Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El
reciente referéndum, en las regiones invadidas por Rusia en Ucrania, permite
apreciar, en términos prácticos, el alcance de la soberanía y, su interrelación
con el reconocimiento de la misma, por la comunidad internacional. Estas reflexiones,
pueden aplicarse a las dictaduras latinoamericanas y a El Salvador, en razón del
significado que el Presidente Bukele, ha dado al término “soberanía” en su
aplicación internacional.
Soberanía
es el supremo poder político, que corresponde a un Estado independiente,
reconocido internacionalmente: conforme a los procesos internos de legitimidad
del ejercicio del poder. Por lo que la soberanía, necesita reconocimiento
interno y externo: interno del ciudadano, en el proceso de legitimación y
externo, de otros Estados.
En
Ucrania, un referéndum o cualquier consulta popular, realizada en base a una
fuerza de ocupación, va contra lo establecido por los principios que rigen a
las Naciones Unidas y con ello, contra el
Derecho Internacional, por lo que dicho referéndum de anexión, no ha sido
reconocido por ningún país democrático, ni por China - por su política interna
hacia Taiwán, por considerarla una
provincia rebelde de China: reconocer un referéndum, para definir su soberanía
territorial, sería admitir la posibilidad de Taiwán de hacer valer, por
referéndum, su separación política de China continental: posición inaceptable
para Pekín -.
El
principio de reconocer a un Estado, cuyo Gobierno se deriva del orden
preestablecido en una Constitución, legitimada por el ciudadano, en el
ejercicio libre de su capacidad política, ha sido norma centroamericana, desde “LOS
PACTOS DE WASHINGTON DE 1923, TRATADO GENERAL DE PAZ Y AMISTAD”, firmado en
Washington D.C., por todos los países Centroamericanos. En el Artículo II, se
lee: “declaran que se considera amenazante a la paz de dichas Repúblicas todo
Acto, en disposición y medida que altere en cualquiera de ellas el orden
constitucional, ya sea que procede de algún Poder Público, ya de particulares”.
A
99 años de firmado dicho tratado, que puede ser estudiado en los archivos del
SICA y las bibliotecas de la Asamblea Legislativa, Corte Suprema de Justicia y
de Relaciones Exteriores, hoy cobra vigencia, pues en directa contravención a
la Constitución, el Presidente Bukele, anuncia su reelección y con ello,
desafía a la Comunidad Internacional, anteponiendo la soberanía, sin tomar en
cuenta que ésta, es producto de la paz interior, garantizada por el
cumplimiento de los distintos mecanismos constitucionales, los cuales sería
imposible de ser ejercidos, si la separación de poderes no existiese y, las
elecciones se celebrasen, bajo un Régimen de Excepción, durante el cual, no
existen las garantías fundamentales, pues han sido suprimidas de derecho las
libertades de expresión y asociación, junto a los Derechos individuales que el
Estado garantiza.
Consecuencia
del rompimiento constitucional, es el aislamiento de la comunidad
internacional, que ya estamos viendo: proceso que inicia afectando el crédito público
nacional y luego, al sistema bancario privado; poco a poco, ese efecto se hará
mayor: perdida de competitividad, menor inversión, y lentamente, disminución en
la cooperación internacional.
El
sistema democrático, como base de un sistema político fuerte, garantiza la
plena igualdad entre nacionales y extranjeros, facilitando la interrelación
armónica, sin más influencias que las surgidas de la paridad de oportunidades e
igualdad jurídica, por ello, el tratado antes mencionado, garantizaba en Centroamérica,
el respeto a los procesos constitucionales, para un desarrollo regional
sostenible.
En
Nicaragua, el rompimiento Constitucional lo aleja de la comunidad internacional
y lo condena, a tener como “amigos” sólo a regímenes igualmente autoritarios, a
los que la prosperidad y bonanza económica, no caracteriza. El Presidente
Bukele, va por el mismo camino: la sociedad salvadoreña se está aislando y, sus
oportunidades de bienestar desaparecerán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario