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domingo, 25 de octubre de 2015

ABERRACIÓN DE LA JUSTICIA EN EL SALVADOR


Por    
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 25 de octubre  del 2015.

La Iglesia Luterana y el Gobierno central, en actos separados, tienen previsto, la promoción de acercamiento con las pandillas, para que éstas, con sus propias estructuras, sean incorporadas a la sociedad,   bajo la organización y guía pastoral de la Iglesia Luterana. El Gobierno promueve también, dicho proyecto pero, pero bajo el principio del Buen Vivir,  que eleva la estructura social, bajo sus propias normas, repudiando los valores occidentales  liberales. Ambas propuestas tienen en común dos factores: a)  bajar la violencia, a partir  de tolerar del modelo social pandillero, en la sociedad salvadoreña y  b) el rechazo al modelo de desarrollo sostenible. Ambas propuestas, constituyen una aberración del espíritu universal de justicia.

En la Conferencia de Liderazgos de América Latina y el Caribe de la Federación Luterana Mundial, llevada a cabo el 30/5/2011 en Buenos Aires, Argentina, el Obispo Medardo Gómez, expone que la violencia de las pandillas tiene su origen en la exclusión social y la marginación económica y que la única forma de parar la violencia, es mantener con la ayuda del Estado,  la estructura pandillera, dentro de la estructura pastoral del luteranismo, pues la Iglesia (aludiendo al catolicismo y a las Iglesias evangélicas, han descuidado su función pastoral). Tal declaración, nos plantea sin lugar a duda, la disposición de usar a la pandilla como una fuerza controlada por la Iglesia Luterana, en rompimiento del principio de separación de Iglesia y Estado y, la exclusión de cualquier otra forma religiosa, la que el ciudadano con pleno derecho desee profesar, según sea su confesionalidad.

Por otra parte, el Presidente Salvador Sánchez Cerén, propone la inclusión de las pandillas bajo el principio del Buen Vivir, el cual está basado en la descolonización y el respeto a las organizaciones indígenas o locales, contrarias al municipalismo, e integradas dentro de la pluralidad étnica y cultural;  es por consiguiente, una expresión del Socialismo del Siglo XXI, proclamado en el Foro de Sao Paulo. Aplicando estos principios a las pandillas; respetamos su estructura e identidad de MS, M18, Mao Mao, etc., y sus territorios, pero integrados a la sociedad,  la cual queda bajo su dominio. Si se llevase a cabo la propuesta del Gobierno, de integrar a las pandillas al sistema educativo, habría una deserción masiva de estudiantes regulares y debemos de esperar, para entre enero y febrero del 2016, una oleada de adolescentes emigrantes hacia los Estados Unidos.

El concepto del Buen Vivir, es un principio desarrollado a partir del Foro de Sao Pablo, para todos los países del ALBA. Opositores venezolanos, ecuatorianos y bolivianos ya nos han advertido de los efectos nocivos de este concepto, en su aplicación práctica: su objetivo es la consolidación de las estructuras indígenas locales, contra la estructura económica actual, dentro de la lucha del Socialismo del Siglo XXI. Pretende, de igual manera el luteranismo salvadoreño, combatir la estructura económica liberal, mediante la consolidación de las pandillas bajo la autoridad Episcopal Luterana, y para ello, se plantea un modelo económico, diferente del actual.

Disminuir la violencia es para el Gobierno una imperiosa necesidad, pero  toda medida que con tal propósito emplea, tiene un trasfondo ideológico y así, no le conviene ser el abanderado en las negociaciones con las pandillas. Durante el Gobierno de Funes, lo fue el Padre Antonio Rodríguez Tercero (que según fotografías publicada en un periódico digital ya se encuentra nuevamente en El Salvador, invitado por la Procuraduría de Derechos Humanos y el Comité Pro-Memoria Histórica), y hoy, es la Iglesia Luterana de El Salvador. La Teología de la Liberación sustentada por el padre Toño, es la misma que sostiene el luteranismo, en su versión del protestantismo.


Sobre todo lo aquí expuesto la ciudadanía está consciente,  pero crea en su mente un área de confort, basado en la fe de que el sistema democrático es suficientemente fuerte por sí solo para contener estas fuerzas negativas y perversas; sin embargo el peligro existe y sobre el nos han advertido repetidamente, personas que ya lo han sufrido en sus países. Tenemos y debemos tomar conciencia de este peligro y a él, oponernos hoy, pues mañana será tarde.

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