DESDE LA PERSPECTIVA LATINOAMERICANA, TRES AMENAZAS A EUROPA

Por     

Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra

Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com

San Salvador, 24 de marzo  de 2015.

La expansión del islamismo radical, las pretensiones rusas sobre Ucrania, y el populismo, son tres amenazas, que tienen  reflejos en  Latinoamérica por lo que conveniente es hacer un breve análisis geopolítico de dichos sucesos.

La expansión del  islamismo radical, no es  causa sólo de  la inestabilidad del oriente medio, sino  además, potencial  amenaza a Europa, desde el Magreb. Más,  no es el yihadismo el sólo peligro para Europa, sino  también, el fenómeno de transformación del Islamismo existente -en los territorios de la ex - Yugoeslavia – hacia una expresión más radical, pues ha sido su característica que,  los intereses del Estado, siempre han  estado  por sobre los religiosos,  que se han limitado a un estado de conciencia.

Estas fricciones entre la Comunidad Islámica y el salafismo, el cual considera falso el islam Yugoeslavo, e incluso, como “enemigo”, son  cada vez más intensas. Lo que demuestra que la presión del radicalismo islámico, sobre comunidades en las cuales el Estado no ejerce presión, ni en su labor asistencial ni en el pleno cumplimiento de la ley, puede desestabilizar, a un mediano plazo, los mayores asentamientos musulmanes en el resto de Europa.

En este contexto, la naciente expansión del Islam en Latinoamérica,  representa una reserva de fuerzas radicales, por la identificación con sus causas en el oriente medio y favorecidas, por la pasividad de los Gobiernos latinoamericanos de no ver el peligro que representan tales  comunidades: una  amenaza latente a la seguridad interna del Estado; Considérese  por el contrario,  que en países como Argentina, Venezuela y Nicaragua, se ha  prestado  ayuda al extremismo, por causa de su posición anti - norteamericana.

El desencanto del votante europeo sobre los  grandes partidos, prueba ser cada vez   mayor, debido a la corrupción y a lo ineficaz de sus propuestas electorales; así, se ha probado una marcada tendencia hacia los partidos radicales y pequeños. Esta tendencia se ha mostrado desde la última votación al Parlamento Europeo. También se ha podido captar creciente votación en favor de Podemos (España)  y Syriza (Grecia), con propuestas populistas (acabar con la austeridad e incrementar el gasto público),  tendencia que al extenderse, puede quebrar la economía Europea y frustrar los esfuerzos que han hecho Inglaterra y Alemania, para balancear sus economías.

Aunque Europa ha sido fuente de los distintos movimientos políticos desde el Iluminismo, ahora es hoy Latinoamérica, la que da origen a una nueva forma de pensamiento político: el Socialismo del Siglo XXI, cuyas ideas populistas han sido ahora, adoptadas por pequeños grupos de la Izquierda radical,  que promueven un populismo que mueve y convence  a todos que se encuentran insatisfechos con las medidas económicas actuales, porque estas no logran satisfacer sus deseables necesidades.

El analista mexicano Rafael de la Garza Talavera, (Doctor en Ciencias Políticas, docente e investigador)  escribe, el 5/3/2015, en Rebelión, un artículo titulado “La guerra fría está más viva que nunca en Latinoamérica”, en el cual expone que España, Inglaterra y EE. UU., son aliados naturales del imperialismo y que así, no verán con buenos ojos la perdida de sus intereses en Latinoamérica, por lo que  procuraran la desestabilización de países que luchan por su libertad, como Argentina y Venezuela. Esta visión de los países Socialistas latinoamericanos, ha permitido que las pretensiones geoestratégicas rusas, encuentren cabida en el continente americano: Cuba, Nicaragua, Venezuela y,  posiblemente, Honduras (dentro de un mediano plazo, si vemos en aumento, la escala de cooperación rusa), fortalecen a Rusia en un alcance militar global, lo cual complica para Europa, la contención  rusa en Crimea.

La geopolítica latinoamericana, debería ser vista bajo el contexto de una nueva Guerra Fría, en la cual el peligro no es nuclear, sino  lucha ideológica y religiosa,  pero que puede tener un efecto tan devastador como una guerra nuclear,  para la cultura occidental.