Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 5 de noviembre de 2014.
Las manifestaciones en
las calles de San Salvador, de la militancia del FMLN contra su actual cúpula y
contra ALBA PETROLEOS, tienen una trascendencia mayor que la de un mero
descontento, entre su base y su cúpula por cuestiones meramente internas: es la
manifestación lógica, de dos fenómenos exclusivos del comunismo, la Perestroika
y el Socialismo del Siglo XXI, los cuales,
aplicados conjuntamente, no sólo crean la destrucción económica de un país,
sino lo que es más peligroso, la concentración económica de los restos de la
economía, en las manos de un partido de Gobierno, con una clara fracturación de
la bases partidarias del partido en el poder.
Pretendió la Perestroika,
salvar la economía soviética, con dos instrumentos: el primero, fue la
reestructuración de la economía centralizada por una descentralizada, pero bajo
los planes estratégicos del Gobierno central, utilizando la fuerza de la libre
empresa (en su nivel más bajo: la micro empresa) para que la economía tenga un
impulso propio, pero sin fuerza política; y segundo, realizar ciertos cambios
políticos, que permitieran bajar la
presión de las ansias naturales de libertad, pero relacionándolas, con el
Derecho de propiedad, relativo a la actividad económica permitida.
Limitar tanto la
iniciativa privada como la libertad política, imposible es, sin el control férreo del Estado,
que fue imposible de mantener en este proceso, fue el fin de la Unión
Soviética. El Socialismo del Siglo XXI,
ha procurado corregir los errores soviéticos, buscando conjugar, dos factores
antagónicos: a) el combate a la libre empresa y, b) el fomento de la empresa de
partido. Esta política, es la que ha creado la quiebra económica de Venezuela,
incapaz de enfrentar sus propios problemas internos y, mucho menos, los
vaivenes económicos internacionales.
En nuestro país, el
FMLN, por su concepto de lucha de clases, pretende destruir a la empresa
privada, para crear una nueva, pero no, en favor del Estado, sino en el de los
miembros del FMLN, bajo la cobertura de “una empresa de partido” lo cual no
satisface las expectativas de sus bases.
Es traumático para los
ex – combatientes del FMLN, ver hoy, a sus antiguos comandantes y ex
funcionarios públicos como Carlos “el diablito” Ruiz, convertidos en altos
ejecutivos de ALBA PETROLEOS, y que clamaron por la asistencia de la PNC, para
oponérsela a sus antiguos comandados, mientras “el diablito” Ruiz, luce su
gorra, ideológicamente decorada con la bandera cubana y el Che Guevara. Y es
traumático también, para las bases del FMLN, ver que un día cierran DICOM
(expresión pura del capitalismo financiero, según proclama de la izquierda)
para que al siguiente día, una empresa, allegada al Gobierno, pretenda comenzar a operar, con la misma base
de datos y, con los mismos vicios
atribuidos por lo que la han cerrado, pero solamente con diferentes propietarios:
de personajes allegados al Gobierno y a la actual cúpula del FMLN.
Todo ese natural descontento,
no se resolverá con mero populismo, pues está en la estructura propia del
Socialismo del Siglo XXI y de las fuerzas naturales que destruyeron a la Unión
Soviética, así la pregunta clave es ¿hasta cuándo las bases del FMLN seguirán a
su dirigencia?
Bien claro tiene este
problema la dirigencia del FMLN y en consecuencia, y así, ha ido separando uno a
uno, los grupos de objeción de conciencia dentro de su partido, llamándoles
“disidencia” y, substituyéndolos por estructuras que dependen económicamente de
las bondades del partido o, de personas ajenas a éste, pero que han recibido
beneficios económicos directos, para sus empresas, lógicamente nos preguntamos: ¿Cuándo el
Ministro de Economía ha sido del FMLN? ¿Cuándo el Ministro de Hacienda ha sido
del FMLN? ¿Cuándo el Ministro de Turismo ha sido del FMLN? ¿Dejará Nayib Bukele
sus empresas, para identificarse con las luchas del FMLN histórico? Pues las
empresas de todos estos personajes, sí son beneficiadas por el FMLN, hoy en el
Gobierno, y es un beneficio que, los “disidentes” del FMLN, sienten que les ha
sido robado.
Así como el comunismo
Soviético, no fue viable, tampoco lo es hoy, el Socialismo del Siglo XXI. Únicamente
es viable la utilización de las proclamas “de la clase trabajadora” para introducir,
a su clase dirigente, dentro de la forma más despreciada por el comunismo: el
capitalismo neo-liberal, hoy, bajo la forma de “capitalismo de partido”.
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