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jueves, 15 de mayo de 2014

FALSEDADES MÍNIMAS QUE COMPLICARÁN EL GOBIERNO DE SÁNCHEZ CERÉN


Por
Lic. Fernán Camilo Álvarez Consuegra
Editor de PUBLICACIÓN ACCIÓN  http://publicacionaccion.blogspot.com
San Salvador, 13 de mayo de 2014.

“Los habitantes de una nación no deben estar sumidos en la ignorancia porque esta es la mayor desventura para un país.” José Milla Vidaurre (Salomé Gil), historiador guatemalteco.

Las verdades a medias o pequeñas mentiras, son argucias con las que generalmente, se pretenden fines que de un modo claramente honesto, no podrían ser alcanzados. En este proceder engañoso consiste el populismo, con el cual es posible manipular la opinión pública con el fin de lograr la “gobernabilidad”. Pues este proceder es el que estamos apreciando en las acciones del presente Gobierno aunque, más parece,  que quien ya gobierna es el presidente electo.

Me refiero, en este brevísimo estudio a tres cuestiones complejas: 1) el caso del embargo de ENEL, 2) las propuestas de endeudamiento y de reforma fiscal, 3) las reformas a los conceptos educativos, aplicables desde el nacimiento hasta los cinco años de edad. En el informe de estos sucesos, podemos encontrar verdades y mentiras que son, en realidad lo uno y lo otro sólo a medias y que, a la larga, tendrán muy serias repercusiones en la vida nacional afectando desde el más grande industrial, hasta la más humilde vendedora del mercado.

Puede apreciarse,  en el proceso de embargo contra los bienes de ENEL, que se demanda a dicha empresa con sus dos personalidades jurídicas: a) como empresa nacional subsidiaria y b) como transnacional y, en este carácter, se ha presentado como “proceso de legítimo derecho”, por parte de El Salvador, no siéndolo pues éste ha violado principios jurídicos y financieros, los cuales saltan a luz: llama la atención el sobre valor de venta de las acciones de CAESS a una empresa venezolana , cuyo precio inflado de acuerdo a los parámetros normales de valoración, ha servido como medida para determinar el “lucro cesante y daño emergente” que reclama el Estado de El Salvador; es éste una proceso amañado que ahuyenta la inversión extranjera no sólo a la ya establecida sino a la que podría establecerse.

Si persistimos en la lógica, de considerar como acto lesivo a los intereses del Estado, la explotación de concesiones por compañías extranjeras muy poco probable será que se oferte convenientemente, la explotación del puerto de Cutuco; puede ser también que se dicten restricciones a la explotación de piedra caliza, para “prevenir daños al medio ambiente”, prohibición que no sería extraño si consideramos los criterios técnicos a aplicar por parte del Ministerio de Medio Ambiente y, si lo relacionamos con la Ley de ordenamiento Territorial, que se va implementando poco a poco y que vuelve vinculantes para las municipalidades en sus decisiones de permisos y reglamentaciones de construcción, asentamiento urbano y explotación del subsuelo, podría afectar las concesiones de los particulares para el uso del subsuelo, los cuales formalmente sólo son dos: la explotación de piedra caliza para la producción de cemento y la explotación de escoria volcánica para la fabricación de bloques de construcción, aunque también en un momento puede afectar las minas de arena, barro y tierra blanca, que no alcanzan la regulación estatal por la informalidad de las mismas.

Aumentar el endeudamiento y subir los impuestos, podrían evitar que el Estado caiga en iliquidez, situación que ya se ha venido manifestando, desde el final del Gobierno de Saca, aunque con diferentes estrategias se ha logrado solventar dicho problema: un medio ha sido el de utilizar los ingresos provenientes de las entidades autónomas, proceder que ha dado origen a los problemas con nuestros socios extranjeros. Aprobar las medidas propuestas actualmente por el Ejecutivo, serían sólo un paliativo para una situación económica inevitable, la iliquidez del Gobierno. Al proponer estas medidas, no se advierte que de no aprobarlas, pudiesen venir otras medidas más duras, las cuales sólo podemos inferir por la opinión de los economistas de izquierda que se han expresado al respecto: “más impuestos a quienes generan más utilidades”, desconocimiento de la deuda y mayor dependencia de Venezuela, con la exclusión del mercado de algunos intermediarios. Estas son opiniones recogidas de las distintas disertaciones del Dr. Salvador Arias, sobre nuestros temas económicos. Con estos razonamientos, no pretendo insinuar que debemos cumplir las pretensiones de dichos economistas, para evitar “males mayores”, pues es necesario parar ya definitivamente tales maniobras ambiguas y que lesionan económicamente a El Salvador.

En efecto, ha llegado el momento de poner punto final al endeudamiento y al despilfarro público, pues la capacidad del Estado para endeudarse ha llegado a límites insostenibles, a menos que consideremos como lo han hecho en San Vicente y las Granadinas ( integrante de Petrocaribe) que, con un endeudamiento del 90% del PIB seremos mantenidos por Venezuela,  en la certeza de retribuir a dicho país, con nuestro voto a su favor en la OEA, o probablemente como Haití (miembro de Petrocaribe), cuyo presupuesto es financiado, para evitar una catástrofe humanitaria, en un 40%, por países extranjeros que lo dan como limosna.

El Ministerio de Educación acaba de anunciar su programa para la formación del infante de cero años hasta los cinco años y, cuyo progreso será medida de acuerdo a la formación conceptual de la sociedad por parte del menor. Esta etapa de la vida del infante, corresponde a la familia y no al Estado, pues lo que se pretende es que en definitiva, la “patria potestad” recaiga en el Estado, cuando considera que los padres no dan a sus hijos la educación adecuada a los fines del Estado. Esto afectará a las personas de la clase trabajadora, y abrirá el debate sobre los fines de la educación y la formación ideológica del menor, para su vida futura como ciudadano. Un debate ya abierto en Venezuela y que llevo a que Hugo Chávez, perdiera por vez primera un “referéndum”. Lo que está en juego es la patria potestad de los hijos y a la que no se puede renunciar porque es de “derecho natural”, inalienable e imprescriptible.


Por todas estas consideraciones, los salvadoreños debemos entender que se hace necesario exigir a los funcionarios públicos, la verdad sobre las pretensiones del gobierno sin tapujos de ninguna especie. El haber ganado las elecciones por un margen mínimo, no es óbice para que la totalidad del a nación, acepte mansamente, disposiciones u medidas que afectan a la totalidad de los ciudadanos. Todos, sin excepción, como dice el pueblo “tendremos que pagar el “real” de los  elotes”: desde ya debemos apreciar la transparencia y el buen gobierno sin amaños ni torpezas, y es responsabilidad del Presidente electo Salvador Sánchez Cerén y de Oscar Ortiz, su Vicepresidente.

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