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viernes, 25 de abril de 2014

DIÁLOGO CON LAS PANDILLAS Y PACTO DE NACIÓN



Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 25 de abril de 2014

El actual y futuro Gobierno, está anunciando el Diálogo con las Pandillas y el Pacto de Nación, en dos planos diferentes, sin  aparente relación que sin embargo, sí la tienen, pues finalmente, dichos diálogo y pacto, vendrán a impactar la vida en sociedad en la cual, una de ellas, tendrá que  soportar a la otra. El resultado del dialogo del Gobierno con  las pandillas, tendrá que ser aceptado obligatoria y coercitivamente, por el resto de la sociedad, pues que será parte del Pacto de Nación. El problema está en  que la sociedad salvadoreña, NO QUIERE NEGOCIAR CON LAS PANDILLAS : el único Pacto de Nación que sí está dispuesto a aceptar, es el fiel cumplimiento de la Constitución Política y, de ninguna manera LA TRANSFORMACIÓN  SOCIAL DEL PAÍS Y SU ECONOMÍA.

El fenómeno de las pandillas, es consecuencia de condiciones sociológicas exógenas a El Salvador y, fuera del control y responsabilidad de los  individuos de la sociedad, pero desarrolladas dentro de la misma, debido a la incapacidad coactiva del Estado salvadoreño. La discriminación racial en las ciudades norteamericanas, no es responsabilidad del salvadoreño, como no lo es tampoco, la disfunción familiar en la que el marero se creó (hijos sin padre y violencia intrafamiliar). Hechos que, si en su momento no fueron reprimidos por el Estado, en  cumplimiento de la ley vigente, o no fueron objeto de preocupación de la Iglesia (católica o protestante), no justifica venir a imponerle al ciudadano común, trabajador y sujeto a la ley, la responsabilidad del hecho que aflige a la sociedad y, mucho menos, a imponerle la aceptación de los delincuentes como parte inevitable de la sociedad salvadoreña y además, por ley, bajo el cobijo del Estado.

Joaquín Villalobos, llama al fenómeno de las pandillas “La Revolución Lumpen”,  y afirma que su existencia es natural y congruente con toda la “exclusión social” que provoca el “capitalismo”. Esta idea, expresada en diferentes formas por la izquierda, lleva inevitablemente a un “Dialogo con las Pandillas”, al reconocer que es “lícito” su origen, dentro de la dinámica social y de la  incapacidad del Estado para combatirla. Si el Estado no puede combatirla, por falta de voluntad política, procedimientos y legislación, aunada a la falta de coercibilidad o  a la imposibilidad de llevarla a cabo, es natural el DIALOGO PARA LLEGAR A UNA NEGOCIACIÓN ENTRE DOS FUERZAS ANTAGONICAS PERO IGUALES (PRINCIPIO DE BELIGERANCIA EN EL DERECHO).

Lo resultante del Diálogo con las Pandillas,  será luego impuesto indirectamente en el Pacto de Nación, pues a la larga, todo se traducirá en DINERO QUE NECESITA EL ESTADO Y LA ÚNICA FORMA DE OBTENERLO, ES QUE LO DE LA ACTIVIDAD PRIVADA. Este no es el primer Diálogo con las Pandillas, que  Funes inició, con el reconocimiento internacional del mismo. Ya  se ha utilizado a las pandillas electoralmente, por todos los partidos políticos, de forma activa, para contingencia (amedrentar al contrario) y activismo político, o de forma pasiva, para que se abstengan de hacer lo pactado con el contrario.

En un reportaje de El Faro.Com, aparece Paolo Lüers, como el mediador de ARENA con las pandillas, y deja entrever que, la diferencia de votación obtenida en la segunda vuelta electoral,  con relación a la primera, se debió a la negociación realizada por él,  con las pandillas, pues gracias a ésta, la población pudo ir a votar libremente, sin miedo a las pandillas y, no influyó negativamente en la votación.  Tal opinión no es positiva ni apegada a la realidad, es  desmerecer lo logrado por todas las organizaciones que, en la primera y la segunda vuelta  apoyaron electoralmente a ARENA. Sin embargo, lo pongo como ejemplo por que es precisamente lo que se pretende hacer ahora: IGNORAR LA VOLUNTAD DE TODA LA CIUDADANÍA SALVADOREÑA EN LOS TEMAS RELATIVOS A LAS PANDILLAS Y A SU FORMA ECONOMICA DELICTIVA DE VIVIR: LA EXTORCIÓN Y ASESINATO.

El resultado del Dialogo con las Pandillas, será seguramente: concederles beneficios por parte del Estado, mediante la participación de los particulares (su aportación directa o por medio de nuevos impuestos) y, favorecer la consolidación de sus estructuras. La actual violencia es motivada por dos razones estratégicas: la primera,  probar al Gobierno,  que debe de cumplir con ellos lo pactado electoralmente y que ellos  tienen el poder suficiente para exigir su cumplimiento; la segunda es que, mientras más presión realicen (matando a miembros de la pandilla contraria, ataques a la PNC, FAES y personas habitualmente extorsionadas), lograran más fácilmente, una negociación  dentro del Diálogo establecido. De este modo, se están repitiendo  condiciones políticas internas, como las que fueron previas a los Acuerdos de Paz de 1992,  pero esta vez, sin componentes ideológicos, sino sólo por la fuerza bruta.

Lo que debemos tener, en esta circunstancia, es clara visión del propósito de estos hechos: la transformación económica y social del país, utilizando a las Pandillas como una punta de lanza y logrando de este modo,  los cambios que no se lograron con y luego de los Acuerdos de Paz en Chapultepec.


Los únicos que pueden evitar que el Dialogo con las Pandillas puedan alcanzar sus metas: reconocimiento legal, beneficios económicos, jurídicos y consolidación como estructura capaz de oponerse al Estado con su fuerza: es la oposición de cada uno de los ciudadanos en su carácter personal, expresando su descontento a su vecino, a su amigo, a su comunidad y asociación, con entera libertad y sin miedo, para crear una presión social que no permita la consolidación y la aceptación general de tales propuestas, restándole la legitimidad social que con la que pretende cubrirla el Estado. Las personas que el Gobierno ha escogido para el Diálogo, pueden ser buenas personas en lo individual, pero su visión, es diferente a la que tiene el  ciudadano extorsionado por las pandillas o temeroso de lo que pudiera sucederle. ¿Representa el Padre Toño a todos los católicos del país?, ¿representa el Pastor Rivas a todos los protestantes del país?, ¿representa FUNDE a todas las entidades cívicas y tanques de pensamiento  del país? Claro que no. Sólo la sociedad en su totalidad, víctima del terrorismo de las pandillas, tiene derecho a pedir a sus dirigentes encuentren medios para suprimir la acción de las pandillas que tanto las afligen.

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