Por
Lic. Fernán Camilo
Álvarez Consuegra
San Salvador, 5 de
octubre de 2012.
Las manifestaciones de
calle, protestando contra algunas alcaldías de ARENA, en estos últimos días,
han provocado, en la ciudadanía, incertidumbre sobre las causas y los
resultados de dichos movimientos. La guerra constante y enconada dentro de la
Asamblea Legislativa, del bloque FMLN, GANA, CN y PES, contra la oposición de
ARENA, ofrece la oportunidad de analizar las estrategias y visiones políticas
de ambos grupos, con el propósito, asaz provechoso de prever los
acontecimientos que, posiblemente, se darán a breve plazo.
Hay, en los procederes
de la izquierda, cuatro rasgos claramente definidos, a saber: A) un creciente
uso de la fuerza, tanto física como moral, contra la oposición. B) un discurso
político ambiguo: niegan su rumbo izquierdista, justifican sus actos como
natural reacción contra la injusticia de la oposición; C) crean, a costa del
Estado y, como práctica de la subsidiariedad, una plataforma de simpatizantes
que, lucrándose del Estado, sostendrán al
FMLN como partido gobernante; y D) Sus acciones obedecen a planificación de
hace veinte años, por lo menos.
Sucede que en la
derecha, no es notorio en su actuación, ningún plan que revele que tiene clara
visión del proceder de su contrincante el FMLN o, de la izquierda en general.
Cree que los hechos de la izquierda, sólo tienen propósitos de triunfo
electoral, sin trascendencia y que ARENA, puede sola y fácilmente, revertir
esos triunfos en futuras elecciones. Cree la derecha, que las imposiciones
actuales del FMLN, son solamente consecuencia de la lucha electoral
democrática, sin resultados en el futuro. Como consecuencia de esta errónea
interpretación de la estrategia de la izquierda, considera que la compra y
venta de voluntades, no tendrán mayor trascendencia y, los toma como parte del
juego político democrático. Parece creer firmemente que éste, el juego
democrático, consiste en sólo ganar las elecciones periódicamente y que, éstas
se ganan a fuerza de regalías, ofrecimientos y publicidad. Y con ésta creencia
carece de planes para el futuro. Y se olvida del pasado y de quienes fueron
capaces de garantizarle su existencia frente al ataque armado del FMLN y, hacer
posibles, veinte años de paz en el gobierno.
Por su parte, la
izquierda, en su lucha por la conquista del poder, ha aprendido de sus errores
pasados: ya no ataca a la iglesia católica,
y se une a la evangélica; deja de pregonar la lucha armada y promete el
cambio por la vía pacífica y democrática; tilda de corrupta a la oposición y,
crea cambios en la legislación que, únicamente favorecen a sus intereses;
promete dinero a costa del que trabaja, pero el que reparte, es el Estado;
divide al empresariado, prometiéndole inmunidad, si paga impuestos, si se
asocia con los dirigentes del partido y no participa en política; por último, consuman su
venganza, procesando a los antiguos militares, que en el cumplimiento de su
deber patrio y constitucional, se les opusieron en el pasado.
El maestro de esta
refinada estrategia, ha sido Hugo Chávez, cuya frase muy propia de aceptar la
situación social y política imperante en el momento, ha sido: “POR AHORA”. Una
frase que se ha repetido constantemente, desde su primer golpe fallido, el
cuatro de febrero de 1992, pero logrado finalmente, el veintisiete de noviembre de ese mismo año.
Parte de su estrategia ha consistido en construir lentamente, paso a paso, el
Socialismo del Siglo XXI, modificando la percepción del ciudadano venezolano,
dividiendo la empresa privada y comprando voluntades y, cuando no lo ha podido
con estos métodos, ha recurrido a la fuerza para lograr sus objetivos.
Esta nueva forma de
adquisición del poder revolucionario por la vía democrática, la describe a
cabalidad, Marta Harnecker en su reciente publicación intitulada “A LA
CONQUISTA DE UNA NUEVA HEGEMONÍA”, especialmente en el capítulo: UN NUEVO SOCIALISMO DISTANTE DEL SOVIÉTICO y
que la Derecha, debería estudiar reflexivamente para entender el proceso de
venezolanización que estamos experimentando en la política salvadoreña, por lo
que cito a continuación unos párrafos: “Luego de la caída del muro de Berlín y de
la desaparición de la Unión Soviética la intelectualidad de izquierda
latinoamericana y mundial quedó perpleja. Sabíamos más lo que no queríamos del
socialismo, que lo que queríamos. Rechazábamos la falta de democracia, el
totalitarismo, el capitalismo de Estado, la planificación central burocrática,
el colectivismo que pretendía homogeneizar sin respetar las diferencias, el
productivismo que ponía el acento en el avance de las fuerzas productivas sin
tener en cuenta la necesidad de preservar la naturaleza, el dogmatismo, la intolerancia
a la oposición legítima, el pretender imponer el ateísmo persiguiendo a los
creyentes, la necesidad de un solo partido para conducir el proceso de
transición.”
“¿Por
qué hablar de socialismo si esa palabra ha tenido y sigue teniendo una carga
negativa tan grande luego del derrumbe del socialismo en la URSS y en el resto
de los países de Europa del Este?”
“Para
responder a esta pregunta debemos tener en cuenta algunos elementos. Por una
parte, en el mismo momento en que desaparecía del horizonte el socialismo
soviético, en América latina empezaban a darse prácticas democráticas y
participativas en gobiernos locales que prefiguraban algunas características
del tipo de sociedad alternativa al capitalismo que queríamos construir.”
“Por
otra parte, al demostrar en la práctica que podían gobernar de forma
transparente, no corrupta, democrática y participativa, prepararon las
condiciones políticas para que en varios de nuestros países la izquierda
accediese al gobierno por vía electoral.”
Los capítulos dos y
tres, del mismo ensayo, tratan sobre cómo se usa la fuerza del Estado como
palanca para llegar al Socialismo del Siglo XXI y, de cómo hacer para que la
Derecha, acepte “pacíficamente” este modelo, hasta llegar a la existencia de la
cultura del nuevo Socialismo.
Por todo lo expuesto, y
llevado a la práctica, aquí en El Salvador, podemos esperar lo siguiente:
1)
El gobierno otorgará subsidios, tantos
como crea necesario para ganar la voluntad popular y, en consecuencia, su voto.
Por este camino, inculcará la creencia popular de que todo el que tiene lo
suficiente para, vivir está obligado, a dar parte de su patrimonio, para que el
que no lo tiene, pueda vivir en condiciones similares, responsabilizando a la
empresa privada, de la falta de fondos para los subsidios, pues ella, no
practica la solidaridad.
2)
Usará los medios coercitivos del Estado,
para entorpecer las candidaturas de la oposición. Además, procurará infundir miedo en la militancia de
la oposición.
3)
Perseguirá a las empresas no alineadas a
la política de gobierno, mediante acosos fiscales, del consumidor o de
competencia, con la finalidad de mostrar celo por el interés del consumidor.
4)
Buscará promover procesos contra jefes y
oficiales en situación de retiro, aduciendo el interés de justicia, pero que
tendrá el fin de amedrentar a posibles opositores, además de fraccionar a la
Derecha.
Este proceso de
venezolanización, puede ser combatido así: con la sólida unidad de la Derecha,
a despecho de intereses personales; con el estudio eficaz de las tácticas políticas
de la izquierda, con suficiente valor para enfrentar las movilizaciones de calle,
con sufragar con toda la generosidad posible, los gastos de campaña y,
sumándose, con el firme patriotismo de que el futuro de la patria ha de ser en
la libertad democrática que, hasta hoy hemos vivido y nos dediquemos a
enfrentar la lucha firme y sincera por la defensa del voto.
Si fallamos en esta
obra, estaremos legando a nuestros hijos una lucha que nosotros no pudimos
enfrentar, ni mucho menos, concluir. Toda la Derecha que vivió el conflicto
armado, no desea que sus hijos vuelvan a sufrirlo, pero será inevitable, si la
apatía, ignorancia y el interés mezquino, se apodera de los salvadoreños.
Salvador Sanchez Cerén
dijo: “Vamos a una guerra, en la que la Derecha esta fraccionada”, esa es la
apreciación de la izquierda, y sólo la Derecha puede cambiar esta real
apreciación.
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