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domingo, 23 de noviembre de 2014

LA SALVADOREÑA POSICIÓN EN LA GEOPOLÍTICA


Por     
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 23 de noviembre de 2014.

El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, en Washington D.C, y en una conferencia dice a sus invitados, los presidentes de Honduras, Guatemala y El Salvador : "No veo ninguna razón por la que Centroamérica no pueda convertirse en la próxima gran historia de éxito en el hemisferio, y hay muchas en el hemisferio". Cuatro días después, El Salvador abiertamente ante la ONU, vota junto a Bolivia y Venezuela, en favor de una propuesta de Cuba, para excluir, de toda consideración, las violaciones a los Derechos Humanos por parte de Corea del Norte y absteniéndose de votar sobre sanciones a dicho país, siempre por violaciones a los Derechos Humanos, a la propuesta, por iniciativa, de la Unión Europea y Japón. Actitud que nos obliga a preguntarnos ¿qué motiva tan contradictoria posición geopolítica?

Para aclarar la incógnita, recurro a motivaciones internas, que forzosamente derivan, hacia lo internacional, e ilustrando la explicación, tomo como ejemplo el XIII Congreso de Medicina Social y Salud Colectiva, el cual se realiza en San Salvador, del 22 al 26 de noviembre actual, con el beneplácito del Ministerio de Salud y muy especialmente, del Presidente Salvador Sánchez Cerén. Se dirá, ¿Qué tiene que ver un congreso médico con la política?... Pues sí tiene porque, en esencia,  no es un Congreso Médico, sino político, que tiene como lema  y  tema a tratar  el “Saber y Poder Popular para crear un nuevo modelo de Desarrollo, Estado y Sociedad”.

Marcelo Colussi, psicólogo y filósofo argentino, radicado en Venezuela, distingue al Socialismo del Siglo XXI, por dos elementos clave: 1) la propiedad social de los medios de producción y 2) el Poder Popular, que consiste en la participación directa del pueblo en la política, sin la ficción de la representación (Democracia Participativa). Por otra parte, el venezolano Pedro Rodríguez Rojas, de la Universidad Simón Rodríguez, concibe el “Saber”, en relación con el “Poder Popular”, como el rechazo de la “sociedad del conocimiento”, por ser un medio de alienación de la cultura latinoamericana, la que deberá ser determinada por los anhelos del Poder Popular y no, por cánones occidentales y universales. El “Saber Popular”, siempre irá en contra de toda sociedad capitalista y opresora.
Un Gobierno que emplee todos sus esfuerzos en la transformación social, para establecer el Socialismo del Siglo XXI, no podrá lograr nunca el desarrollo necesario para satisfacer sus necesidades internas y mucho menos, detener la emigración hacia los  Estados Unidos, para minimizar el conflicto de la inmigración que aquel país pretende evitar y no agudizar sus problemas internos.

Por otra parte, la ayuda económica que espera recibir el Gobierno de El Salvador, es para paliar, en la medida de lo posible, sus problemas internos, mientras que, Estados Unidos y Europa, esperan, con dicha ayuda, poder encausar la política gubernamental de El Salvador, hacia un punto de confiabilidad o, por lo menos, de evitar la agresión a sus intereses en el área. Sin embargo, de continuar como hasta ahora, el Gobierno a la larga, triunfará en su  ideologización, y se habrá cumplido el refrán: “de que se muerde la mano que da el pan.

Ya se identificó El Salvador con los intereses geopolíticos contrarios a Europa y Estados Unidos, en el Medio Oriente, ahora se identifica con los intereses represivos de Corea del Norte. ¿Cuál será el siguiente paso? ¿Identificarse con los intereses rusos e iranís ahora concordantes? El Salvador es un punto irrelevante en el concierto internacional, sin embargo, en términos de propaganda, sirve a los intereses extra - latinoamericanos y es una pieza más, en el tablero centroamericano.

Curiosamente, la política anti norteamericana es, en El Salvador, no sólo alimentada por el Socialismo del Siglo XXI, sino por los mismos norteamericanos. En reciente visita,  Jim McGobern, Congresista por el Estado de Massachusetts, dijo:  “Espero el día en que Estados Unidos reconozca su propia responsabilidad por el sufrimiento y el dolor de tantas familias en toda América Latina, entre ellos El Salvador, y que pida perdón como un acto de reconciliación”, palabras que lejos de fomentar el pro norte-americanismo, lo debilita y, lo más contradictorio del caso, es que la relevancia política del Congresista por Massachusetts, Estados Unidos, es nula. Muy significativo es el hecho de que dentro de la Embajada de los Estados Unidos en El Salvador, se encuentra una placa con los nombres de treinta y tres  militares norteamericanos, caídos en el cumplimiento de su deber, durante los últimos años  de la Guerra Fría en El Salvador y que, el mismo FMLN, hoy en el poder, se ufana de haberles dado muerte.


El alejamiento de los Estados Unidos de las fuerzas conservadoras en Centroamérica, debilita su posición en el área, pues la Izquierda se siente dueña de la política y  sus dirigentes, se sienten seguros siendo el único canal de negociación en el área, cuando aún son preponderantes las fuerzas conservadoras, pero que se debilitan inexorablemente, por la influencia de la política del Socialismo del Siglo XXI. Sin embargo, estas fuerzas conservadoras, en deterioro y en fraccionamiento, son las únicas aliadas verdaderas de los Estados Unidos y Europa, no por la defensa exclusiva de intereses económicos, sino porque su existencia se funda en los mismos valores occidentales de Estados Unidos y Europa, y además de que será transitorio por lo insostenible, el poder de dicho Socialismo del Siglo XXI, por su incapacidad de crear riqueza nacional y de dar libertad política.

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