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sábado, 24 de octubre de 2015

INTROSPECCIÓN POLÍTICA


Por    
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 24 de octubre  del 2015.

La gravísima crisis de inseguridad que afecta al país, el decrecimiento económico,  la falta de competitividad, la extremada pobreza, son condiciones todas que deben cambiar pues su persistencia hará que la maquinaria del Estado, se detenga. Medardo Gonzáles, parece el único que tiene visión clara de lo que quiere para el país: “El FMLN está en un proceso de desmontaje del modelo neoliberal” y agrega “estamos listos para continuar la lucha por la transformación del país”.  Tal visión equivocada, nos permite hacer hoy, una introspección política, que nos permita descubrir  las causas de este  aflictivo caos en que nos encontramos.

El alto índice de criminalidad, la baja en las exportaciones, el deterioro de la infraestructura del país, la retardación de justicia, son todos fenómenos distintos,  pero debidos a  una misma causa: la no aplicación  de los valores y deberes cívicos, sobre los cuales está fundado el Estado de El Salvador, que ha desnaturalizado el quehacer político diario. Dagoberto Gutiérrez, Félix Ulloa y otros teóricos de la Izquierda salvadoreña, proponen como respuesta a dicha situación, un cambio en el modelo político-económico, como única solución; sin embargo, el problema no es el modelo liberal (con sus distintas variantes económicas): el que ha colapsado: es el de ser político, o sea la aptitud del hombre de vivir en una comunidad de ayuda mutua, bajo la normativa del Estado. Esta simbiótica relación, ha sido destruida, ha desaparecido la necesidad mutua, por lo que al Estado ya no le interesa el ciudadano y al ciudadano ya no le interesa estar bajo la autoridad del Estado.

Situación que es fácil de entender, si acuciosos, hurgamos en los orígenes del modelo liberal; que se impuso al feudalismo y leemos las reflexiones del economista político francés Frédéric Bastiat, quien nos advierte en “La Ley”, sobre el Gobierno justo y estable y además, de la fatal tendencia de la especie humana: “Es la que se dirige a vivir y desarrollarse, cuando pueden, a expensas de los unos de los otros”. El alejamiento de nuestro Estado, ha sido producto de esta tendencia humana, generando por sinergia propia, un distanciamiento que opera de la siguiente manera: mientras más se necesita del Estado, mayor es el cumplimiento de las normas y, a mayor alejamiento del Estado,  se acentúa el incumplimiento de sus normas, hasta llegar a disputarle su poder al Estado.

Por esto, toda empresa cumple  sus obligaciones para con el Estado, pues su existencia jurídica, depende del cumplimiento de las normas legales, hasta que éstas no sean útiles para las personas naturales que la conforman. Toda persona que pueda realizar sus actividades normales sin el concurso del Estado, estará en la informalidad: la sujeción no le aporta nada; pero todos los que esperan el asistencialismo del Estado, son leales, no al Estado, sino al grupo político que les ha ofrecido o les da la  ayuda y por último está pandillero que puede vivir sin el Estado y que ve en él una amenaza a su sistema, pues le combate, disputándole el poder territorial, para apropiarse de los recursos que le son naturales al Estado y corresponden en propiedad a los particulares.

La misma fuerza que creó el sistema liberal y que se ha manifestado por medio de la iniciativa privada, resurge naturalmente, como repudio generalizado a la corrupción, ante un genuino deseo  de vivir con honradez y en paz. Esta fuerza se manifiesta por medio de acciones personales, que al ser generalizadas, pueden  cambiar el orden político, siempre que sea dirigido únicamente contra los corruptos, y no, contra el sistema, pues no hay para éste, planteamientos concretos de cambio, salvo los destructivos que ofrece la izquierda.


El socialismo y su estructura, nacen como  repudio al sistema económico monárquico y a las de un incipiente liberalismo, y desde la Primera Internacional, en Londres en 1864, hasta la fecha, ninguna forma pura de socialismo ha dado resultados favorables,  y no será aquí en El Salvador, en donde se implante  una forma  perfecta de dicho sistema,   pues las tendencias naturales del hombre, son las de concentrar el poder para sí, si no existen mecanismos institucionales fuertes, sostenidos por una  sólida moralidad pública que los sostengan.

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