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martes, 6 de mayo de 2014

EL DOBLE JUEGO ECONÓMICO Y POLÍTICO DE CHINA EN LATINOAMÉRICA


Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 6 de mayo de 2014.

Mientras que el FMI vaticina para América Latina, un crecimiento moderado de 2.5% y de 1.6% para El Salvador, por la debilidad de sus estructuras y, principalmente, por la baja en los indicadores de competitividad, se crea, para la inversión china en América Latina, un camino muy fértil.

Los países latinoamericanos, se encuentran ávidos de inversión y de nuevos mercados; sin embargo, pese a ser tal la necesidad latinoamericana (señala el informe “América Latina y el Caribe y EE UU: la evolución reciente de las relaciones bilaterales”, elaborado en octubre de 2013, en Caracas, por el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe). Se indica  en dicho estudio, que los intercambios entre Latinoamérica y EE UU subieron de 380.000 millones de dólares en 2000 a 849.000 millones en 2012 por lo cual, en términos porcentuales,  recibe de Estados Unidos, el 25,8% de las exportaciones de sus exportaciones totales.

En competencia, tenemos la inversión china hacia Latinoamérica y, sobre todo, las importaciones latinoamericanas de ese país. Por ahora, el intercambio comercial latinoamericano con china,  asciende al orden de los 10,600 millones de dólares, por lo cual, China planea invertir 26,000 millones de dólares en esta región. Según la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (CEPAL), se ha multiplicado exponencialmente la relación comercial con China, por 22 entre los años 2000 y 2012, pero  con claro déficit para Latinoamérica.

En Perú,  en octubre de 2013, se emite la primera carta de crédito en  moneda del Yuan chino, aunque las inversiones en general, seguirán siendo en dólares americanos.  Y según declaraciones  del director de ventas de comercio exterior en América Latina del Citibank, Othman Gamero: “China se ha convertido en el primer socio comercial de Perú, ya que el 6% del comercio de Latinoamérica con el gigante asiático está concentrado en Perú”.

Esta realidad económica de América Latina, debe  ser vista también, bajo una mirada geopolítica: el francés  y Dr. en Ciencias Políticas, Franck Gaudichaud, profesor de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Stendhal-Grenoble dice, refiriéndose a la transformación macroeconómica latinoamericana: "esta nueva autonomía soberana es producto de las luchas de los pueblos latinoamericanos, como también de la activa diplomacia integracionista y nacional-popular de algunos gobiernos, comenzando por el de Hugo Chávez y la AdministraciónLula, que permitieron derrotar el proyecto del ALCA en 2005 y la creación de Unasur, ALBA y Celac". También esta realidad, parece haber sido aceptada por los Estados Unidos, cuando en noviembre pasado, el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, declara que la era de la doctrina Monroe había llegado a su fin. La relación de los Estados Unidos con América Latina, debería ser  en el futuro de "socios en pie de igualdad", aunque esto no representa un cambio en las necesidades geopolíticas norteamericanas.

Gaudichaud, nos aclara aún más el tema con la siguiente reflexión tomada de la página web de Movimiento Generación 80: "Si se analiza cualitativamente, se ve que los discursos de los oligarcas chinos o de los dirigentes latinoamericanos sobre la relación win-win (ganamos todos) son una ilusión; lo que se está generando es un nuevo mapa geopolítico en el cual China -uno de los primeros socios económicos de EE UU- es también un actor imperial en la región, conquistando tierras agrícolas, recursos y materias primas para alimentar una economía en permanente crecimiento a través de la soja de Brasil y Argentina, el cobre de Chile o el petróleo de Venezuela, además de vender sus productos manufacturados de bajo costo, a menudo de baja calidad y producidos por millones de explotados en China y Asia". El capitalismo chino genera así "una nueva dependencia, un neocolonialismo económico pero no militar y participa activamente del fenómeno neoextractivista, desindustrializador y reprimarizador de las economías de algunos países importantes de la región".

Los Gobiernos socialistas latinoamericanos, cuya bandera ha sido el anti- imperialismo norteamericano y que alaban y promueven la multipolaridad, no ven con claridad el imperialismo chino, aún oculto bajo el aura del comunismo de Mao.  Bajo la extensión del concepto de “un país, dos sistemas”, creado por Deng Xiaoping, tenemos una conjugación de capitalismo y comunismo: capitalismo, en su producción y en su relación internacional comercial y, comunista, hacia su política interior.

Esta peculiaridad china aunada a la necesidad de los riquísimos recursos latinoamericanos, pone, en ruta de alejamiento de los Estados Unidos y Europa,  a los países latinoamericanos, hecho muy celebrado por muchos, ya sea por su ideología o por la esperanza de mejores expectativas de negocios, pero nos aleja de nuestros polos naturales, que son Europa y los Estados Unidos; la primera, por nuestro origen y la segunda, por ser el país más poderoso en América con el que hemos tenido siempre una relación política y comercial, que ha permitido una balance latinoamericano, frente a las pretensiones europeas post independentistas. El alejamiento de estos dos polos, traería para Latinoamérica drásticos  cambios, tanto en sus políticas internas como en su ser cultural.



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