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miércoles, 18 de julio de 2012

COMO LUCHAR CONTRA LA RUPTURA DE LA CONSTITUCIÓN SIN ROMPER LA CONSTITUCIÓN



Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN
http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 18 de julio de 2012

El día lunes 16 de los corrientes, en un inusual Editorial del Washington Post, se hace una relación de la situación actual de El Salvador y de los hechos que aquí, se realizarían en ese día: la toma de posesión y, por la cual se coloca a El Salvador, entre el grupo de países que han llegado al Socialismo, por la vía democrática: Venezuela, Nicaragua y Bolivia. 

Por dicho editorial, nos damos cuenta, de que la visión que se tiene de nuestro país en el extranjero, es la misma que tenemos nosotros aquí, pero con un poco de más detalle, por nuestra presencia en   los acontecimientos: hemos presenciado la ruptura del orden constitucional, pactado como consecuencia  de los Acuerdos de Paz de 1992. Buscando afianzar su poder, un grupo de Diputados de Izquierda, conforme a sus principios ideológicos, ha  forzado el orden Constitucional,  en uso impropio de él,  utilizando el poder legislativo,  amparado con el del  Ejecutivo y destruido el sistema de pesos y contrapesos, que amparan al  Estado, en su estructura republicana.

Las acciones de quienes han ejercido abusivamente su mandato Constitucional, totalmente contrarias a Derecho, han trastornado la realidad material y jurídica, pese a las reiteradas denuncias de notables juristas y asociaciones cívicas y gremiales.  Se ha usado hasta,  la amenaza, en sus diferentes formas, para evitar las reuniones que planean  los eventos de protesta y, se ha ejercido la fuerza física contra las manifestaciones públicas. Esto último, no ha sido ejercido por la Fuerza Pública, sino por agrupaciones sindicales  afines al partido de Gobierno, lo cual, en definitiva, constituye un paramilitarismo de Estado, con la comisión por omisión de la Fuerza Pública.

Es fácil entender este nuevo fenómeno en el uso de la fuerza, recordando los años ochenta en Nicaragua, cundo grupos de agitadores, eran enviados para hostigar y disolver manifestaciones de la oposición, con el fin de mantener, en apariencia, la neutralidad de la Fuerza Pública,  pero sí la “agresividad popular”. Se llamó  a este tipo de grupos "turbas", a lo cual, su creador, Tomás Borge, llamó "turbas divinas".  En un articulo de Fraser Pirie R, publicado en NACIÓN.COM(Costa Rica) el 4 de enero del 2008, refiriéndose a las turbas divinas nicaragüenses, escribe así : “Esa táctica de inspirar miedo, terror y después total doblegación, la presencié en Nicaragua. Cuando Tomás Borge mandaba a sus “turbas divinas”. Llegaban 200 hombres en formación militar y empezaban a gritar las consignas de terror: “vendepatrias, gusanos...”, refiriéndose a Nicaragua y a los hechos de 1947, cuando en San José rondaron grupos de choque aplicando "pronta y cumplida justicia", a los jóvenes que no eran partidarios de los movimientos comunistas, y que se expresaban exigiendo el respeto a la democracia.”

La situación política de ruptura del orden constitucional, en que nos encontramos, nos obliga a preguntarnos ¿Qué podemos hacer para luchar a favor del  orden constitucional? Pues bien, lo primero que el ciudadano tiene que hacer, es  afirmar  la plena vigencia de la Constitución Política, reformada en 1992,  actuando conforme a su mandato, según los principios del Derecho.


Es imperativo por parte de todas las agrupaciones sociales formales y de hecho, la denuncia pública de los hechos que conllevan una ruptura del orden constitucional.  Pues, si ésta cesase,   se estará legitimando, con la paz, el nuevo régimen autoritario. Por otra parte, también, debe  haber un desconocimiento de las Autoridades, negándoles la legitimidad de su cargo, desviado de la voluntad popular y otorgada originalmente por vía del voto.

La sustentación jurídica de tales acciones, se deriva del principio de que la autoridad del cargo, debe ejercerse de forma pacífica y, con el reconocimiento o aceptación tácita o expresa de los gobernados. El filosofo y jurista Luis Recasens Siches, dice que el mando se basa en la textura social, lo cual implica que el tejido social debe  ser, terso y liso al tacto del legitimo gobernante e, irregular, duro y áspero, al sentir del usurpador.

En este caos constitucional,  el único faro que nos puede señalar la legitimidad de nuestras  acciones es la figura del Fiscal General de la República, quien por su cargo, vela por el interés público y la legalidad de éste, que se ha pronunciado, públicamente, en defensa de la Constitución: ha declarado que la actuación de la Asamblea Legislativa es inconstitucional.

En tiempos normales, la representación soberana recae en nuestros funcionarios, tanto de de elección popular como de segundo grado, pero en los momentos de rompimiento del orden constitucional, la soberanía se manifiesta y recae en las asociaciones que representan los interés nacionales, en busca del bien común, hasta alcanzar la plena vigencia de la Constitución. Por eso las manifestaciones públicas contra el autoritarismo y la ruptura del orden constitucional, son legítimas.

Toda acción debe tender a  la resistencia y, no a  la agresión, pues, ésta última, deslegitimaría la protesta, al ser  fuerza contra fuerza y, tal situación, legitima al vencedor y, no, al que posee el Derecho. Sin embargo, en las manifestaciones de calle, si la población es agredida por las “turbas divinas”, impera el derecho de legitima defensa, por lo cual, débese emplear una fuerza igual y, proporcional a la agresión; suficiente para neutralizar al agresor, preservando el derecho a la libre asociación y al derecho a la libre expresión.

Si el funcionario público, comprueba que sus Actos, afirman el estado de inconstitucionalidad, debe presentar su dimisión al cargo, o no realizarlo, para no ser participe de un gobierno ilegítimo. La Fuerza Armada, tiene que juzgar los  acontecimientos actuales, conforme a su Doctrina, y actuar conforme a la misma y a lo que dicte su conciencia. Esto es tanto para soldados, clases, oficiales y jefes, tanto en Servicio Activo como fuera del mismo, pues un soldado siempre es un soldado, le ata, de por vida al destino de la patria, su juramento.

El Diputado Roberto Lorenzana - en un programa de opinión, trasmitido por un prestigio medio televisivo - al ser preguntado , sobre la posibilidad de que la Asociación Nacional de la Empresa Privada ANEP, convocara a un paro nacional, manifestó que, respondería de manera ortodoxa: "no pasarán". Refiriéndose, con su respuesta, a la frase utilizada por Dolores Ibárruri (La Pasionaria) en el Frente de Madrid, durante la Guerra Civil Española (1936-1939).  Por esta frase, Lorenzana quiso decir que  emplearán todos los medios a su alcance, para oponerse a la ANEP, ARENA, los frentes cívicos y a  todo el que se oponga a sus planes totalitarios.


No obstante, la historia nos dice que por más frases de "No pasarán", coreados por los comunistas y anarquistas en el Frente de Madrid, éste, fue roto por los Nacionales y pasaron, restaurando el orden sobre el caos. Esta frase, no es original de La Pasionaria, sino  fue acuñada por el General francés Robert Nivelle en el Frente de Verdun (1914-1918), pero  si tomamos su sentido original, podemos afirmar que, la resistencia cívica y patriótica, como expresión de la conciencia nacional, en defensa de su Constitución, va a ser larga y penosa, sin embargo, la decisión de preservar la libertad, se mantendrá firme y, al fin, revertirá los procesos que en este momento, está realizando la fuerza autoritarita de El Salvador.

El Derecho a la Auto Determinación de Los Pueblos y, la delicada relación geopolítica de la región centroamericana, hará que el desenlace de estos acontecimientos sea resultado de lo realizado por los mismos salvadoreños y no, por fuerzas externas, aunque haya que tomar en cuenta que, los nuevos autócratas del país, han recurrido a instancias extranjeras y que, por principio soberano, en respeto a nuestra Constitución,  nosotros  no debemos solicitar una intromisión extranjera, y sólo debemos participar en instancias internacionales, en las cuales ellos ya iniciaron acciones, con el sólo fin de contrarrestarlas. Los diferentes países juzgarán o tomarán posición respecto a los acontecimientos nuestros, en la medida en que éstos les afecten o que, posean un interés particular en El Salvador. Por el momento, lo que esta claro es el interés que poseen Venezuela y Nicaragua, sobre nuestro suelo, y que debemos, como salvadoreños, enfrentarlos, en defensa de nuestra soberanía patria.

DIOS UNIÓN Y LIBERTAD

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