Por
Lic.
Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCION
El
conflicto Rusia-Ucrania, ha llegado a Centroamérica, en la forma de pulso entre
Estados Unidos y China. Dentro de este conflicto, la política interna de El
Salvador, se ve afectada o por lo menos, se sienten sus efectos, los cuales
incitan a reflexionar.
La
posición geográfica de Ucrania, luego de la desintegración de la Unión
Soviética, sitúala en el límite de dos mundos: Oriente y Occidente; inclinada
hacia Occidente, atraída por la bonanza económica y la estabilidad democrática,
que poco a poco, llevó a países que fueron parte de la órbita soviética, a
integrarse a la Unión Europea y la OTAN. Se recomienda leer el artículo “La
Ucrania Post-Soviética a la luz de la Geopolítica critica” de Juan David
Otálora Sechague, publicado por Estudios Internacionales Vol. 51 no. 193,
Santiago, agosto 2019.
El
cambio de las realidades políticas, rompió los distintos pactos que
garantizaban la estabilidad y existencia de Ucrania, impulsados por el
resurgimiento del nacionalismo ruso, basado en la filosofía de Alexander
Duguin, que propugna un modelo imperial ruso, basado en el antiliberalismo y el
antiglobalismo, con valores propios de la Iglesia ortodoxa rusa, en una
simbiosis de Estado-Iglesia.
Así
la lucha de Rusia, excede los meros intereses económicos, enmarcados dentro de sus
necesidades Geopolíticas y, los extiende en contraposición, al poder de Estados
Unidos y Europa, en un contexto, también ideológico. El nacionalismo ruso, ha
hecho causa común, con las pretensiones de China, en su lucha de hegemonía
global, que busca una revancha contra Occidente, desde la Primera Guerra del
Opio (1839.1842) contra Inglaterra, que en aquel momento, abanderaba el mercantilismo
que hoy ha desembocado, en el presente globalismo, liderado por Estados Unidos
y Europa.
Las
dictaduras Latinoamericanas, descritas como “dictaduras electoralistas”, por el
periodista Carlos Sánchez Berzaín, en un artículo titulado “Dictadura
electoralista, donde el pueblo vota pero no elige”, publicado el 2-4-2023, por
el Inter-American Institute for Democracy, describe las realidades políticas de
Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, pero bien podrían aplicarse a El
Salvador.
Todos
estos países, han caído en dictaduras, por problemas internos, pero una vez en
el poder, los dictadores, buscan el alejamiento de países democráticos, que
critican su autoritarismo y, de esa manera, encuentran acogida en China y
Rusia, que toleran el “terrorismo de Estado” que estos regímenes ejercen en su población,
porque necesitan los recursos con que cuentan y su posición geográfica frente
al océano.
El
periódico digital “LA TERCERA, publica el 21-julio-2022 el artículo “Ucrania
busca suspender a Rusia como observador del SICA”, cuando el Sistema de
Integración Centroamericana, había anunciado el estrechamiento de la
cooperación rusa a Centroamérica. La BBC, el 21-agosto-2018, publica el titular
siguiente: “El Salvador y Taiwán rompen relaciones diplomáticas mientras el
país centroamericano se acerca a China”. Ahora La Nación, de Costa Rica, publica:
“Costa Rica ve difícil completar la inclusión de Rusia en el SICA” y explica
que Costa Rica se opone por la invasión a Ucrania.
Esto
demuestra que la “Segunda Guerra Fría” o la “Tercera Guerra fragmentada”, ya se
libra también en Centroamérica y, que los países autoritarios, van en favor de
China y Rusia. Por lo que no sería de extrañar que, en poco tiempo, veamos algún
tipo de bloqueo de los intereses taiwaneses en El Salvador, o que quiéranse, potenciar
los de China.
Primero
debemos nosotros ver los daños que el país sufre, por el autoritarismo, pero
sin perder de vista, los apoyos que este busca en el extranjero, según los
intereses geopolíticos de las grandes potencias.
Debemos
estar con los países democráticos: nuestra política debe favorecer a Estados
Unidos, Europa y Taiwán.
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