Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
Actualmente,
se presentan en El Salvador, cuatro problemas existenciales causados por el
presente Gobierno. Estos problemas son los siguientes: 1) la transformación municipal,
2) la amenaza política al derecho de propiedad y la libre empresa, 3) la disminución
forzosa de la fuerza laboral, por la emigración y 4) los efectos de la nueva Guerra
Fría, en el Golfo de Fonseca.
El
jurista francés, Benjamín Constant de Rebecque, fundador del municipalismo
moderno, escribe, en su concepción constitucional, sobre el poder municipal
como uno de los cinco poderes que conforman el Estado (Real, Ejecutivo, Legislativo,
Judicial). Pero por los intereses locales, que son muy particulares, la Municipalidad
debe de estar separada del Ejecutivo. Este principio se sigue en nuestra
Constitución, que defiende la autonomía y poder local, siendo base del
ejercicio político local. El poder municipal, generó la independencia de Centroamérica
en 1821.
La
absorción de los pequeños municipios por los grandes, atenta contra la forma de
Gobierno, pues establece una mayor distancia política, entre el ciudadano y el
Gobierno local, creando una mayor dependencia del Ejecutivo. El criterio del presente
Gobierno, es de interés técnico-económico, luego de la supresión del FODES,
pero sin tomar en cuenta el interés político local, pues desaparece la
representación plural del municipio. Un
municipio no puede desaparecer, si su identidad local existe y no ha cedido a
otra, esta función política.
La
amenaza de declarar de “utilidad púbica”, grandes zonas del territorio
nacional, sin una delimitación específica o, detalle del proyecto público, crea
inseguridad en el Derecho de Propiedad, lo cual afecta la inversión extranjera,
porque crea mayor inseguridad, en los derechos adquiridos. Esta tendencia, se
inició con la creación de la Dirección de Obras Municipales y ahora, se da más
poder al Estado, para ir contra la propiedad privada. La posibilidad de expropiación
expedita y su pago, conforme al peritaje realizado por el mismo expropiador, no
abona a la estabilidad en la inversión, y abre la posibilidad de un
emplazamiento al propietario o al tenedor, indistintamente. La pérdida de independencia y separación de la Fiscalía, el
Órgano Judicial y el Ejecutivo, agravan la situación.
Las
amenazas a los sectores empresariales e informales, en formas diferentes, pero
siempre de interés, del autoritarismo del Gobierno, limitan la libertad económica
y ésta, deja de ser el motor de la economía nacional, asemejándose cada vez más,
a una economía dirigida. La manipulación judicial y el espionaje, agravan el
problema.
A
mayor represión del Gobierno, mayor emigración, por la disminución de las
oportunidades laborales: deben buscarse mejores oportunidades en el extranjero.
La emigración, no se limita al sector informal o al desempleado, sino que puede
apreciarse en los sectores formales, que buscan trasladarse a otros países Centroamericanos,
disminuyendo la capacidad productiva nacional.
Nuestros
problemas fronterizos no resueltos, sobre el Golfo de Fonseca, con el
desarrollo de un puerto hondureño dentro del Golfo, pero sin una salida directa
al Pacífico y Nicaragua, bajo la influencia Rusa y Honduras, bajo la China, es
muy probable que seamos obligados a abrir al libre transito internacional,
sobre nuestras aguas internacionales, lo cual seria un riesgo muy grande para
la soberanía marítima salvadoreña.
Todos
estos temas, son de debate nacional, que en las Universidades deberían
debatirse, pero con las modificaciones a los programas educativos
universitarios, desde 1996, se suprimieron las materias de Sociología Jurídica,
Geopolítica y Economía de Mercado, por lo que es imposible que estos debates
puedan realizarse, desde la academia, por lo que ahora, deben darse, desde las
gremiales empresariales, sindicatos, entidades cívicas y municipios afectados, pues
están en riesgo, la existencia del municipalismo y el desarrollo nacional.
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