en la cual, el anarquismo exacerbaba y aprovechaba los resentimientos sociales para luego encausarlos hacia una forma de gobierno, en provecho férreo del comunismo.

Como ejemplo de esta relación, puede leerse  en el artículo Breve bosquejo histórico del Anarquismo en El Salvador, de Wilfredo Salvador Ortiz Días, en ANARKISMO.NET que dice: “El Salvador no estuvo ajeno a este tipo de emigraciones y en la segunda mitad del siglo XIX llega a San Salvador el anarquista francés Anselme Bellegarrigue, quien “en 1850 publicaba en París: L' Anarchie, Journal de l'Ordre”. Éste emigró a Honduras y luego a San Salvador después de haber trabajado como maestro en el primero. A partir de dicha época, el anarquismo se atribuye la estructuración de las primeras entidades mutuales (gremiales) en El Salvador y que luego de 1919, son tomadas por comunistas, como preludio a los hechos de 1932.

Por su propia filosofía, el anarquismo no puede estructurarse en un movimiento social amplio, sólido y articulado políticamente: tiene que apreciarse como un coadyuvante del comunismo y un precursor revolucionario, hasta que el anarquismo desaparece por ser desplazado por el peso de la nueva estructura comunista. Hoy sin embargo, estamos viendo un fenómeno muy interesante: el anarquismo vrs. Socialismo del Siglo XXI. Se está manifestando no ya contra las estructuras del capitalismo, sino del poder de la misma izquierda, lo cual se ha derivado del ejercicio del poder de esta tendencia socialista mas no de un cambio ideológico, por lo cual podemos afirmar que el anarquismo en su evolución ataca la ortopraxis del socialismo.

Actualmente, la vida de austeridad y lucha revolucionaria ha sido reemplazada por la vida de opulencia a costa del erario público y, la humildad que aparentaban los socialistas en su época revolucionaria, hoy se convierte en prepotencia y endiosamiento: Basta ver a Dilma Rousseff en su evolución de asaltante de  bancos a su actitud personal como Presidenta de Brasil; en su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, de sindicalista a un magnate; a  Michelle Bachelet Jeria, desde su época de estudiante y miembro del Partido Socialista, al de Presidenta de Chile, pasando por los chavistas, los ortegas, los castros, hasta llegar a nuestros actuales gobernantes del FMLN en El Salvador, los más nuevos en el poder, pero que se pasean con el boato de señores feudales de antiguo abolengo.

Este desencanto y transformación, podemos apreciarlo con claridad en el artículo Orígenes y evolución histórica del movimiento anarquista y exigencias que se le plantean en la actualidad, de Gustavo Rodríguez y  publicado en “Kaos en la Red”, el 31/5/2011 que dice: “Bajo el slogan publicitario de “Otro mundo es posible” (Otro sistema de dominación es posible), aún continúan contribuyendo los seudo movimientos sociales a la recuperación sistémica imponiendo la ideología de la nada y la pluralidad ciudadana del liberalismo multicultural. De tal manera crean la ilusión de un proyecto antagonista que en la práctica se reduce a la canalización del hartazgo (el “estamos hasta la madre” neo-zapatista) y la indignación (versión española) en un inmenso pliego petitorio –a modo de carta a los Reyes Magos– al sistema de dominación, exigiendo el retorno del Estado benefactor.”


El colapso del sistema democrático, provocado por la “profundización de la democracia” (preeminencia de las minorías, pretensión de pagar deudas sociales inexistentes, Consejos Municipales Plurales y una preferencia de las cúpulas partidarias, en utilizar el populismo como medio de ganar adeptos y un temor de defender los principios liberales) ha provocado un desencanto en el sistema político que se traduce, en un abstencionismo electoral, pero que prepara  terreno fértil al anarquismo y, en consecuencia al terrorismo de esta tendencia. El desencanto del sistema cuando trasciende al ser cultural del individuo, le hace migrar hacia nuevas religiones, que le brinden la estabilidad y seguridad que no tiene en su culto religioso original y, es allí cuando el Islam y las sectas, pueden ganar nuevos adeptos, pues éstas formas son anti sistema occidental.

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