Por Lic. Fernán
Camilo Álvarez Consuegra
Editor PUBLICACIÓN ACCIÓN
San Salvador,
24/02/2012
En un
curioso y muy pesimista análisis de la situación sociopolítica, de la vida de
los pueblos centroamericanos, escrito por Joaquín Villalobos (ex guerrillero
del FMLN, de la facción del ERP). Se presenta, como él afirma, un estudio
objetivo de la vida de los pueblos de Centro América: Guatemala, Honduras, El
Salvador y Nicaragua. Dice, “si en nuestro análisis, usásemos la teoría
leninista, como se hacía en el pasado para calificar a un país en crisis
económica-política diríamos, los salvadoreños, que vivimos una crisis
revolucionaria; pero hoy, después de poner punto final a la Guerra Fría, ha
aparecido otra idea: “la de Estados fallidos”, es decir, Estados que no
lograron realizarse solo fueron una intención frustrada.
Esta calificación, formulada por Paul Collier,
académico ingles, a la luz de las estadísticas de países africanos, afirma que
los Estados fallidos conforman “un club de la miseria”, pero el
analista no menciona taxativamente los principios desarrollados por tal autor,
quien afirma que la pobreza se encuentra alimentada por un círculo vicioso y,
presenta cuatro condiciones fundamentales:
El conflicto violento, la dependencia de los recursos naturales, un entorno de
países en iguales condiciones de pobreza y el mal gobierno. En donde el
joven para poder subsistir no tiene mas opción
que integrarse a un movimiento violento, generando una espiral de la
misma. Por otra parte, los recursos públicos son despilfarrados en la compra de
armamento para el sostenimiento del Estado o las luchas tribales. La economía
gira en derredor de los recursos naturales de subsistencia, los cuales son
insuficientes para un desarrollo económico. La pobreza en la región, es un
lastre para un desarrollo económico de cada uno de los diferentes Estados que
lo conforman.
La tesis
de Collier esta basada en elementos objetivos puramente, pero para una
comparación con nuestra realidad, para deducir hechos futuros, es necesario
contar con los elementos subjetivos que nos diferencian con los países
africanos, pues de lo contrario erramos en el juicio.
Deberíamos
considerar también, que desde el punto de
vista leninista, el análisis debe considerar que si bien pueden existir
las condiciones para una revolución, ésta, no se dará espontáneamente, sino que
tiene que ser provocada por actos políticos deliberados, parecería que
Villalobos aplica más los conceptos marxistas que los leninistas.
Las
condiciones de pobreza en Centroamérica,
no son determinantes del Estado fallido, pues la insatisfacción del individuo
no se mide únicamente por los ingresos per cápita, se miden también por la fortaleza de sus instituciones y sobre todo,
por la legitimidad que dan sus
habitantes al gobierno legítimamente constituido; o sea, la aceptación general de al sistema establecido previamente.
El fin de
la Guerra Fría trajo también el fin de la guerra a Centroamérica. En un estudio
intitulado “Miedo hay…. ¿pero el peligro
es real o ficticio?”, publicado en PUBLICACIÓN ACCIÓN N° 7, del 10 de
octubre de 1910, y el cual también se puede
leer por medio del lik evolución de la guerrilla centroamericana,
en el blog de PUBLICACIÓN ACCIÓN, en el cual se concluye, que las condiciones
objetivas y subjetivas en el área, no son proclives para una nueva guerra, a no ser que existiese
el financiamiento externo para la misma. En nuestra realidad actual, esto podría darse únicamente por el financiamiento del narcotráfico, con el
propósito de un control sobre el territorio, o que algún país, con intereses geopolíticos en
el área (Venezuela), decidiese financiar una insurgencia.
Las
posibilidades arriba planteadas, son reales, pero muy poco factibles, bajo las
condiciones actuales, pues nuestro país es de paso de drogas y no productor, si
lo comparamos con Colombia, Perú y Ecuador, o aún con el mismo México. La
propuesta de legalización de la droga en el área, muestra el poder de los
carteles, lo cual hace innecesario el sostenimiento de sus intereses con el
asocio con grupos políticos armados como las FARC. Por otra parte, la lucha
armada es para crear una presión política. Hoy con la libertad de inversión y
el apoyo dado por Venezuela a la campaña política en El Salvador, es poco
probable que por ahora, estén interesados en financiar un alzamiento armado,
que sería contrario a sus intereses generales en el área.
Lo que si
es verdad, es que se esta operando un cambio en el pensamiento jurídico-político
en nuestro medio, pues cada vez gana mas fuerza, la concepción del Estado de Bienestar, aunque este en proceso de colapso en Europa, pues es económicamente inviable: exige inmensos recursos económicos, tanto de fondos propios
de las empresas controladas por el Estado (minas y demás recursos naturales) como de los fondos provenientes de los particulares (impuestos). Las erogaciones estatales, son
producto de la protección hacia el individuo y su entorno, expresado en la ley,
pero que, para nosotros, los centroamericanos, vemos únicamente la protección,
pero no cómo satisfacerla, las restricciones que dicho modelo impone. Los
principios democráticos quieren ser extendidos hacia la participación directa.
Las
nuevas modalidades de ayuda impuestas por Europa y los Estados Unidos a
nuestros países, son una garantía, a mediano plazo, de una mejora por la
aplicación de las políticas Buen Gobierno y la transparencia en la
ejecución de los proyectos de cooperación. Pues de hecho, se trata de la
inversión de impuestos de los cooperantes y sus gobiernos tienen que rendir cuentas a sus electores. De
esta manera, los cooperantes están
contribuyendo así al buen gobierno en la región.
La
pobreza en el área centroamericana, se ve paliada por la emigración. De hecho,
es una solución no violenta a la crisis económica. Las leyes antiinmigrantes y
las restricciones que puedan decretarse al envío de remesas, en previsión a
lavado de activos, no desalientan a la población, una agudización de la crisis
económica estimula aún mas la emigración, evitando una explosión social.
Los
procesos electorales en el área, incluso el cuestionado triunfo de Daniel
Ortega, han garantizado estabilidad política en el área. La aceptación nacional a la deposición del
Presidente Zelaya y las posteriores elecciones, legitimaron el cambio en el
Gobierno Hondureño. La deposición según parece fue provocada por la influencia
de Hugo Chávez en el Gobierno y entonces hubo condiciones favorables para un conflicto centroamericano
generalizado, pero la población Hondureña, no estaba dispuesta a desatar una
guerra civil, aunque el Presidente Zelaya realizo el llamamiento desde territorio
Nicaragüense, preparando una pequeña tropa, la cual nunca entro en acción con
el concurso de Daniel Ortega. La verdad
es que siempre ha habido pequeñísimos grupos armados que sueñan con una
insurrección, pero que carecen de apoyo político, financiero y de aceptación
popular, siendo por lo tanto, irrelevantes.
En El
Salvador, recientemente fue capturado una banda con estas características y,
los mecanismos de inteligencia han detectado la existencia de estos grupos aún
luego de los Acuerdos de Paz de 1992.
Lo que sí
puede causar desestabilización en Centroamérica, es la insistencia de la izquierda en
pretender realizar cambios sociales por vía
de la revolución, o cambios en las estructuras políticas y económicas de los
diferentes Estados. La inversión necesaria para superar la pobreza y el
subdesarrollo, debe provenir de la
iniciativa privada nacional con asocio de la internacional, pues los diferentes
Estados cooperantes, en la actual crisis
mundial, serán cada vez más selectivos al hacer inversiones sociales en el extranjero, pues
éstas, dependerán de la importancia de sus intereses geopolíticos.
El futuro
de los países de Centroamérica, presenta un panorama alejado de lo ideal, sin
embargo, existen las condiciones
subjetivas para superar cualquier crisis: primero, el conformismo de los
ciudadanos con el sistema, lo cual se puede probar objetivamente desde dos puntos de vista; el
uno político y el otro, económico. El primero se prueba con el apego del
ciudadano al proceso electoral, este puede verse desde la participación del
mismo, en un partido político, o desde el abstencionismo, en que sabe el
ciudadano, que fuere cual fuere el resultado, no habrá un cambio radical que le
perjudique, pues de quererlo, daría el triunfo masivo a las propuestas de la
izquierda o crearía movimientos sociales de resistencia al sistema, creando las
condiciones para una insurrección. En
cuanto a lo económico, la emigración en busca de trabajo para superar la crisis
económica, es la salida pacífica ante cualquier conflicto. El interés de la
población es adquirir los bienes de consumo, especialmente los de
entretenimiento y alimento, tal como lo muestran los datos sobre el destino del
crédito de consumo.
Por
consiguiente no son los países Centroamericanos, no obstantes sus problemas económicos,
integrantes de un “club de la miseria”,
en referencia a las condiciones subjetivas
presentadas en el continente africano. La cultura latinoamericana, es
principalmente europea y sufrimos todas las crisis políticas – ideológicas que
ha presentado Europa, aunque las condiciones económicas sean diferentes.
El
panorama presentado por Villalobos, a la luz de un análisis materialista, para
señalar nuestros problemas, va tendiente a crear un cambio político basado en
el pesimismo y, cuya única solución sería el establecimiento del socialismo
mediante la financiación extranjera, vale decir, con una muy grande
intervención que lesionaría la soberanía nacional. Esta es época cuando la cooperación internacional y,
esperar un crecimiento económico sin el concurso de la iniciativa privada y, un
pleno respeto a la normativa internacional, en relación a los derechos de
propiedad, dentro del marco de la globalización, seria en realidad, inviable.
Pura utopía socialista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario